La ofensiva terrestre de Israel se expandió a cada rincón de la Franja de Gaza, anunciaron las fuerzas militares israelíes, mientras ordenaban más evacuaciones y prometían azotar el sur del enclave con “no menos fuerza” que la lucha que ha reducido amplias zonas del norte de Gaza a un paisaje lunar.
Se produjeron fuertes bombardeos tras las órdenes de evacuación, y los palestinos en el territorio acordonado limítrofe con Israel y Egipto dijeron que se estaban quedando sin lugares adonde ir.
Muchos de los 2,3 millones de habitantes del enclave huyeron hacia el sur del territorio luego de que Israel ordenó a los civiles que abandonaran el norte en los primeros días de la guerra, que comenzó tras el asalto del 7 de octubre por parte de Hamás en el sur de Israel que dejó 1.200 muertos, la mayoría civiles.
Al anochecer, se escucharon disparos y bombardeos en la localidad de Deir al-Balah, en el centro del territorio, mientras las bengalas iluminaban el cielo. Los drones israelíes sobrevolaban la segunda ciudad más poblada de Gaza, Jan Yunis. El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Türk, instó a poner fin a la guerra, afirmando que el sufrimiento de los civiles era “demasiado para soportarlo”.
Los residentes de Gaza dijeron que las fuerzas militares dejaron caer panfletos en los que señalaban que Jan Yunis era una “peligrosa zona de combate” y ordenaban a la gente trasladarse a la ciudad fronteriza de Rafah o a un área costera en el suroeste.
Halima Abdel-Rahman, viuda y madre de cuatro, dijo que dejó de hacer caso a esas órdenes. Huyó de su casa en octubre a una zona en las afueras de Jan Yunis, donde se está quedando con familiares.
“La ocupación te dice que te vayas a esta zona, y luego la bombardean”, comentó vía telefónica. “La realidad es que no hay ningún lugar seguro en Gaza. Matan a la gente en el norte. Matan a la gente en el sur”.
El Ministerio de Salud en Gaza, controlada por Hamás, informó que la cifra de muertes en el territorio desde el 7 de octubre ha superado las 15.500 y que más de 41.000 personas han resultado heridas. El ministerio no distingue entre civiles y combatientes muertos, pero afirmó que el 70% de los fallecidos eran mujeres y niños.
Un portavoz del Ministerio de Salud afirmó que cientos de personas han fallecido o han resultado heridas tras el término de un cese del fuego de una semana de duración el viernes. “La mayoría de las víctimas siguen bajo los escombros”, señaló Ashraf al-Qidra.
Las esperanzas de que se produjera otra tregua temporal en Gaza se esfumaron luego de que Israel llamó a sus negociadores a casa, y Osama Hamdan, funcionario de alto rango de Hamás, declaró que las negociaciones sobre la liberación de más rehenes deben estar vinculadas a un alto el fuego permanente.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo que la guerra seguirá hasta que se alcancen “todos los objetivos”. Uno de ellos es quitar el control de Gaza a Hamás.
El cese del fuego permitió la liberación de 105 de los aproximadamente 240 rehenes israelíes y extranjeros llevados a Gaza durante el asalto del 7 de octubre, a cambio de 240 palestinos encarcelados por Israel. La mayoría de los liberados por ambas partes fueron mujeres y niños.
El portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, comentó al programa “Meet the Press” de la NBC que Estados Unidos estaba trabajando “muy duro” para que se reanuden las negociaciones.
Estados Unidos, el aliado más cercano de Israel, ha exhortado a su socio para que evite un nuevo desplazamiento masivo y que tome más medidas para proteger a los civiles. La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris comentó al presidente de Egipto que Estados Unidos no permitirá “bajo ninguna circunstancia” la reubicación forzada de palestinos procedentes de Gaza o de Cisjordania, un asedio en curso de Gaza o un nuevo trazado de sus fronteras.
Mientras Harris volaba de regreso a Washington desde Dubái luego de su participación en la conferencia de la ONU sobre el clima, habló por teléfono con el presidente israelí Isaac Herzog. Hablaron de la situación en Cisjordania, y Harris reiteró la preocupación de Estados Unidos por las medidas que se están tomando y que podrían agravar las tensiones, incluida la violencia de los colonos extremistas, según un resumen facilitado por la oficina de Harris.