El experto de las Naciones Unidas en derechos humanos en Haití dijo el martes que está alarmado por la rápida propagación de la violencia de las pandillas y el sombrío futuro que aguarda a los niños en el asediado país.
William O’Neill habló al final de una visita de una semana a Haití, la segunda este año en medio de un aumento de la violencia que ha desplazado a más de 200.000 personas.
“Los asesinatos, las lesiones y los secuestros son el pan diario de la población”, afirmó. “Aparentemente, toda una generación está siendo sacrificada por la violencia, y el futuro de un país está amenazado por la dramática situación que enfrenta su juventud”.
Se reportaron más de 1.230 asesinatos y 701 secuestros en todo Haití entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, más del doble de la cifra reportada durante el mismo período del año pasado, según la ONU.
Se estima que en Haití operan unas 200 pandillas, y los grupos más grandes controlan hasta el 80% de la capital Puerto Príncipe.
“Un desafío importante es el hecho de que muchos miembros de pandillas son niños”, dijo O’Neill. “Será necesario implementar programas de rehabilitación y reintegración para la gran mayoría de ellos”.
También señaló que la violencia de las pandillas se ha extendido a áreas previamente pacíficas en las regiones central y noroeste de Haití y que más de 500.000 niños no tienen acceso a la educación debido al aumento de la violencia.
O’Neill dijo que las pandillas también continúan abusando sexualmente de mujeres y niñas que no tienen acceso a atención médica.
“El Estado debe asumir sus responsabilidades no sólo de prevenir violaciones y abusos de los derechos humanos, sino también de proteger a su población, especialmente a los más vulnerables”, afirmó.
La Policía Nacional de Haití, que carece de personal y recursos, ha tenido dificultades en su lucha contra las pandillas, con sólo unos 4.000 agentes de servicio en un país con 11,7 millones de habitantes.
Además de la violencia, Haití también está luchando contra un hambre cada vez mayor en medio de una inflación vertiginosa. Casi la mitad de la población del país pasa hambre y los expertos esperan que esas cifras aumenten.
“Espero que algún día podamos ver la luz en este país”, dijo Jean-Marc Jean Pierre, quien se ha visto obligado a mudarse varias veces debido a la violencia de las pandillas. “Si todos pudieran salir de este país, ya nos habríamos ido”.