BATON ROUGE, Luisiana, EE.UU. (AP) — El fiscal general Jeff Landry, un republicano respaldado por el expresidente de Estados Unidos Donald Trump, ha ganado las elecciones a gobernador de Luisiana ante una larga lista de rivales.
El resultado era una victoria importante para el Partido Republicano, que recuperaba la mansión del gobernador por primera vez en ocho años. Landry sustituirá al gobernador saliente, John Bel Edwards, que no pudo presentarse a la reelección debido a los límites de mandatos. Edwards es el único gobernador demócrata en el corazón sureño de Estados Unidos.
“Las elecciones de hoy dicen que nuestro estado está unido”, dijo Landry en su discurso de celebración el sábado por la noche. “Es un toque de atención y es un mensaje que todo el mundo debe escuchar alto y claro, que la gente en este estado esperará más de nuestro gobierno a partir de ahora”.
Al conseguir más de la mitad de los votos, Landry evitó una segunda vuelta prevista según el sistema de primarias del estado. Las últimas veces que no hubo dos rondas en los comicios a gobernador de Luisiana fueron 2011 y 2007, cuando Bobby Jindal, un republicano, salió vencedor.
Landry, de 52 años, ha aumentado el protagonismo del puesto de fiscal general desde que asumió el cargo en 2016. Ha utilizado su posición para defender políticas conservadoras. Más recientemente llamó la atención por su implicación y su firme defensa de leyes estatales que han provocado encendidos debates, como la prohibición de la atención médica de las cirugías de reasignación de género para jóvenes transgénero, la prohibición casi total del aborto en el estado que no contempla excepciones por violación o incesto, y una ley que restringe el acceso de los jóvenes a “material sexualmente explícito” en bibliotecas, algo que los críticos temen vaya dirigido contra los libros de temática LGBTQ+.
Landry ha chocado a menudo con Edwards en cuestiones como los derechos LGBTQ, las finanzas del estado y la pena de muerte. También ha llevado al estado a peleas nacionales en varias ocasiones, como las políticas del presidente, Joe Biden, que limitan la producción de petróleo y gas y las órdenes de vacunación contra el COVID-19.
Ha dejado claro que una de sus prioridades como gobernador será combatir la delincuencia en zonas urbanas. El republicano ha empleado un mensaje de mano dura contra el crimen, reclama más “transparencia” en el sistema de justicia y respalda la pena de muerte. Luisiana tiene la segunda tasa de asesinatos per capita más alta del país.