Los pacientes, el personal y los refugiados salieron el sábado del mayor hospital de la Franja de Gaza, según funcionarios de salud, dejando atrás solo un equipo reducido que atendrá a quienes están demasiado enfermos para desplazarse y a las fuerzas israelíes que tomaron el recinto a principios de semana.
El éxodo desde el hospital de la Ciudad de Gaza coincide con el restablecimiento del servicio de internet y telefonía en el enclave luego de una interrupción que había obligado a Naciones Unidas a suspender la entrega de ayuda humanitaria crítica al no poder coordinar los convoyes.
En el sur, un ataque aéreo israelí alcanzó un edificio residencial a las afueras de Jan Yunis y mató a al menos 26 palestinos, según un médico del hospital al que fueron trasladados los cuerpos.
El ejército ha estado registrando el hospital de Shifa en busca de pistas del centro de mando de Hamás que las autoridades israelíes afirman que está debajo del complejo hospitalario — algo que el grupo insurgente y el personal del centro niegan — e instó a las miles de personas que seguían en el complejo a marcharse.
Las autoridades militares indicaron el sábado que el director del centro pidió ayuda para que quienes quisieran marcharse lo hicieran por una ruta segura. El ejército dijo que no se ordenó evacuación alguna y que el personal médico podía quedarse para atender a los pacientes que no pueden ser trasladados.
Pero Medhat Abbas, portavoz del Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, apuntó que el ejército ordenó el desalojo de las instalaciones y dio al personal una hora de plazo para sacar a la gente.
Más tarde, Ahmed Mokhallalati, médico en Shifa, dijo en las redes sociales que había unos 120 pacientes que no podrían irse, incluyendo algunos ingresados en cuidados intensivos y bebés prematuros, y que él y otros cinco doctores se quedaron a tratarlos.
Israel ha insinuado que planea ampliar su campaña hacia el sur mientras continúa con sus operaciones en el norte. En Jan Yunis, el ataque de primera hora del sábado alcanzó Hamad City, una urbanización de clase media construida en los últimos años con financiación qatarí. Además de los 26 muertos, 20 personas más resultaron heridas, explicó el doctor Nehad Taeima en el hospital Nasser.
Israel no suele realizar comentarios sobre ataques individuales y se limita a decir que está atacando a Hamás y tratando de evitar los daños a la población civil. Muchos de sus ataques se han cobrado la vida de mujeres y niños.
La guerra, que está en su séptima semana, estuvo provocada por el letal ataque de Hamás sobre el sur de Israel el 7 de octubre, en el que los insurgentes mataron a más de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y capturaron a unos 240 hombres, mujeres y niños como rehenes.
Desde el inicio del conflicto han fallecido más de 11,470 palestinos, de los cuales dos tercios eran mujeres y mejores, según las autoridades de salud palestinas. Otras 2.700 más han sido dadas por desaparecidas y se cree que están sepultadas bajo los escombros. El conteo oficial no diferencia entre las víctimas civiles y combatientes, e Israel sostiene que ha matado a miles de insurgentes.
Naciones Unidas advirtió que los 2,3 millones de habitantes de la Franja enfrentan una grave escasez de comida y agua, pero no estuvo claro de inmediato si su agencia para los refugiados palestinos, UNRWA, podría reanudar la entrega de ayuda que tuvo que paralizar el viernes.
El proveedor telecomunicaciones palestino dijo que pudo reactivar sus generadores con el combustible donado por la UNRWA. El final del apagón supuso el regreso de las noticias y los mensajes de reporteros y activistas en el asediado enclave a sus perfiles en las redes sociales desde el viernes en la noche.
La principal central eléctrica de Gaza cerró al principio de la guerra e Israel ha cortado el suministro de electricidad. Esto hace que se necesite combustible para alimentar los generadores que hacen funcionar no solo las redes de comunicación, sino también las planas de tratamiento de agua, el saneamiento, los hospitales y otra infraestructura crítica.
Israel ha prohibido la entrada de combustible desde el inicio de la guerra alegando que Hamás podría desviarlo para fines militares. También ha bloqueado la entrada de alimentos, agua y otros suministros, a excepción del goteo que llega a través de la frontera con Egipto, que según los cooperantes es mucho menos de lo necesario.
En adelante, Israel ha dicho que permitirá la entrada de 10.000 litros (2.642 galones) de combustible cada día para el funcionamiento de las comunicaciones, según el Departamento de Estado de Estados Unidos. Además, Israel accedió el vienes — a pedido estadounidense — a permitir una partida diaria “muy mínima” para causas humanitarias, indicó el asesor israelí de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi. El COGAT, el departamento del ejército israelí encargado de los asuntos palestinos, apuntó que la ONU recibirá diariamente 60.000 litros (15,850 galones).
Pero esto es apenas el 37% del combustible que necesita la UNRWA para mantener sus operaciones humanitarias, incluyendo el reparto de alimentos y el mantenimiento de los generadores de hospitales y plantas de saneamiento y agua, dijo la ONU.
Gaza ha recibido apenas el 10% de los alimentos que necesita a diario en los convoyes que llegan desde Egipto, de acuerdo con la ONU, y el colapso del sistema de agua ha obligado a la mayoría de la población a tomar agua contaminada, lo que ha causado a su vez un brote de enfermedades.
La deshidratación y la desnutrición van en aumento y casi todos los residentes necesitan comida, de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
Por otra parte, el ejército de Israel dijo el sábado que su aviación alcanzó lo que describió como un escondite de insurgentes en un campo de refugiados urbano de Balata, en la Cisjordania ocupada. Según el servicio de ambulancias de la Media Luna Roja palestina, el ataque se cobró la vida de cinco palestinos.
El ejército sostiene que los atacados tenían previsto perpetrar ataques inminentes contra la población civil israelí y objetivos militares.
Desde el inicio de la guerra en Gaza, 210 palestinos han muerto a causa de la violencia en Cisjordania. Es el periodo más letal en el territorio desde la segunda intifada palestina de principios de los años 2000.