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La distintiva manera de hablar el español de los puertorriqueños llega a la Real Academia Española

Las particularidades del español de Puerto Rico se continúan añadiendo al Diccionario de la lengua española.

Quenepa, mofongo, pavera y moriviví son algunas palabtas utilizadas en Puerto Rico que esperan ingresar a la RAE. Foto de visita institucional de la RAE a Puerto Rico el mes pasado. / RAE
Otras palabras. Quenepa, mofongo, pavera y moriviví son algunas palabtas utilizadas en Puerto Rico que esperan ingresar a la RAE. Foto de visita institucional de la RAE a Puerto Rico el mes pasado.

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El español de Puerto Rico, comparado con otras variantes a nivel mundial, tiene una viveza, riqueza y variabilidad bastante características, conforme a la catedrática en el Departamento de Idiomas del recinto de Gurabo de la Universidad Ana G. Méndez (UAGM), Lorna Polo Alvarado.

Incluso, el reconocido escritor peruano Mario Vargas Llosa, durante su visita a la isla en noviembre de este año, confesó que, a la distancia, ha seguido seducido por los encantos de Puerto Rico, “incluida su manera de hablar el español”.

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Debido a estas particularidades y para hacer constar el sinnúmero de palabras y definiciones que son de uso general en Puerto Rico, la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española (APLE) sometió unas 300 palabras para ser consideradas por la Real Academia Española (RAE).

Gracias al proyecto de enmiendas y adiciones de puertorriqueñismos al Diccionario de la lengua española, ya algunos términos como “perreo”, “jurutungo” y “güira” fueron aceptados, la semana pasada, por la RAE.

Asimismo, el ente acogió ciertas definiciones que los puertorriqueños le otorgan a palabras, como lo es el término “sato”, el cual, para los boricuas, se trata de un perro o gato que no es de raza.

Otras palabras, como “quenepa”, “pan de agua”, “pan sobao”, “mofongo”, “pavera”, “moriviví” y “octavitas”, aún esperan la revisión de la RAE.

“Los dueños de la lengua son los hablantes”, afirmó la académica de número de la APLE María Inés Castro Ferrer, quien inició el proyecto luego de hojear el diccionario y percatarse de la necesidad de dar cuenta de un sinnúmero de puertorriqueñismos.

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“La lengua es lengua viva, lengua cambiante, lengua en ebullición. Constantemente se crean nuevas palabras. Esas palabras no las va a registrar el diccionario inmediatamente porque hay palabras que son aves de paso, que se crean, se usan por unos años, la usa una generación y no llegan a generalizarse y, a lo mejor, desaparece”, añadió.

Aunque los puertorriqueños conforman solo el 1% de los más de 500 millones de hispanohablantes en el mundo, su variante regional es tan importante como cualquier otra, señaló Polo Alvarado.

La catedrática se asegura de transmitir dicha enseñanza a sus estudiantes subgraduados del curso de Lingüística, quienes tuvieron la oportunidad de aportar a la iniciativa de la APLE, pues Castro Ferrer les asignó unas 22 palabras, como “patatú”, para llevar a cabo el proceso de investigación lexicográfica.

“Al ponerlas en el diccionario permites que otros hablantes que se exponen a la palabra puedan conseguir su significado”, comentó Polo Alvarado.

El Internet y la música como difusores de la lengua

La expansión de ciertos puertorriqueñismos, tanto dentro como fuera de la isla, ha sido propulsada, en parte, por medios como la música, la literatura, el cine y el Internet.

“Por ejemplo, como la época de las telenovelas puertorriqueñas, que fueron vistas en muchas partes del mundo, pues esa producción cultural, que es la novela –como lo es ahora la música del perreo– llevó palabras puertorriqueñas a otras partes del mundo. Se internacionalizaron, se conocieron, se usaron, y se incluyeron más allá de las fronteras de Puerto Rico”, dijo Polo Alvarado.

El español es el cuarto idioma más hablado en el mundo, y está entre los primeros tres más empleados en Internet, según la plataforma global de datos Statista.

“Nuestra lengua, el hecho de que exista el Internet ha sido positivo y le ha permitido ocupar un lugar internacional y una expansión en muchos ambientes, cosa que no le ha pasado necesariamente a otras lenguas que tienen más hablantes que el español”, expresó la profesora de la UAGM.

“Para nada el incluir palabras nuevas destruye el español; todo lo contrario, demuestra que está vivo, que está creciendo, está en expansión, y que el Internet y otros medios como la televisión, el cine, la música, la literatura, etc., demuestran que es una lengua en franco crecimiento y expansión internacional”, continuó.

Castro Ferrer coincidió con la importancia del Internet en los procesos de propagación de la lengua. “El mundo se ha hecho mucho más pequeño por el Internet. Las noticias viajan en un instante. El Internet es una herramienta valiosísima de difusión”, dijo.

Además, la web funge como una herramienta primordial a la hora de documentar el uso de una palabra por región.

Tanto la APLE como la RAE realizan procesos rigurosos para documentar, en diversas fuentes, el uso de una palabra, el contexto en que se utiliza, la frecuencia de uso, la cantidad de países en los que se registra, etc.

“Hoy en día, eso es relativamente fácil porque el Internet nos permite saber que tal palabra apareció 10,000 veces en tal país y 800 en otro, así que pueden documentar cuál es la frecuencia de uso”, explicó Castro Ferrer.

Preservar las peculiaridades lingüísticas versus mantener la cohesión del español

Las adiciones o enmiendas al Diccionario de la lengua española no representan una desvinculación con el lenguaje, pues no alteran la estructura del español, sino que enriquecen el léxico.

“La unidad del idioma se mantiene porque compartimos un mismo sistema, una misma estructura, un sistema morfológico. El léxico es donde más variedad va a haber y es lo que es más permeable, pero, a la misma vez, es uno de los elementos importantes para que esa lengua siga viva, siga cambiando, siga adaptándose”, dijo Castro Ferrer.

La catedrática sostuvo que se trata de la riqueza añadida que la variedad le da a la unidad. “Es una riqueza añadida, no entra en conflicto”.

“Nos tenemos que sentir muy orgullosos de nuestra variedad y lo que se ha hecho por el español y queda muchísimo más por hacerse”, puntualizó la académica de la APLE.

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