Tras dos años de la devastadora pérdida de su hijo de 25 años de edad a causa del fentanilo, Rosa María Jacinto asumió la misión de sensibilizar a la sociedad sobre los peligros mortales de esta droga.
“Los jóvenes están muriendo en sus propias habitaciones, en sus camas, en sus hogares”, advirtió. “Debemos unir fuerzas: gobierno, comunidad, padres, maestros y profesionales, para enfrentar esta amenaza y salvar vidas”, afirmó esta madre.
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Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades existen dos variantes de fentanilo: el de origen farmacéutico y el fentanilo producido de manera ilegal. Ambos son opioides sintéticos. El fentanilo farmacéutico es prescrito por profesionales médicos para el manejo de dolores intensos, particularmente tras cirugías y en fases avanzadas de la enfermedad del cáncer.
El que se produce de manera ilegal avanza a pasos agigantados en Puerto Rico cobrando vidas de jóvenes como el hijo de Jacinto.
“Mi hijo, como muchos jóvenes, comenzó su andar con la marihuana desde temprana edad. Además de eso, él luchaba con problemas de salud mental y buscaba alivio en la automedicación”, compartió Jacinto. A pesar de los esfuerzos de la mujer por buscar ayuda profesional para su hijo, él finalmente quedó atrapado en el uso de sustancias.
Después de una búsqueda de rehabilitación en Puerto Rico, Jacinto decidió enviar a su hijo a un centro de rehabilitación en Estados Unidos. “Es crucial entender que esto es una enfermedad y debe tratarse como tal”, dijo.
El joven regresó a Puerto Rico y, en un trágico giro, volvió a caer en las redes de la adicción. “Vi a una amiga sufrir la pérdida de su hijo debido al fentanilo”, relató Jacinto. “Le expliqué a mi hijo sobre la gravedad de la situación, pero él lo desestimó. Dos años después, en agosto de 2021, su vida se apagó debido a una intoxicación por fentanilo que estaba presente en la cocaína que consumió”, relató.
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Jacinto destacó la importancia de la educación temprana y la colaboración entre diferentes sectores de la sociedad.
“La adicción ha cambiado de cara, ya no es el muchacho que veíamos en la luz”, comentó.
La madre compartió que fue 10 meses después de la muerte de su hijo cuando el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) confirmó que la causa había sido el fentanilo.
¿Qué dicen las autopsias?
La directora del ICF, María Conte Miller, reveló que en el año 2022 se registraron 651 muertes directamente atribuidas al fentanilo. Sin embargo, enfatizó que el proceso de certificación de estas muertes es complejo y puede llevar varios meses, debido a los rigurosos análisis toxicológicos que deben realizarse.
“La situación es preocupante”, expresó la experta forense. “Hemos observado un aumento constante en los casos de muertes relacionadas con el fentanilo. Actualmente, en 2023, ya hemos registrado 152 casos, pero este número podría cambiar significativamente a medida que se completen los análisis”, advirtió.
Conte Miller detalló que las víctimas mortales de fentanilo suelen ser adultos, principalmente hombres entre 20 y 55 años.
La funcionaria también subrayó la creciente preocupación por la combinación letal de fentanilo con otras sustancias, como la cocaína. En casos en los que se evidencia esta mezcla, la causa de muerte se cataloga como resultado del uso conjunto de fentanilo y cocaína.
La doctora explicó que solo dos miligramos de fentanilo son suficiente para causarle la muerte a varias personas.
A juicio de Conte Miller, en Puerto Rico el problema radica en el fentanilo ilícito, y no en el legalmente recetado con fines médicos. La doctora apuntó que en el caso del fentanilo ilegal, la distribución se hace a través de laboratorios clandestinos. Mencionó que la letalidad de esta sustancia supera incluso a otros opioides.
“Es un camaleón”, advirtió Conte Miller. “Puede tomar diversas formas, desde polvo hasta pastillas que se asemejan a medicamentos legítimos. Su potencia es asombrosa y su capacidad para ocasionar muertes es alarmante”, agregó.
Las sobredosis en aumento
“En todo Puerto Rico, estamos recibiendo informes de sobredosis compartidos por diversos equipos de respuesta de primeros auxilios, tanto a nivel comunitario como estatal”, afirmó por su parte el director del proyecto de respuesta estatal ante la alerta de opioides de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), Víctor M. Serrano.
Los informes llegan a través de testigos o de sobrevivientes. En un 40 % de los casos se reporta el consumo de fentanilo.
Sin embargo, el doctor Serrano advierte que estos datos son auto informados, lo que sugiere que la presencia de fentanilo en la isla podría ser aún más alta. El aumento en los eventos de sobredosis se atribuye a la potencia del fentanilo y al desconocimiento sobre su presencia en las sustancias consumidas.
Desde la creación de un grupo de trabajo en 2017 para abordar las sobredosis por opioides en Puerto Rico, la respuesta al fentanilo ha cobrado un nuevo impulso. El Gobierno de Estados Unidos declaró una crisis por muertes relacionadas con sobredosis de opioides, lo que llevó a la asignación de fondos.
A medida que el uso ilícito de fentanilo ha incrementado, la necesidad de educación, prevención y tratamiento se ha vuelto más apremiante.
Hasta la fecha, se han reportado 3,511 eventos de sobredosis en la plataforma de vigilancia de ASSMCA desde junio de 2019, de los cuales el 4 % ha sido fatal.
El ritmo de aumento en los eventos de sobredosis es acelerado. Una revisión a los datos de ASSMCA apunta que en el año 2019 fueron 42 eventos, en el 2020 fueron 279, en el 2021 aumentaron a 780 y el año pasado fueron 1,223 lo que significa que la cifra en lo que va del 2023 ya casi iguala los reportes del 2022.
ASSMCA realiza desde ferias públicas hasta capacitaciones para profesionales de la salud y talleres en iglesias locales. Además, han lanzado campañas publicitarias y se han proporcionado tiras de prueba de fentanilo para que las personas puedan verificar la presencia de esta sustancia en drogas antes de consumirlas.
Tráfico ilícito en prisiones
Dentro de las cárceles, el subsecretario del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR), Sixto Marrero, dijo que para el año fiscal 2021-2022 se registraron aproximadamente 16 fallecimientos por intoxicación y 23 por causas naturales, aunque aún se están evaluando algunos casos. Sin embargo, un artículo en el medio especializado Medicina y Salud Pública apunta a que el año pasado más de 70 confinaos murieron por intoxicación con fentanilo.
Marrero explicó que el fentanilo presenta un riesgo único debido a su dificultad para ser detectado. Además, el funcionario enfatizó que el fentanilo sintético puede ser absorbido a través de la piel. Esto significa que incluso el simple contacto con una superficie contaminada podría resultar en una sobredosis o reacción.
Según Marrero, han implementado registros rutinarios, chequeos de visitantes y el uso de equipos electrónicos de escaneo.
El DCR lleva junto con la compañía Physician Correction, encargada de los servicios médicos en las cárceles, una campaña de concienciación dirigida a la población correccional. Marrero mencionó que se ha capacitado a todos los trabajadores correccionales en el uso de naloxona, también conocida como Narcan, un antídoto que puede salvar vidas en caso de una sobredosis de opioides.
Legislatura
El senador independiente José Vargas Vidot, planteó que existe una indiferencia preocupante hacia esta creciente epidemia. “Las personas se han acostumbrado a aceptar las muertes por fentanilo como parte de una limpieza social”, explicó. “Es fundamental entender que cada vida perdida en esta crisis es una tragedia en sí misma”, agregó.
“Parece que nadie está dispuesto a asumir la responsabilidad sólida y contundente que se necesita para abordar esta sustancia en particular”, cuestionó el senador independiente.
El legislador hizo hincapié en que el fentanilo ha permeado profundamente en la sociedad. “Prácticamente en todos los puntos de Puerto Rico, el fentanilo está presente de una forma u otra”, advirtió. “Ya sea que se compre directamente o que se sustituya por heroína sin el conocimiento del consumidor, esta sustancia ha infiltrado todos los rincones”, reiteró.
Agregó que el acceso a tratamientos es limitado en comparación con la penetración de la droga. “Cerca del 6 % de las personas con uso problemático de opioides en Puerto Rico tienen acceso a espacios de tratamiento”, lamentó.
Para Vargas Vidot, parte del problema es una preferencia histórica por la interdicción punitiva en lugar de enfoques de prevención y tratamiento. “La indiferencia y la falta de intensidad por parte del gobierno están alimentando esta epidemia”, concluyó.