Al tiempo que el mundo permanecía paralizado, Zulgey Rivera Correa, de 44 años, practicaba el macramé desde la sala de su casa, mientras intentaba seguir videotutoriales que encontró en Internet.
Del mismo modo que a muchas otras personas, la cuarentena del 2020 la motivó a intentar algo nuevo para entretenerse y aprender; en fin, para salir de la monotonía.
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Por esto, y a sugerencia de una amiga, la madre de dos jóvenes comenzó a practicar el macramé como pasatiempo; algo que, en un principio, no creyó poder dominar, pues desde temprana edad tuvo problemas con las habilidades motoras.
No obstante, Rivera Correa, educadora de profesión y trabajadora en la industria de comida por casi 15 años, decidió enfrentarse a un nuevo reto: el tejido hecho con nudos.
Tres años después, es la primera artesana puertorriqueña– certificada por la Compañía de Fomento Industrial (PRIDCO, por sus siglas en inglés) y por el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP)– que tiene su propia línea de hilados, llamada Inspira, la cual estrenó el pasado 15 de diciembre.
“Inspira’ porque siempre, en mi corazón, está inspirar a los demás. Que no importa la limitación que tengas, no importa las cosas que pasen, las personas pueden lograr lo que se propongan”, explicó la ponceña desde su tienda de hilos ubicada en su ciudad natal.
Pero, antes de tener su propia tienda y línea de hilos, la empresaria inició vendiendo sus piezas de macramé en mesas, usualmente en bazares y en centros comerciales.
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Poco a poco, la gente comenzaría a reconocer sus productos, particularmente los colgantes de pared que realizaba en forma de la bandera de Puerto Rico.
Sin embargo, cuando la artesana se percató de que el material que necesitaba para tejer sus piezas era muy costoso, se propuso montar su propio negocio.
“Yo puse como que el rompecabezas. Empecé a montarlo. Dije: ‘contra, pero si entonces yo puedo tener una tienda’. Había mucha gente que me decía: ‘pero, ¿tú no vendes material?’, y yo ‘ay, ¡no!’. Entonces, empecé a traerles unas ciertas poquitas cosas”, recordó la maestra sobre los inicios de su empresa.
Hoy en día, la tienda de Rivera Correa, llamada Macramé Inspira, no solo vende hilos para macramé y crochet, sino que cuenta con una amplia variedad de productos, como asas en acrílico, cuero vegano, bases para tejer, entre otros accesorios.
La educadora, quien se describe como sencilla, transparente y “fajona”, explicó que lo que distingue a Macramé Inspira de otras empresas es la exclusividad, debido a que importa marcas de hilos de Brasil, Polonia, Turquía, etc., que rara vez se encuentran al por mayor en otros locales de la isla.
Su marca de hilos ofrece una variedad de fibras: algodón, braided (trenzada) y trapillo; todas provenientes del extranjero, pues son fabricadas en España y Polonia.
“Aquí tú no vas a ver nada igual a otras marcas porque yo lo que quiero es ser única. Que busquen la marca porque ese color no lo tiene esta otra marca”, comentó Rivera Correa respecto a su idea detrás de la elaboración de sus hilos.
Entre sus metas, está que la línea de hilados Inspira llegue a toda la isla, por lo que uno de sus objetivos es introducir la marca en tiendas por departamento.
– ¿Y qué la inspira?
“Yo misma. Yo quiero ser mejor que ayer. No es una lucha con nadie. Yo digo, es una lucha con uno mismo, a superarse uno mismo”, contestó la artesana.
En su andar, Rivera Correa ha demostrado que los hilos de la vida se pueden entrelazar con determinación y pasión para, un día, ver los sueños cumplirse.