La activista británica de derechos humanos, bailarina y viuda de Víctor Jara el cantautor chileno que fue asesinado durante la dictadura, falleció el domingo a los 96 años, confirmó la Fundación Víctor Jara.
La fundación, que fue establecida por la propia Joan, lamentó la muerte de la activista de derechos humanos y anunció que pronto daría a conocer detalles sobre su sepelio.
Nacida en Londres, pero nacionalizada chilena, Joan Jara fue una destacada bailarina. Desde el asesinato de su esposo en los primeros días del golpe de Estado de 1973, Joan Jara dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos y fue una persona muy querida en ciertos ámbitos chilenos.
Joan Jara llegó a Chile a mediados de la década de 1950 y se integró en el Ballet Nacional Chileno. También trabajó como docente de la Escuela de Danza y de Teatro de la Universidad de Chile, creando talleres de experimentación para los coreógrafos chilenos y un “ballet popular” para difundir la danza en las poblaciones rurales del país.
Más adelante dirigió la carrera de Pedagogía en Danza Infantil en la misma universidad, al creer que la danza contribuye a la formación de mejores personas.
El Congreso chileno le otorgó la nacionalidad chilena por gracia en 2009, que recibió de manos de la entonces presidenta Michelle Bachelet.
Como bailarina, Joan Turner Jara recibió el premio de la Academia Chilena de Bellas Artes por su trayectoria y aporte a la danza en 2019 y en dos años más tarde fue galardonada con el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales de Chile.
El jurado de dicho premió considero su labor como “fundamental en el desarrollo de la danza contemporánea. Este reconocimiento también es una expresión de afecto de Chile para alguien quien tanto cariño le ha demostrado al país”.
Tras la muerte de su marido, Jara se exilió junto con sus dos hijas en Gran Bretaña, desde donde emprendió la lucha contra la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y se convirtió en activista de los derechos humanos.
Regresó a Chile a mediados de la década de 1980 y luchó incansablemente durante años para que la justicia chilena esclareciera las circunstancias de la muerte de su esposo, uno de los asesinatos más icónicos de la dictadura.
Un juez determinó en 2013 que el cantante había sido asesinado con al menos 44 impactos de bala.
En agosto pasado, 50 años después de la muerte del cantautor, la Corte Suprema de Chile ratificó la condena de 7 exmilitares del ejército implicados en su asesinato.
“Han pasado tantos años, que se hace difícil sentirlo como justicia, o consuelo. Pero esto es una señal que está dando el Poder Judicial, que sólo desde comienzos de este siglo empezó a darle camino a las investigaciones”, valoró la Fundación Víctor Jara, en una declaración pública firmada por sus dos hijas.
Le sobreviven sus hijas Amanda Jara y, de su primer matrimonio, Manuela Bunster.
