P: ¿Qué le atrajo del mundo del arte callejero?
- Llevo dibujando desde que era pequeño. Siempre me ha gustado, pero me acerqué al mundo del graffiti en 1995 en Alemania. Cuando volvía del colegio, vi a unos chicos pintando en una pared. Me paré a mirarlos toda la tarde. Me pareció una forma maravillosa de mostrar el propio arte a todo el mundo. Desde entonces, quise intentarlo. Paso a paso, día tras día, no he parado hasta hoy.
P: ¿Cómo desarrolló este estilo único de graffiti?
- Mi estilo surge de la necesidad de disponer de paredes más grandes en espacios reducidos. También está el deseo y el respeto por todo lo que rodea al muro. Así que pensé en salir del espacio habitual y contagiarme también del entorno. Me gusta la sensación de armonía que puede encontrar mi obra con todo lo demás. Todos estos factores han dado vida a mi estilo pictórico.
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P: ¿Qué le inspira a crear ilusiones ópticas? ¿Podría explicarnos su proceso creativo?
- Empiezo a desarrollar la idea basándome en el tipo de pared y el entorno. Saco fotos (no profesionales) como haría cualquier persona normal de amigos y familiares, poniéndolos en la pose que me gusta. Así, ya tengo las luces, las sombras y todo en su sitio. Luego, combino la foto de la pared con la del modelo para tener una imagen completa de cómo podría salir. A partir de ahí, entiendo las partes que quedan fuera del muro. Decido el material o si hay que pintar parte de los puntos que faltan. Por último, elijo los tonos que voy a utilizar y empezamos directamente en la pared. Nunca utilizo cuadrículas ni cosas similares. Me gusta compararme con la pared haciéndolo todo a mano alzada. En realidad, no soy yo quien elige, sino que es la pared y su entorno, lo que de alguna manera me sugiere la idea.
P: ¿Qué mensajes pretende difundir con su arte?
- Siempre intento de alguna manera describir todas las carencias o alegrías del mundo que me rodea, las penurias, las cosas bellas, las historias, intentando resaltarlas y darlas a conocer a la gente que mira mis obras, como una especie de periódico. A veces simplemente me dejo llevar por el momento. Depende.
P: Su arte transforma espacios ordinarios en escenas extraordinarias. Si pudiera elegir cualquier lugar del mundo como lienzo para su próxima obra, ¿dónde sería y por qué?
- No puedo elegir un lugar concreto; ¡cada lugar, cada pared, es una aventura para mí! Lo importante es que sea un lugar agradable con gente agradable. Pero de todos modos, tengo un pequeño sueño: me gustaría volver a pintar en esa pequeña pared donde empecé hace 25 años en Alemania.
P: ¿Qué consejo daría a los aspirantes a artistas callejeros?
- Sólo puedo decir que, ante todo, ¡se diviertan! Les aconsejo que no piensen en ganar dinero, que sientan amor por lo que hacen, que escuchen consejos pero que sigan siempre su camino, ¡y no se equivocarán!
Antes de pintar, paso un tiempo mirando la pared y hablando con los lugareños. Todo esto provoca la idea, una mezcla de cosas y sensaciones juntas
— Cosimo Caiffa, grafitero italiano