La realización de un Puerto Rico que opere con 100 por ciento energías renovables para 2050 supone una tarea mucho más tiránica de lo que muchas veces se tiene conocimiento ya que, para sustituir los combustibles fósiles se necesita primero identificar fuentes alternas que puedan compensar esta pérdida de combustibles para producir energía eléctrica.
Uno de los escollos más notables que Puerto Rico debe enfrentar es la falta de capacidad de almacenamiento de energías renovables producidas por paneles fotovoltaicos y molinos de energía eólica.
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Recientemente, el comisionado del Negociado de Energía de Puerto Rico (NEPR), Ferdinand Ramos Soegaard, indicó en la convención Energy 2023 en el Centro de Convenciones de San Juan, que el archipiélago necesita unos 6,000 megavatios por hora (Mvh) de almacenamiento para energía renovable.
El comisionado aseguró durante su participación del evento que el NEPR coordinó con la firma de ingeniería Mesa Associates, para evaluar la posibilidad de desarrollar en Puerto Rico la capacidad de almacenamiento de energía a través del bombeo hidráulico.
Según explicó, una central hidroeléctrica de bombeo es una utilidad que además de transformar la energía potencial del agua en electricidad, tiene la capacidad de hacerlo a la inversa, o sea, aumentar la energía potencial del agua consumiendo para ello energía eléctrica.
Ramos Soegaard presentó como orador al doctor Boualem Hadjerioua, director de estudios de sistemas fluviales y operaciones hidroeléctricas de Mesa Associates, Inc. y profesor adjunto en la Universidad de Vanderbilt, Nashville, Tennessee, quien es el líder del estudio comisionado por el NEPR para auscultar la viabilidad de estas tecnologías.
Doctor Bou, como fue presentado por el comisionado, explicó la importancia que tiene el cuestionarse con qué energías se reemplazarán las fósiles una vez sean sacadas de carrera para convertir a Puerto Rico en un país 100 por ciento renovable, toda vez utilizando paneles solares y energía eólica únicamente no resulta suficiente para la necesidad de energía del archipiélago.
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El experto señaló que dada la premura con que Estados Unidos y otros países están migrando hacia las energías renovables, Puerto Rico necesita resolver con igual urgencia el problema de almacenamiento de energía para poder compensar la pérdida de las energías fósiles.
“La mayor parte de las plantas de carbón que se están clausurando ahora las estamos reemplazando con gas natural y petróleo, y según la Agencia Internacional de Energía, al ritmo que utilizamos el gas natural hoy en día, tendríamos entre 55 y 65 años de reserva”, alertó Bou.
“Si Puerto Rico quiere ser 100 por ciento renovable, lo que significa que no vamos a utilizar gas, ni vamos a utilizar carbón, ni petróleo. Entonces, si los sacamos de la cartera de energía actual, ¿con qué queremos reemplazarlos?”, cuestionó.
El almacenamiento de bombeo hidráulico, explicó el experto, posee una capacidad más amplia de entre 10 o 12 horas de almacenamiento que pueden entrar en operación en cualquier momento del día mientras que se mantiene bombeando esa energía durante la noche.
“Solemos llamarlo la póliza de seguro. Está ahí y puede respaldar la red en cualquier segundo del día cuando una de las otras fuentes falle”, señaló mientas hizo la salvedad de que tanto la energía fotovoltaica como la eólica son fuentes intermitentes de energía.
Estrategias para almacenar
El doctor Bou desglosó la estrategia que el estudio que Mesa Associates sugiere para conducir a Puerto Rico hacia un futuro de energías renovables, señalando particularmente la evaluación de sitios para almacenamiento de energía a través de bombeo hidráulico.
El experto aseguró que lo primero que realizó el estudio fue evaluar los activos existentes, incluyendo las centrales eléctricas que están inactivas o que necesitan ser reparadas. Asimismo, la evaluación de las represas y reservas de agua que no generan electricidad.
“Hay muchas represas aquí en Puerto Rico que tienen la represa, el embalse pero no hay energía, no hay casa de máquinas, ni turbina, ni nada. Fueron diseñadas y construidas para otros fines, y podemos fácilmente poner a producir energía a estas plantas y la ventaja es que tiene menos problemas ambientales”, indicó el ingeniero.
“Hay muchas plantas hidroeléctricas existentes en Puerto Rico, alrededor de 20 represas hidroeléctricas en Puerto Rico con una capacidad total de 90 megavatios (Mw) y de todas ellas sólo cuatro están activas. Entonces, si podemos rehabilitarlas con tecnologías más nuevas y eficientes, podemos obtener alrededor de 120 Mw, de modo que esos megavatios de energía hidroeléctrica puedan quedarse ahí y usarlos cuando llegue la necesidad”, añadió.
Bou destacó que estos embalses y plantas hidroeléctricas están disponibles para ser remozadas y acondicionadas para almacenar energía a través del bombeo hidráulico.
Del mismo modo, Bou habló sobre la utilización de canales de riego como potencial fuente de energía hidroeléctrica tomando parte de esa agua y desviándola hacia turbinas que, dijo, podrían generar y almacenar hasta 3 Mw de energía.
“Lo que llamamos almacenamiento por bombeo convencional de unos 400 Mw durante 10 horas podemos hacerlo aquí en Puerto Rico, aseguró Bou.
“Si queremos llegar a la capacidad de almacenamiento de 6.000 Mw, esto es lo que hay que hacer”, señaló.
El experto también mencionó la utilización de paneles solares flotantes para generar y almacenar energía así como la evaluación del dragado y los beneficios de los embalses hidroeléctricos.