Agencia de transporte de Canadá investiga implosión del Titán

La Junta de Seguridad en el Transporte de Canadá anunció el sábado que realiza una pesquisa sobre la pérdida del sumergible Titán y ha estado contactando a quienes viajaban en la nave nodriza de Titán, el Príncipe Polar.

El proceso se da al tiempo que las autoridades de Estados Unidos y Canadá comenzaron el proceso de investigar la causa de la implosión submarina y lidiaron con las preguntas sobre quién fue responsable de determinar cómo ocurrió la tragedia.

Las agencias marítimas están buscando en el área del Atlántico Norte donde se destruyó el navio, matando a las cinco personas a bordo. Los escombros fueron localizados a unos 3.810 metros (12.500 pies) bajo el agua, a varios cientos de metros de distancia de los restos del Titanic, a donde se dirigía.

“Estamos realizando una investigación de seguridad en Canadá dado que se trataba de una embarcación con bandera canadiense que partió de un puerto canadiense y estuvo involucrado en este incidente, aunque en aguas internacionales”, explicó Kathy Fox, presidenta de la junta de Transporte. “Otras agencias pueden optar por realizar investigaciones y eso depende de ellas”.

El Príncipe Polar salió de Terranova el 16 de junio, remolcando al malogrado Titán. Había 41 personas a bordo, 17 miembros de la tripulación y otras 24, incluyendo las cinco que murieron cuando el Titán implosionó.

Fox dijo que comprende el interés internacional y que la TSB compartirá la información que recopile con otras agencias, como la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos y la Guardia Costera estadounidense, dentro de los límites de la ley canadiense. Las grabaciones de voz y las declaraciones de testigos están protegidas por la ley canadiense, añadió.

“Nuestra investigación irá donde la evidencia nos lleve”, sostuvo. “No queremos duplicar esfuerzos. Queremos colaborar”.

La Real Policía Montada de Canadá también anunció el sábado que inició un examen de las circunstancias que llevaron a las muertes en el Titán para decidir si se justifica una investigación completa. Esa pesquisa sólo se llevará a cabo si parece que se ha infringido la ley penal, federal o provincial, reiteraron las autoridades.

La Guardia Costera dirigió la misión inicial de búsqueda y rescate, un esfuerzo internacional masivo que probablemente costó millones de dólares.

La forma en que se realizará la investigación general se dificulta por el hecho de que el mundo de la exploración de aguas profundas no está claramente regulado.

Es probable que una parte clave de cualquier pesquisa sea el propio Titán. Se han planteado dudas sobre si estaba destinado al desastre debido a su diseño poco convencional y la negativa de su creador a someterlo a controles independientes que son estándar en la industria.

El Titán no estaba registrado como navío estadounidense ni con las agencias internacionales que regulan la seguridad. Y no fue clasificado por un grupo de la industria marítima que establece estándares en asuntos como la construcción del casco.

El director ejecutivo de OceanGate, Stockton Rush, que estaba pilotando el Titán cuando implosionó, se llegó a quejar de que las regulaciones pueden sofocar el progreso.

“Poner a una entidad externa al día en cada innovación antes que se pruebe en el mundo real es un anatema para la innovación rápida”, escribió Rush en una publicación de blog en el sitio web de su empresa.

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