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Energía distribuida en techos ¿Es una ruta viable a gran escala?

Actualmente se analizan los caminos para transicionar a la energía renovable.

Antes de la instalación de un sistema fotovoltaico en su techo, el colmado en la comunidad de Alto de Cuba, Adjuntas, recibía una factura de luz de $400 mensuales. Tras la ayuda de la organización sin fines de lucro Casa Pueblo, para instalar equipos solares y baterías en dicha comunidad, la factura disminuyó a $5, y el negocio comenzó a vender helados y carnes porque sabe que no va a perder el inventario en el caso de un apagón.

Casa Pueblo opera con energía solar desde 1999, por lo que, tras el embate del huracán María, en 2017, continuó energizado a pesar de que el país entero quedó a oscuras.

La entidad impulsa la democratización de la generación eléctrica. “En lugar de que esté en Genera PR, de que estén los que queman carbón, que sea la gente la que contribuya con generación descentralizada a la generación de energía del país”, sostuvo Arturo Massol Deyá, director ejecutivo de Casa Pueblo, organización que ha mediado la instalación de sistemas solares en más de 200 residencias y gestionado más de 400 proyectos.

Además de representar un ahorro para los usuarios, la generación de energía a través de placas solares reduce la huella ecológica y permite que el consumidor esté en una mejor posición para responder a desafíos climáticos, según Massol Deyá.

“A punto de caramelo” dos microrredes en Adjuntas

Casa Pueblo está mediando dos proyectos de microrredes, con la iniciativa Adjuntas Pueblo Solar, que comprenden 800 paneles solares y dos baterías de un megavatio de almacenaje, interconectando así a 15 negocios. “Toda la instalación está lista, pero todavía falta afinar unos temas técnicos”, dijo Massol Deyá.

“Es un proyecto técnicamente mucho más complejo porque ahí se interactúan muchos espacios con unas demandas energéticas abismales: la panadería, la pizzería, la farmacia, etc., y esa interconexión de techos y esas dinámicas son complejas. Estamos aprendiendo. Es como moviéndonos a una escala de complejidad mayor, y estamos bien cerquita”, compartió.

El director ejecutivo de la entidad indicó que, una vez las microrredes estén completamente funcionales, le economizarán, a Adjuntas, cerca de $50,000 anuales en electricidad.

“Nosotros hacemos esto no por darte un panel solar, estamos abordando esto por lo ambiental o de justicia”, expresó Massol Deyá.

DOE financia proyectos de energía solar

El Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés) federal destinará $453.5 millones del Fondo de Resiliencia Energética de Puerto Rico a aumentar las instalaciones de energía solar fotovoltaica en techos y el almacenamiento en baterías en todo el archipiélago, impactando hasta 40,000 viviendas unifamiliares.

El financiamiento sería el primer desembolso de una asignación de $1,000 millones para la instalación de sistemas de energía solar y baterías para los residentes más vulnerables de Puerto Rico.

Las solicitudes para el incentivo cerraron entre septiembre y octubre, por lo que el DOE anunciará los recipientes antes de que culmine este año, según Agustín Carbó Lugo, director del Equipo de Recuperación y Modernización de la Red Eléctrica de Puerto Rico.

Los premios de esta primera fase se destinarán a cuatro tipos de recipientes: los instaladores; entidades sin fines de lucro o comunitarias, que organizarán la instalación para los residentes que cumplan con los requisitos; el componente educativo, para que la gente entienda cómo funcionan los sistemas y cómo maximizar su uso; y los embajadores solares, que ayudarán a identificar a las personas más vulnerables.

Los fondos cubrirán los gastos en el equipo, las instalaciones, así como los esfuerzos para educar a los residentes impactados.

Las primeras instalaciones están previstas para la primavera de 2024, aunque están sujetas a la disponibilidad de los materiales. Los trabajos de esta primera fase deben completarse en los próximos cinco años, y el mantenimiento de los equipos se extenderá por los próximos 20 años.

“Está enfocado en cargas críticas. No es que quizás le podamos proveer un sistema que le va a dar resiliencia a la casa completa, pero le va a dar resiliencia suficiente para poder prender los enseres que son necesarios”, explicó Carbó Lugo.

Por su parte, el director de Casa Pueblo vocalizó su preocupación ante dichos desembolsos del DOE, pues “me temo que, en lugar de construir el oligopolio del petróleo, del carbón, se va a estar construyendo un oligopolio solar”.

“Para mí es problemático porque la inversión no es para transferir la infraestructura energética a las comunidades y a la gente. Es problemático en la medida en que se construyen estos módulos de la energía solar en pocas empresas, y las pequeñas compañías emergentes van a quedar en un escenario de competencia completamente desleal”, añadió.

Carbó Lugo argumentó que dicha financiación no necesariamente perjudicaría a las compañías emergentes, pues el proceso estuvo abierto para todas las personas. “Es una situación limitada. Lo importante es que tengan la capacidad de hacer el trabajo y le den la garantía necesaria. No queremos que alguien le instale un equipo a una entidad y después se queden sin capacidad financiera para poder continuar con el proyecto, y la operación y mantenimiento que requieren estos equipos”.

Para la siguiente fase de los desembolsos, que será anunciada a principios de 2024, Carbó Lugo adelantó que se está considerando impactar a las residencias multifamiliares, establecer microrredes comunitarias e inclusive añadir sobre los esfuerzos de la primera etapa.

¿Puerto Rico podrá energizarse con 100 % energía renovable para 2050?

La Ley 17 de 2019, o Ley de Política Pública Energética de Puerto Rico, establece que el 100 por ciento de las necesidades energéticas del país deben satisfacerse con energía renovable para 2050.

“No hay que usar áreas agrícolas. Si usamos los techos –espacios ya comprometidos– podemos hacer aprovechamiento de ese lugar y generar más del 100 por ciento de la demanda del país”, aseguró Massol Deyá.

Tanto Massol Deyá como Carbó Lugo coincidieron en que es posible alcanzar dicha meta, pero que, para lograrlo, se necesitaría combinar distintos tipos de fuentes renovables.

No obstante, el director de Casa Pueblo sostuvo que “el año que sea no importa, porque cuando ves los proyectos de Genera Puerto Rico y los que están en la Junta de Control Fiscal, quieren gasificar. Esas son inversiones a largo plazo. Entonces, hay una contradicción en lo que se le dice al país de que nos vamos a mover a renovables versus lo que está ocurriendo”.

Por su parte, el DOE culminará, en diciembre, su Estudio de Resiliencia de la Red Eléctrica de Puerto Rico y Transiciones a Energía 100 % Renovable, o PR100, que busca analizar los caminos para transicionar a la energía renovable.

Dicha investigación establece que Puerto Rico tiene diez veces la capacidad de generar energía con fuentes renovables para satisfacer la demanda energética de la isla.

Carbó Lugo indicó que espera que el PR100 forme parte del proceso evidenciario del Plan Integrado de Recursos, que comenzará a principios del próximo año en el Negociado de Energía de Puerto Rico para evaluar cuáles son los activos de generación que el país necesita en un horizonte de 20 años.

“Entendemos que existen los caminos para lograr eso [meta 2050], pero hace falta también el compromiso de todas las partes”, puntualizó Carbó Lugo.

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