La onda tropical que se encuentra sobre la cuenca del océano Atlántico, denominada AL92, continúa mostrando señales de organización, por lo que esta semana podría formase una depresión tropical, precisó en su más reciente informe el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) en Miami.
La zona de sospecha ciclónica, que recientemente salió del continente africano, se encuentra en baja latitud ubicada a cientos de millas al sur de las Islas de Cabo Verde.
“Este sistema se ha vuelto mejor organizado desde ayer (domingo)”, detalló la organización. “Las condiciones ambientales parecen propicias para un desarrollo gradual de este sistema durante los próximos días. Es probable que se forme una depresión tropical a mitad de semana”, agregó.
El NHC le otorga un 60 por ciento de probabilidad ciclónica para las próximas 48 horas (mediana), mientras que para los siguientes siete días le da un 80 por ciento (alta). Actualmente, el disturbio atmosférico se mueve el oeste-noroeste hacia el noroeste.
Los modelos meteorológicos más confiables, es decir, el Global Forecast System (GFS) y el European Centre for Medium-Range Weather Forecasts (ECMRWF), mantienen al sistema lejos del Caribe, por lo que, al momento, no hay amenazas tropicales para Puerto Rico y las Islas Vírgenes Estadounidenses.
De convertirse en tormenta tropical llevaría por nombre “Sean”.
La temporada de huracanes en el Atlántico comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre.
¿Qué se necesita para que un sistema sea catalogado como una depresión tropical, tormenta y huracán?
Para que un sistema sea catalogado como depresión tropical, debe tener una circulación cerrada, pero con menos de 39 millas por hora de vientos máximos sostenidos en superficie, de acuerdo con NHC. Luego, cuando los vientos superan ese umbral, se convierte en tormenta tropical y recibe un nombre.
Posteriormente, cuando las condiciones atmosféricas y marinas son favorables y los vientos superan las 74 millas por hora, se le designa como huracán. En ese momento, se utiliza la escala Saffir-Simpson para clasificar la fuerza del sistema en cinco categorías basadas en la fuerza del viento.