Sin presentar pruebas, la inteligencia militar ucraniana sostiene que Rusia planea una “provocación en gran escala” en una planta nuclear que ocupa en el sureste del país, con el fin de desbaratar una inminente ofensiva militar de parte de Kiev.
Un comunicado del directorio de inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano, emitido el viernes, agrega que las fuerzas rusas atacarían la planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, y luego denunciarían una filtración radiactiva para provocar una investigación internacional que impondría una pausa en las hostilidades y daría las fuerzas rusas tiempo para reorganizarse y enfrentar la contraofensiva.
Con ese fin, Rusia “trastornó la rotación de personal de la misión permanente de monitoreo” del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU que estaba prevista para el sábado, dice el comunicado. Ninguna de las denuncias está respaldada con pruebas.
El OIEA dijo en una respuesta por email a la AP que no haría declaraciones sobre el particular, y las autoridades rusas no hicieron declaraciones sobre las afirmaciones ucranianas.
La denuncia es similar a declaraciones emitidas habitualmente por Moscú, en las que alega sin pruebas que Kiev está planeando realizar provocaciones con armas o sustancias peligrosas para luego acusar a Rusia de crímenes de guerra.
Las fuerzas de Moscú se preparan para una contraofensiva de los ucranianos, que no ha comenzado aún, pero podría comenzar “mañana, pasado mañana o la semana entrante” afirmó el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional ucraniano, Oleksiy Danilov, a la BBC en una entrevista el sábado.
La planta nuclear de Zaporiyia es una de las 10 más grandes del mundo. Se encuentra en la región parcialmente ocupada de Zaporiyia en el sureste de Ucrania. Los seis reactores de la planta están detenidos desde hace meses, pero requiere energía y personal capacitado para operar los sistemas de enfriamiento y otros aparatos de seguridad.
Los combates en las cercanías interrumpieron repetidamente el suministro de energía y han alimentado los temores de una posible catástrofe como la de Chernóbil, en el norte de Ucrania, donde un reactor explotó en 1986 y arrojó una radiación letal, contaminando una vasta área en el peor desastre nuclear del mundo.