ULÁN BATOR, Mongolia (AP) — El Papa Francisco elogió el sábado la tradición de libertad religiosa de Mongolia, que se remonta a los tiempos de su fundador, Gengis Kan, en el inicio de la primera visita papal de la historia a la nación asiática que incluyó palabras de aliento para su pequeña comunidad católica.
El pontífice se reunió con el presidente del país, Ukhnaagiin Khurelsukh, en una típica ger mongola o yurta — una tienda de campaña redonda — instalada dentro del palacio de Estado, y en su mensaje en el libro de visitas escribió que visitaba Mongolia, “un país joven y antiguo, moderno y rico en tradiciones”, como un peregrino de paz.
Francisco visita Mongolia para atender a una de las comunidades católicas más nuevas y pequeñas del mundo, con unos 1.450 creyentes, y para hacer una incursión diplomática en una región donde la Santa Sede tiene desde hace tiempo relaciones turbulentas, con Rusia al norte y China al sur.
La cristiandad ha estado presente en la región desde hace cientos de años, pero la Iglesia católica está legalmente en Mongolia desde 1992, cuando el país dejó atrás su gobierno comunista, aliado de la Unión Soviética, y consagró la libertad religiosa en su Constitución.
Aunque el catolicismo está tolerado y es legal, los misioneros extranjeros que trabajan aquí lamentan que el gobierno restrinja su número y trate a la Iglesia como a una organización no gubernamental, limitaciones que el Vaticano espera eliminar con un amplio acuerdo bilateral.
En sus declaraciones, Francisco elogió la tradición de libertad religiosa de Mongolia, poniendo de relieve que existió incluso durante el periodo de la vasta expansión del imperio mongol por gran parte del mundo. En su apogeo, sus territorios llegaban hasta Hungría, en Occidente, para convertirse en el imperio terrestre contiguo más grande de la historia.
Hoy en día, esta nación sin salida al mar está encajada entre Rusia y China y es mayoritariamente budista, con vínculos tradicionales con los principales lamas del Tíbet, incluyendo el Dalai Lama.
“El hecho de que el imperio pudiera abarcar territorios tan distantes y diversos durante siglos es testimonio de la notable capacidad de sus ancestros para reconocer las sobresalientes cualidades de los pueblos presentes en su inmenso territorio y poner esas cualidades al servicio de un desarrollo común”, dijo Francisco al presidente, diplomáticos y líderes culturales en sus declaraciones en el palacio de Estado.
“Hay que valorar este modelo y replantearlo en nuestra actualidad”, agregó.
Refiriéndose al periodo de relativa estabilidad política en el Imperio Mongol en el siglo XIII, que permitió el florecimiento del comercio y los viajes, el papa pidió que ese momento de fraternidad y paz arraigue hoy en día y se extienda por toda la región.
“Que Dios nos conceda que sobre esta tierra devastada por tantos conflictos, se recreen también hoy, en el respeto de las leyes internacionales, las mismas condiciones de lo que en su día fue la pax mongolica (paz mongola), es decir, la ausencia de conflictos”, afirmó.
Khurelsukh se refirió también a la “pax mongolica” en sus declaraciones, afirmando que ese mismo espíritu continúa guiando los esfuerzos de Mongolia para convertirse en un actor pacífico y multilateral en el escenario global.
Francisco se reunió más tarde en el día con los obispos y misioneros que han cultivado la fe católica en la nación durante las tres últimas décadas, y presidió un acto en la catedral de San Pedro y San Pablo, en la capital, Ulán Bator. En el altar había una delicada talla de madera de la Virgen, que fue encontrada por una mujer mongola en un vertedero y que se ha convertido en el símbolo de la institución en el país.
A su entrada al templo con forma de yurta, donde bendijo a los asistentes con agua bendita, el pontífice fue recibido con vítores de “¡Viva il Papa!” dentro y fuera de la catedral, donde se calcula que se congregaron unas 2.000 personas.
Francisco trató de animar a los misioneros diciéndoles que “no tengan miedo de los números reducidos, de los éxitos que no llegan, de la relevancia que no aparece”. En su lugar, les pidió que se acerquen a los fieles mongoles, que aprendan su idioma y amen su cultura.