Las elecciones presidenciales en Ecuador comenzaron y el candidato, Daniel Noboa, de 35 años de edad, descolocó el tablero electoral de Ecuador y llegó a la segunda vuelta del 15 de octubre. En la misma se medirá con la postulante izquierdista Luisa González.
Noboa, sorprendió en las elecciones anticipadas del domingo luego de transitar una campaña electoral en la que pasó casi desapercibido para sus contrincantes. Ninguno de ellos enfiló ataques en su contra y esa, tal vez, fue una de las ventajas que le catapultó a la siguiente fase. Tampoco las encuestas lo ubicaban por encima del quinto peldaño.
Con el 93% de los votos escrutados, Noboa alcanzaba el 23,66%, para ubicarse en el segundo lugar por detrás de González, del partido La Revolución Ciudadana, del expresidente Rafael Correa (2007-2017), que sumaba 33,31%.
Es la primera vez que el joven político, que llegó en su propio helicóptero a sufragar y permanentemente usa chaleco antibalas, participa en una contienda presidencial, y alcanzó lo que su padre, el empresario multimillonario Álvaro Noboa, no consiguió en sus cinco intentos por llegar a la presidencia en la nación andina.
Su trayectoria política empezó apenas en 2021 cuando alcanzó una curul en la Asamblea Nacional, donde presidió la comisión de Desarrollo Económico. A sus 18 años, creó su propia empresa de organización de eventos y dos años más tarde ingresó a la Corporación Noboa, de su padre, donde ocupó cargos directivos del área naviera, logística y comercial.
Tiene un título en Administración de Negocios y otro en Administración Pública, este último por la universidad Harvard Kennedy School. Además, cuenta con una maestría de Gobernanza y Comunicación Política, en la Universidad George Washington. Está casado y tiene dos hijos.
Aunque según las encuestas Noboa rondaba el sexto puesto entre los ocho candidatos, algo cambió tras el debate presidencial.
“Con esa misma convicción de darle seguridad y empleo al país, vamos a darle sostenibilidad. Somos la nueva generación y no somos ni hemos sido contratistas públicos, ni partes de gobiernos anteriores”, señaló durante el debate público una semana antes del llamado a las urnas, en alusión a las supuestas ventajas sobre sus contrincantes.
Sin un discurso confrontativo y más bien sereno, Noboa hizo gala de sus propuestas durante las preguntas y réplicas sobre las distintas temáticas abordadas.
Habló de devolverle liquidez al país, de fortalecer la Seguridad Social, de generar más empleo y atraer la inversión, de un especial cuidado de las fuentes de agua, de tecnificar el agro y administrar correctamente la energía eléctrica. Como los demás, antepuso la seguridad como condición para la recuperación del país.
“Con empleo es que vamos a volver a tener dignidad y tranquilidad en nuestras calles y poder invertir y sacar adelante un país que tiene todo y no puede salir del hueco en el que está”, enfatizó.
Dijo que dotará de herramientas a las Fuerzas Armadas, a través de un plan de seguridad integral y de una reforma al sistema judicial y al Código Penal. Propuso crear un sistema de jurados ciudadanos elegibles y unificar el sistema de inteligencia y centralizarlo para que los negocios y las familias “puedan vivir tranquilos”.
Juan Francisco Camino, analista y docente de la Universidad de Los Hemisferios, dijo que uno de los factores clave en el sorpresivo avance de Noboa podría ser el trabajo silencioso que realiza a través de una fundación de ayuda social presidida por su madre, Anabella Azín.
El político multimillonario llevó asistencia médica y alimentos especialmente a sectores marginales y rurales, “en un contexto en que el Estado está ausente en esas zonas; ha sido de un impacto fuerte”, subrayó el analista a The Associated Press.
Además, para los sectores urbanos la imagen de un “joven, deportista, sereno y, sobre todo, con amplia formación en el exterior, evidentemente llama la atención”, apuntó.
Noboa recibió los resultados electorales acompañado de su madre en su centro de campaña en la ciudad costera de Guayaquil, donde sus simpatizantes estaban eufóricos.
Los ecuatorianos llegaron a esta elección adelantada luego de que el presidente Guillermo Lasso disolvió la Asamblea Nacional a mediados de mayo para evitar un juicio político en su contra y acortó casi a la mitad su propio periodo de gobierno.
“Estamos ante una nueva polarización en el país, ahora es lo nuevo ante lo viejo, hay un hartazgo generalizado hacia las anteriores prácticas de hacer política”, afirmó Esteban Ron, decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad UISEK.
Indicó que el votante ecuatoriano está apoyando ahora a “personas y no a ideologías” y en ese sentido Noboa tiene “una hoja de vida impresionante… un modelo de estudios que cualquier quisiera haber tenido”.