En el complejo mundo de las primarias políticas, las derrotas no solo significan el fin de una posible candidatura, sino el inicio de una serie de reajustes y decisiones para los contendientes. Conversamos con los analistas políticos Guillermo San Antonio Acha y el licenciado Kenneth McClintock para entender el panorama post-primarias.
Según el informe inicial de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), el período de radicación de candidaturas para las elecciones de 2024, que concluyó el pasado 2 de enero, terminó con un saldo preliminar de 32 primarias en el Partido Nuevo Progresista (PNP), 30 en el Partido Popular Democrático (PPD), tres en el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y una en Proyecto Dignidad (PD).
Las mismas incluyen primarias para la gobernación en los dos partidos principales. En el PPD, el representante Jesús Manuel Ortiz se enfrentará en primarias al senador por acumulación Juan Zaragoza. Por otro lado, en el PNP, el incumbente gobernador Pedro Pierluisi Urrutia se enfrentará a la comisionada residente en Washington, Jenniffer González.
Por otro lado, el pasado mes de diciembre la licenciada Ada Norah Henríquez informó que buscará una candidatura independiente a la gobernación, luego de renunciar al proceso primarista interno y desafiliarse de Proyecto Dignidad. Esto deja como único candidato a la gobernación por PD al alcalde de San Sebastián, Javier Jiménez, quien el pasado mes de septiembre se desafilió del PNP.
Según San Antonio Acha, el candidato que pierde en las primarias se ve obligado a abandonar la contienda y buscar otros rumbos políticos o volver a la esfera privada. El experto señaló que, una vez se cierran las candidaturas, aquellos que no lograron asegurar su posición pierden la oportunidad de participar en otras postulaciones, ya que las posiciones suelen ser ocupadas por otros contendientes.
“Por ejemplo, ¿qué pasa si (Rafael) ‘Tatito’ Hernández pierde su candidatura a la alcaldía de Dorado? Pues no es que él pueda regresar y entonces postularse para continuar como representante, porque ya esas posiciones han sido ocupadas por otras personas. Por eso en el pasado, hemos tenido alcaldes, me parece como Josian Santiago de Comerío, ha rechazado formalizar una candidatura, digamos a la gobernación, porque si la perdía ya no podía postularse para alcalde de Comerío”, explicó San Antonio Acha.
“Es una gran desilusión para quienes han dedicado su vida a la carrera política y sufren una derrota en las primarias”, mencionó el analista, haciendo hincapié en los retos que enfrentan estos candidatos tras quedar fuera de la contienda electoral.
No obstante, resaltó que algunos incumbentes, alcaldes o legisladores, suelen contratar a los candidatos derrotados como consultores, aprovechando su experiencia y conocimientos en áreas específicas.
Por otra parte, el licenciado Kenneth McClintock enfatizó que uno de los resultados más lamentables de una derrota en las primarias es la exclusión de líderes de la esfera política. Ilustró esta preocupación con el ejemplo del PNP, donde tres candidatos a comisionado residente compiten, pero solo dos tendrán la oportunidad de avanzar. “Esto significa que una persona altamente capacitada quedará excluida”, explicó.
Para la comisaría residente se enfrentan a una contienda primarista, Elmer Román, el senador, William Villafañe, el representante, José Meléndez y la doctora, Marigdalia Rodríguez Fort.
McClintock apuntó que, “existe la posibilidad de que estos talentosos individuos puedan ser empleados o contratados por el próximo gobierno del PNP para desempeñar funciones en la vida pública, lo que significa que no todo está perdido para ellos”.
El también exfuncionario, quien dedicó cuatro décadas a la vida pública, compartió su visión optimista sobre la vida después de la política. Destacó su experiencia personal, donde su participación como profesor universitario y su labor en distintas juntas directivas de entidades sin fines de lucro han sido fuentes de satisfacción y contribución a la sociedad.
Unidad partidaria luego de primarias
San Antonio Acha también advierte sobre el impacto en la unidad interna del partido tras la derrota de un candidato principal. Subraya que una campaña agresiva y personalista durante las primarias puede dificultar la posterior unión de los seguidores del candidato derrotado con el ganador, lo que podría afectar el desempeño del partido en las elecciones generales.
“Es importante evitar las campañas ofensivas y personalistas durante las primarias para asegurar una mayor posibilidad de unión entre los candidatos y sus seguidores al finalizar la contienda”, concluyó.
De igual forma, al ser cuestionado sobre el impacto en la unidad interna del partido tras la derrota de candidatos principales, McClintock señaló que las derrotas pueden afectar negativamente a algunos individuos que pueden tener dificultades para manejar la situación. Destacó la importancia de saber perder y ganar, mencionando el caso del PNP, que históricamente ha logrado unificarse tras primarias desafiantes, permitiendo la integración de personas clave en posiciones de gobierno, incluso de los opositores durante la contienda interna del partido.