La cantidad de asesinatos registrados en 2023, unos 462, representó la reducción más significativa en los últimos 30 años, con una diferencia de 118 homicidios– 20% menos– en comparación con 2022.
Según el coronel Pedro Sánchez Vega, portavoz del Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR), el total de delitos Tipo I, es decir, de violencia contra la persona o contra la propiedad, redujo en un 5.09 por ciento, con 1,041 crímenes menos que el año pasado.
“Nosotros vamos a establecer un precedente en términos de la reducción que hemos logrado en los asesinatos. Estamos siendo efectivos en la prevención”, expresó el portavoz del NPPR.
“Si algo podemos decir, estos logros que vemos aquí, en números, son el resultado del trabajo de hombres y mujeres que todos los días salen a la calle a dar lo mejor de sí para que tengamos todos un Puerto Rico más seguro”, continuó.
Sánchez Vega precisó que dicha reducción en homicidios se debe a la implementación de diversas estrategias, como la Superintendencia Auxiliar de Operaciones Especiales, creada el año pasado, para unir todas las divisiones operacionales– como la División de Drogas, Inteligencia Criminal, Arrestos, entre otras– y así dar con aquellas personas que realizan actividad ilegal continua.
“De los más buscados, hemos sacado de circulación 90. Gatilleros, 181 personas, que están vinculadas directamente con actos violentos, relacionados con asesinatos o agresiones graves. La suma de todos esos arrestos, solamente de la División de Operaciones Especiales, son 6,381″, precisó Sánchez Vega.
Sin embargo, el profesor de Sociología en el Recinto de Cayey de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Ángel Rodríguez Rivera, planteó que la reducción en asesinatos en la isla, va de la mano con la baja poblacional.
“Si uno ve el problema de la criminalidad y los delitos violentos, en los últimos diez años, la estadística sube y baja, lo que quiere decir que hay una constante, fundamentalmente unos momentos que sube de manera exponencial, en otros momentos que baja, pero seguimos teniendo un mismo problema”, sostuvo el sociólogo.
Respecto a los refuerzos en la vigilancia y la cantidad de arrestos, Rodríguez Rivera explicó que “la historia y toda la investigación que podemos evaluar dice que eso no ha funcionado; que mayores políticas de represión y de vigilancia no necesariamente van a evitar una actividad que podamos llamar ilegal o ilícita en algún momento. La vigilancia puede servir para más encarcelamiento, pero no disminuye la actividad criminal”.
Por su parte, el coronel enfatizó que el NPPR no solamente ha implementado estrategias punitivas, sino que ha concentrado esfuerzos en las comunidades, al utilizar el modelo de soluciones SARA (Escanear, Analizar, Responder y Evaluar).
Esta herramienta tiene como objetivo reducir los delitos, al empoderar a las comunidades y abrir paso al diálogo, de forma que se puedan encontrar soluciones a distintas problemáticas, como lo es el tráfico ilícito de drogas.
“Somos facilitadores, utilizando el modelo SARA para que, a esa comunidad, se le brinde un servicio y se le resuelva un problema. Puede ser un problema que tengan un punto de drogas, puede ser un problema que estén siendo víctimas de apropiaciones, etc. Nos enfocamos en la parte comunitaria, pero atendemos toda una gama de situaciones que son traídas a la atención de la Policía”, dijo el coronel.
El profesor de Sociología apuntó a los altos niveles de pobreza en el país y la criminalización de ciertas prácticas como los factores principales que inciden en la tasa de criminalidad.
“Cuando los niveles de pobreza se agudizan, cuando la gente no tiene acceso a los recursos para llegar a esas metas, se buscan otras maneras de llegar a esas metas”, afirmó Rodríguez Rivera.
“Gran parte de las personas encarceladas, en Puerto Rico, son delitos relacionados con las drogas. Podemos ver cómo las estrategias en contra de la droga, en contra del consumo de sustancias controladas en Puerto Rico, como un asunto de criminalidad y no como un asunto de salud pública o de otro tipo de acercamiento, incide en un continuo aumento de la incidencia criminal”, añadió.
Aunque, en 2023, disminuyó la cantidad total de crímenes, se registraron aumentos en ciertas categorías de delitos, como fue el caso de la trata humana, con siete casos– a diferencia de un solo caso en 2022.
“La gente ha ido desarrollando conciencia. Ese aumento se explica de dos maneras: la gente está perdiendo el miedo a denunciarlo y estamos siendo más efectivos en las investigaciones”, explicó Sánchez Vega.
Asimismo, las agresiones agravadas incrementaron en un 7.7 por ciento, y los robos aumentaron en un 5.17 por ciento, en comparación con 2022.
En cuanto a los 72 feminicidios contabilizados por el Observatorio de Equidad de Género en 2023, de los cuales 33 continúan bajo investigación, el coronel garantizó que “los grupos de trabajo están activos y vamos a recopilar la evidencia”.
Sobre la incidencia de feminicidios, Rodríguez Rivera comentó que “la utilización de la violencia como forma de solucionar problemas de manera consistente se magnifica cuando ese ejercicio de la violencia, que lo vemos en la cantidad de asesinatos generales, se combina con un ejercicio machista para la solución de los problemas”.
El portavoz del NPPR, además, aplaudió el trabajo del Centro de Operaciones y Procesamiento de Órdenes de Protección (COPOP), creado en 2021, en la agilización del procesamiento y respuesta a las órdenes de protección.
“La educación es lo más importante. Tenemos que erradicar la violencia machista. Tenemos que educar a la sociedad para que entienda y comprenda de una vez que nadie es posesión de nadie”, estableció el coronel.
Este año, no se registró ningún asesinato en los siguientes 12 municipios: Arroyo, Barranquitas, Comerío, Culebra, Guánica, Maricao, Orocovis, Quebradillas, Rincón, San Germán, San Sebastián y Villalba.