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Al menos 60 muertos por ataque israelí en el centro de Gaza

“La guerra nos cobra un alto precio, pero no tenemos más opción que seguir peleando”, dijo el primer ministro israelí

Decenas de personas murieron el domingo en Gaza en uno de los ataques más mortíferos de la guerra, mientras que el gobierno de Israel reconoció el “muy elevado precio” después de que 15 soldados perdieran la vida en combate durante el fin de semana.

El ataque impactó el campo de refugiados de Maghazi, al este de Deir al Balah. El portavoz del Ministerio de Salud de Gaza, Ashraf al-Qidra dijo que al menos 60 personas murieron y que era muy posible que el número de víctimas aumentara. Un reportero de la AP en el lugar vio cómo se cargaba a muertos y heridos, entre ellos algunos niños.

A medida que caía la Nochebuena, el humo se elevaba sobre el asediado territorio, mientras que el silencio reinaba en Belem, Cisjordania, luego de que se cancelaron las festividades. En la vecina Egipto, continuaban las labores tentativas para llegar a un acuerdo sobre otro intercambio de rehenes por palestinos detenidos en Israel.

El creciente número de muertos entre los soldados israelíes, 154 desde el inicio de la ofensiva terrestre, podría socavar el apoyo público a la guerra, la cual se desató después de que milicianos encabezados por Hamás irrumpieron el 7 de octubre en el sur de Israel, donde mataron a 1,200 personas y tomaron a otras 240 como rehenes.

La guerra ha devastado partes de Gaza, ha cobrado la vida de alrededor de 20,400 palestinos y ha desplazado a casi todos los 2,3 millones de habitantes del territorio. El Ministerio de Salud en Gaza dijo que 166 personas murieron en el territorio en las últimas 24 horas.

Los israelíes mantienen en buena medida su apoyo a los objetivos declarados por su gobierno de acabar con las capacidades militares y de gobierno de Hamás y liberar a los 129 rehenes restantes. Eso a pesar de la creciente presión internacional en contra de la ofensiva israelí y el elevado número de muertos y sufrimiento sin precedentes entre los palestinos.

“La guerra nos cobra un alto precio, pero no tenemos más opción que seguir peleando”, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una reunión de su gobierno el domingo.

En un discurso televisado a nivel nacional, el presidente israelí Isaac Herzog hizo un llamado al país a mantener la unidad. “Este momento es una prueba. No nos doblegaremos ni parpadearemos”.

Los 14 soldados israelíes caídos el viernes y el sábado murieron en batallas en el centro y el sur de Gaza, un indicio de cómo Hamás presenta una dura resistencia al avance de las tropas israelíes, aunque Israel afirma haber asestado un duro golpe al grupo armado.

Según la radio del ejército israelí, cuatro soldados murieron cuando su vehículo fue alcanzado por un misil antitanque. Los otros murieron en combates esporádicos distintos.

Otro soldado murió en el norte de Israel por fuego del grupo armado libanés chií Hezbollah, que ha mantenido combates de bajo nivel con Israel desde que comenzó la guerra con Hamás, lo que plantea el temor a un conflicto regional más amplio.

“Continuamos con toda la fuerza, hasta el final, hasta la victoria, hasta que alcancemos nuestros objetivos”.

Hay un descontento generalizado con el gobierno de Netanyahu, a quien muchos critican por no proteger a los civiles el 7 de octubre y fomentar políticas que permitieron a Hamás ganar fuerza durante años. Netanyahu ha evitado asumir la responsabilidad por los fallos militares y políticos.

“Con el tiempo, le será difícil a la ciudadanía ignorar el alto precio que está pagando, así como la sospecha de que los objetivos anunciados con tanto énfasis están lejos de lograrse, y que Hamás no está mostrando indicios de capitular en el futuro cercano”, escribió Amos Harel, comentarista de asuntos militares para el diario israelí Haaretz.

El domingo, las fuerzas israelíes dijeron que habían concluido el desmantelamiento del cuartel subterráneo de Hamás en el norte de Gaza, parte de un operativo para eliminar la maraña de túneles y matar a los comandantes de ese grupo armado, que según líderes israelíes podría tardar meses.

Continuaban las gestiones para lograr otra tregua. El domingo, el líder de la Yihjad Islámica, otro grupo que participó en el ataque contra Israel, Ziyad al-Nakhalah, llegó a El Cairo para conversaciones. Ese grupo dice que está dispuesto a liberar rehenes solo después de un cese de fuego. El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, viajó hace unos días a El Cairo.

La ofensiva israelí es ya una de las devastadoras en la historia reciente. Más de dos tercios de los 20.000 palestinos muertos eran mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes.

La Media Luna Roja palestina dijo el domingo por la mañana que un niño de 13 años había muerto abatido por un dron israelí cuando estaba dentro del edificio del hospital de Al-Amal en Jan Yunis, donde según Israel se esconden líderes de Hamás. No se dieron más detalles.

Un ataque israelí durante la noche alcanzó una casa en un campamento de refugiados al oeste de la ciudad de Rafah, en la frontera entre Gaza y Egipto. Al menos dos hombres murieron, según periodistas de Associated Press en el hospital a donde fueron llevados sus cuerpos.

Por lo menos dos personas murieron y seis resultaron heridas cuando cayó un misil contra un edificio en el campamento de refugiados Buriej en el centro de Gaza.

Palestinos reportaron intensos bombardeos israelíes y disparos el domingo por la mañana en la localidad de Jabaliya, una zona al norte de Ciudad de Gaza que Israel había dicho tener bajo su control. La rama militar de Hamás dijo que sus combatientes habían lanzado proyectiles contra tropas israelíes en la localidad y el campo de refugiados de Jabaliya.

Israel ha recibido duras críticas internacionales por la creciente cifra de muertes civiles, los daños generalizados y el deterioro de la situación humanitaria en Gaza. Israel culpa a Hamás por la alta cifra de víctimas civiles, señalando que los milicianos atacan y luego se esconden entre civiles. Israel ha realizado miles de ataques aéreos desde el 7 de octubre, y en general evita hacer comentarios sobre ataques específicos.

También hay quienes acusan a las fuerzas israelíes de maltratar a hombres y adolescentes palestinos en viviendas, refugios, hospitales y otros lugares durante la ofensiva. Israel niega las acusaciones y señala que los que no tienen vínculos con grupos violentos son puestos en libertad rápidamente.

Hablando a la AP desde la cama en un hospital en Rafah tras ser liberado, Khamis al-Burdainy de Ciudad Gaza dijo que las fuerzas israelíes lo detuvieron luego que tanques y bulldozers destruyeron su casa parcialmente. Añadió que las tropas esposaron y le vendaron los ojos a los hombres.

“No dormimos, no nos dieron comida ni agua”, relató en medio de sollozos.

Otro palestino liberado, Mohammed Salem, de Shijaiyah, un vecindario de Ciudad Gaza, dijo que las fuerzas israelíes le golpearon.

“Nos humillaban”, expresó. “Una mujer soldado le pegó a un hombre de 72 años”.

La guerra ha devastado partes de Gaza, ha cobrado la vida de alrededor de 20400 palestinos y ha desplazado a casi todos los 2,3 millones de habitantes del territorio. El Ministerio de Salud en Gaza dijo que 166 personas murieron en el territorio en las últimas 24 horas.

También los aliados de Israel en Europa han redoblado sus peticiones de que se detengan los combates. Pero Estados Unidos, el principal aliado de Israel, parecía mantener su firme apoyo a Israel pese a intensificar sus peticiones de más protección para los civiles en Gaza.

El presidente estadounidense Joe Biden habló con Netanyahu el sábado, un día después de que Estados Unidos protegió a Israel de una resolución más agresiva en la ONU. Biden dijo que no pidió un cese del fuego, mientras que el despacho de Netanyahu informó que el primer ministro “dejó claro que Israel continuará la guerra hasta que se alcancen todos sus objetivos”.

Tras la resolución de Naciones Unidas, no estaba claro en un principio cómo y cuándo se acelerarían las entregas de ayuda. Los camiones entran por dos pasos, el de Rafah, en la frontera con Egipto, y el de Kerem Shalom, en la frontera con Israel. Wael Abu Omar, vocero de la Autoridad Palestina de Cruces Fronterizos, dijo que 93 camiones con ayuda entraron a Gaza por el cruce de Rafah el sábado.

El director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, reiteró los pedidos de la ONU de una tregua humanitaria, añadiendo en las redes sociales que “la destrucción del sistema de salud en Gaza es una tragedia”.

Entretanto, el Comando Central de Estados Unidos reportó que un buque patrulla en el Mar Rojo interceptó el sábado cuatro drones lanzados desde zonas controladas por rebeldes hutis en Yemen, que dos misiles de los hutis fueron lanzados contra rutas de navegación internacionales, y que un dron hizo impacto en un buque de transporte de petróleo de bandera india, el Saibaba, sin causar heridos.

Los hutis, que cuentan con respaldo iraní, dicen que sus ataques son en contra de barcos vinculados con Israel, para forzar a un cese de fuego en Gaza. Un vocero de los hutis, Mohammed Abdul-Salam, dijo que un buque estadounidense disparó contra un dron en el Mar Rojo.

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