La cifra de muertos como resultado de una fuerte explosión en República Dominicana a principios de esta semana ascendió el miércoles a 25, mientras los bomberos aún combaten las llamas, informó un alto funcionario de Defensa Civil a The Associated Press.
El funcionario, quien habló bajo condición de anonimato debido a que no estaba autorizado a hablar con la prensa, dijo que el número de desaparecidos se mantiene en 10 debido a que las autoridades forenses aún intentan determinar si los cuerpos adicionales corresponden a los desaparecidos.
El personal de emergencias aún no ha podido tener acceso total al edificio en donde se registró la explosión del lunes en una panadería de la ciudad de San Cristóbal, que se ubica a poca distancia al oeste de la capital Santo Domingo.
El estallido se produjo en una panadería de la localidad de San Cristóbal, que se ubica a poca distancia al oeste de Santo Domingo. Las autoridades dijeron en un comunicado que el fuego se propagó a una ferretería ubicada a un costado y a una tienda de muebles cercana. Por el momento se desconoce qué provocó la explosión.
En las calles podían verse automóviles carbonizados y escombros de un par de edificios desplomados, y humo espeso se elevaba del centro de la ciudad. Varios negocios decidieron evacuar, y muchas personas se acercaron para tomar video del incidente.
La explosión ocurrió en un área conocida como el “Mercado Viejo”, donde multitudes acuden a diario para comprar diversos bienes, desde fruta hasta ropa. Las víctimas fueron un bebé de 4 meses, que falleció a consecuencia de una lesión en la cabeza, y dos adultos cuyos cuerpos tenían quemaduras en el 90% de la piel, según una declaración del doctor Mario Lama, director del Servicio Nacional de Salud. Varias personas fueron trasladadas a un hospital de Santo Domingo, incluidos pacientes con quemaduras en el 40% del cuerpo, señaló.
Pura Casilla, gobernadora de la provincia de San Cristóbal, le dijo a la cadena Noticias SIN que el estallido ocurrió en un área comercial y afectó fuertemente a los negocios cercanos al centro de la ciudad.
Los bomberos aún combatían las llamas el lunes por la noche. Las autoridades le ordenaron a la gente alejarse del área, advirtiéndoles que otros edificios podrían venirse abajo.
Funcionarios gubernamentales llegaron al lugar, incluido el legislador Franklin Rodríguez, que le dijo a la prensa local que le preocupa la salud y seguridad de las personas, dado el espeso humo que aún se elevaba desde varios edificios.