¿Podríamos estar viviendo en una simulación informática como “Matrix”?

Varios científicos, empresarios, tecnólogos y filósofos de renombre se toman muy en serio

La serie de películas “Matrix” ha mostrado a algunos humanos viviendo en una simulación informática, inconscientes de su naturaleza artificial. Y recientes investigaciones sugieren que, al igual que en esas películas, nuestra realidad podría estar construida artificialmente.

El Dr. Melvin Vopson, físico de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), ha explorado si una nueva ley de la física podría reforzar la debatida teoría de que no somos más que personajes de un avanzado reino virtual.

Esta idea, conocida como la hipótesis del universo simulado, sugiere que las experiencias humanas forman parte de una realidad artificial, parecida a una simulación informática, en la que son meras construcciones.

Esta hipótesis ha ganado adeptos entre varias personalidades notables y dentro de una rama científica llamada física de la información. Esta rama postula que la realidad física consiste principalmente en bits de información.

“La teoría de la simulación es tomada muy en serio por varios científicos famosos, líderes empresariales, tecnólogos y filósofos. He visto muchas entrevistas con Neil deGrasse Tyson, Elon Musk, Nick Bostrom, Seth Lloyd, etc., todos ellos afirmando la alta probabilidad de que nuestro mundo sea una simulación o algún tipo de proceso computacional”, explica Vopson a Metro.

Su reciente investigación analiza si una nueva ley de la física podría respaldar tales nociones, apuntando potencialmente a la existencia de un universo simulado similar a “Matrix”.

El Dr. Melvin Vopson ya ha publicado investigaciones que sugieren que la información posee masa y que todas las partículas elementales -los bloques de construcción más diminutos del universo- almacenan información sobre sí mismas, similar al ADN humano.

En 2022, identificó una nueva ley física que podría predecir las mutaciones genéticas en los organismos, incluidos los virus, y evaluar sus posibles repercusiones. Esta ley tiene sus raíces en la segunda ley de la termodinámica, que afirma que la entropía -desorden medido en un sistema aislado- sólo puede aumentar o permanecer invariable.

Vopson anticipó que la entropía en los sistemas de información también aumentaría con el tiempo. Sin embargo, al examinar la evolución de estos sistemas, comprobó que o bien permanece estable o bien disminuye. Esta observación le llevó a establecer la segunda ley de la dinámica de la información, o infodinámica, que podría influir significativamente en la investigación genética y las teorías evolutivas.

En declaraciones a Metro, el científico explicó que la segunda ley de la infodinámica exige minimizar el contenido de información relacionado con cualquier acontecimiento o proceso universal. Minimizar el contenido de información significa esencialmente optimizarlo.

Este comportamiento refleja fielmente las reglas utilizadas en los lenguajes de programación y en la codificación informática, lo que concuerda con sus observaciones empíricas.

“Esto es lo que revela la segunda ley de la infodinámica, por lo que una conclusión lógica es que, aunque no aporta una prueba definitiva, sin duda sustenta la teoría del universo simulado”, concluyó el Dr. Melvin Vopson.

Vea el video en el que el Dr. Melvin Vopson explica su hipótesis:

Pistas que sugieren que nuestra realidad física podría ser una realidad virtual simulada por el Dr. Melvin Vopson

Cualquier reino de realidad virtual tiene sus raíces en el procesamiento de la información. Esto implica que todo está digitalizado o pixelado a un tamaño base que no puede dividirse más: los bits. Esto parece reflejar nuestra realidad, según la mecánica cuántica, que supervisa el mundo atómico y de partículas. Según esta teoría, existe una unidad fundamental y discreta de energía, longitud y tiempo.

Las leyes físicas que rigen el universo también se asemejan a las líneas de código informático de una simulación.

Otra peculiaridad física que apoya la hipótesis de la simulación es el límite máximo de velocidad del universo: la velocidad de la luz. En la realidad virtual, esto equivaldría al límite de velocidad del procesador.

La mecánica cuántica implica que la naturaleza no es “real”: las partículas de estado específico, como los lugares concretos, parecen inexistentes a menos que se observen o midan. Del mismo modo, la realidad virtual requiere un observador o programador para que se produzcan los acontecimientos.

Entrevista

Dr. Melvin M. Vopson

profesor asociado de Física en la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) y director general del Instituto de Física de la Información

P: ¿Qué le llevó a estudiar si vivimos en una simulación informática?

- El artículo inicial publicado en 2022, cuando informamos por primera vez de una posible nueva ley de la física, se dedujo únicamente a partir de estudios cuasifenomenológicos, más concretamente sobre dos sistemas: el almacenamiento de datos digitales y el almacenamiento de información genética (ARN). La motivación principal era encontrar un algoritmo predictivo para las mutaciones genéticas desde un enfoque de teoría de la información. Fue entonces cuando observé por primera vez que las mutaciones genéticas se producen de tal manera que su entropía informativa disminuye todo el tiempo, incluso cuando el número de nucleótidos permanece constante. Esto es enorme porque desafía la teoría de la evolución de Darwin al afirmar que las mutaciones genéticas no son procesos aleatorios. Así nació la segunda ley de la infodinámica.

Sin embargo, afirmar que se trata de una nueva ley universal de la física habría sido exagerado en 2022, dado que sólo se investigaron dos sistemas y uno de ellos era computacional. De ahí que el objetivo de este nuevo artículo fuera ampliar el rango de aplicabilidad de esta nueva ley de la física... En otras palabras, comprobarla con algunos otros sistemas, tan diversos como fuera posible.

P: ¿Por qué la segunda ley de la infodinámica apoya la idea de que vivimos en una simulación informática?

- La segunda ley de la infodinámica exige la minimización del contenido de información asociado a cualquier acontecimiento o proceso del universo. En pocas palabras, todo parece evolucionar hacia un estado de equilibrio en el que el contenido de información es mínimo. La minimización del contenido de información significa realmente una optimización del contenido de información (la compresión de datos más eficaz, como se describe en la teoría de la información de Shannon). Tal comportamiento recuerda plenamente a las reglas desplegadas en los lenguajes de programación y la codificación informática. La simulación de un universo supercomplejo como el nuestro requeriría un mecanismo incorporado de optimización y compresión de datos con el fin de reducir la potencia de cálculo y los requisitos de almacenamiento de datos para ejecutar la simulación. Esto es exactamente lo que estamos observando a través de pruebas empíricas a nuestro alrededor, incluidos los datos digitales, los sistemas biológicos, los sistemas atomísticos, las simetrías matemáticas y el universo entero. Esto es lo que revela la segunda ley de la infodinámica, por lo que una conclusión lógica es que, aunque no aporta una prueba definitiva, sin duda sustenta la teoría del universo simulado.

Sin embargo, afirmar categóricamente que vivimos en una simulación, basándose únicamente en este estudio, no es suficiente. Es importante recordar que la segunda ley de la infodinámica es válida independientemente de que el universo sea una simulación o no. Ser una simulación es una posible consecuencia (o conclusión) de esta nueva ley.

P: ¿Cuáles serían las consecuencias si viviéramos realmente en una simulación?

- Si la teoría de la simulación es correcta/verdadera, no habría ninguna diferencia para nosotros ni para nuestras vidas. Esto se debe a que no tenemos un marco de referencia para distinguir entre lo que es real y lo que no lo es. No hay forma de distinguirlo. Sólo métodos científicos profundos pueden revelarlo, e incluso entonces no supondrá ninguna diferencia para nuestra vida cotidiana y nosotros. Generará más preguntas y cuestionará muchas teorías científicas y creencias religiosas, pero no cambiará nada en nuestras vidas. Las principales implicaciones sólo se producirán en la descripción científica de nuestro universo.

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