Hamás liberó el viernes a 24 rehenes que tuvo cautivos en Gaza durante semanas, mientras que Israel hizo lo propio con 39 palestinos que tenía en prisión, en la primera etapa de un canje que se inscribe dentro de un acuerdo de alto el fuego de cuatro días que ofreció un pequeño destello de alivio para ambos bandos.
Israel vitoreó luego de que 13 mujeres y niños israelíes quedaron libres en Gaza. La mayoría tenía más de 70 años, y la más joven era una pequeña de 2 años. También fueron liberados 10 tailandeses y una persona de Filipinas.
En Gaza, el inicio de la tregua el viernes por la mañana trajo consigo los primeros momentos de tranquilidad para 2,3 millones de palestinos conmocionados y desesperados debido al incesante bombardeo israelí, el cual ha matado a miles de habitantes del territorio palestino, obligado a tres cuartas partes de la población a abandonar sus hogares y arrasado zonas residenciales. Los combatientes de Gaza también dejaron de lanzar cohetes hacia Israel.
Una mayor cantidad de suministros de alimentos, agua, medicinas y combustible prometidos bajo el acuerdo comenzaron a ingresar a Gaza, donde funcionarios de las Naciones Unidas habían advertido que el hecho de que Israel impidiera el acceso al territorio amenazaba con provocar una hambruna.
Pero entre los israelíes el alivio ha sido atenuado por el hecho de que no todos los rehenes serán liberados (Hamás tomó casi 24 rehenes en el ataque del 7 de octubre), y entre los palestinos por la brevedad del cese del fuego. La corta tregua deja a Gaza sumida en una crisis humanitaria y bajo la amenaza de que los combates se reanuden pronto.
Israel ha prometido reiniciar su ataque masivo una vez que termine la tregua. Ello ha ensombrecido las esperanzas de que el acuerdo pueda contribuir a poner fin al conflicto, que ha alimentado un aumento de la violencia en el territorio palestino de Cisjordania —ocupado por Israel— y ha suscitado temor de que se desate una conflagración más amplia en todo Oriente Medio.
PRIMEROS REHENES LIBERADOS
Bajo el acuerdo, Hamás liberará a cuando menos 50 rehenes, e Israel a 150 prisioneros palestinos a lo largo de los cuatro días. Ambas partes iniciaron con mujeres y niños. Israel dijo que la tregua de cuatro días puede ser extendida un día más por cada 10 rehenes liberados.
Al anochecer del viernes, una fila de ambulancias salió de Gaza a través del paso fronterizo de Rafah, en dirección a Egipto, trasladando a los rehenes liberados, según imágenes de la cadena estatal egipcia Al Qahera transmitidas en directo. Los israelíes liberados eran nueve mujeres y cuatro niños de 9 años o menos.
Los rehenes liberados fueron trasladados a tres hospitales israelíes para observación. El Centro Médico Infantil Schneider indicó que estaba atendiendo a ocho israelíes —cuatro niños y cuatro mujeres— y que todos parecían estar en buen estado físico. El centro dijo que también se les está proporcionando tratamiento psicológico.
En una plaza de Tel Aviv bautizada “Plaza de los Rehenes”, una multitud de israelíes celebró la noticia de la liberación.
Yael Adar vio a su madre, Yaffa Adar, de 85 años, en un noticiero televisivo sobre la liberación y se sintió contenta de verla caminar. “Esa era una preocupación enorme, qué le pasaría a su salud durante estos casi dos meses”, le dijo al Canal 12 de Israel.
Pero Tamir Adar, el hijo de 38 años de Yael, sigue cautivo. Ambos fueron secuestrados el 7 de octubre del kibutz Nir Oz. “Es necesario que todo el mundo regrese. Es felicidad encerrada por la tristeza”, agregó Yael.
Ohad Munder-Zichri, de 9 años, fue liberado junto con su madre, Keren Munder, y su abuela Ruti Munder. El niño de 4to grado fue secuestrado durante una visita vacacional a sus abuelos en el kibutz, donde se cree que unas 80 personas —casi una cuarta parte de los residentes de la pequeña comunidad— fueron tomadas como rehenes.
La situación de los rehenes ha provocado la ira entre algunas familias, que consideran que el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu no estaba haciendo lo suficiente para conseguir su liberación.
Horas después, 24 mujeres y 15 adolescentes palestinos que estaban en cárceles israelíes en Cisjordania y en Jerusalén Oriental fueron liberados. En el poblado cisjordano de Beitunia, cientos de palestinos salieron a las calles para celebrar, haciendo sonar sus bocinas y encendiendo fuegos artificiales que iluminaron el cielo nocturno.
Los adolescentes habían sido encarcelados por ofensas menores como arrojar piedras. Entre las mujeres había varias que habían sido declaradas culpables de intentar apuñalar a soldados israelíes, y otras que habían sido arrestadas en puestos de control en Cisjordania.
“Como palestino, tengo el corazón destrozado por mis hermanos en Gaza, por lo que realmente no puedo celebrar”, dijo Abdulqader Khatib, un trabajador de la ONU cuyo hijo Iyas, de 17 años, fue liberado. “Pero soy un padre. Y muy adentro estoy muy contento”.
Iyas había sido puesto el año pasado en “detención administrativa”, sin cargos ni juicio y con base en evidencia secreta. Con frecuencia Israel detiene a personas durante meses sin formularles cargos. La mayor parte de los que son enjuiciados son puestos ante cortes militares que casi nunca absuelven a los acusados y con frecuencia no siguen el debido proceso, dicen grupos defensores de los derechos humanos.
Según el Club de Prisioneros Palestinos, un grupo activista, en la actualidad Israel tiene detenidos a 7.200 palestinos, incluidos unos 2.000 arrestados desde que comenzó la guerra.
EL CESE DEL FUEGO SE CONSOLIDA
La suspensión de los combates el viernes le dio a la población desplazada de Gaza un momento para recuperar el aliento luego de semanas de huir en busca de refugio y alimentos, y de temer por sus familiares.
Después de que la tregua comenzó el viernes por la mañana, cuatro camiones de combustible y cuatro camiones con gas para cocinar ingresaron desde Egipto, al igual que 200 camiones con ayuda humanitaria, informó el gobierno israelí.
Israel ha prohibido todas las importaciones a Gaza durante la guerra, excepto por una pequeña cantidad de suministros que han ingresado desde Egipto.
Su prohibición al ingreso de combustible, bajo el argumento de que podía ser canalizado a Hamás, provocó un apagón en todo el territorio. Los hospitales, los sistemas de distribución de agua, las panaderías y los refugios han pasado apuros para mantener los generadores funcionando.
Durante la tregua, Israel accedió a permitir la entrega de 130.000 litros (34.340 galones) de combustible al día, lo que de todas formas es sólo una pequeña porción de las necesidades diarias estimadas de más de 1 millón de litros en Gaza.
La mayor parte de los 2,3 millones de habitantes de Gaza están hacinados en la porción sur del territorio, donde más de 1 millón se han refugiado en escuelas de la ONU. El fin de los combates trajo consigo una oportunidad para que los residentes desplazados hacia el sur puedan visitar sus casas para recoger algunas pertenencias.
Pero Israel arrojó panfletos en los que les advirtió a los cientos de miles de personas que desalojaron el norte de Gaza para irse al sur que no regresen a sus viviendas. Soldados israelíes controlan gran parte del norte, incluida la Ciudad de Gaza.
De todas formas, cientos de palestinos intentaron caminar hacia el norte el viernes. Dos murieron baleados por soldados israelíes y otros 11 resultaron heridos.
Sofian Abu Amer decidió arriesgarse para ir a ver cómo está su casa en la Ciudad de Gaza.
“No tenemos suficiente ropa, alimentos ni bebidas”, declaró. “La situación es desastrosa. Para una persona es mejor morir”.
La frontera norte de Israel con Líbano también estaba en calma el viernes, un día después de que Hezbollah —grupo aliado de Hamás— lanzó el mayor número de ataques en un día desde que los combates allí comenzaron el 8 de octubre.
Hezbollah no es una de las partes que acordaron el cese del fuego, pero en general se preveía que suspendería sus ataques.