El periodista Roberto Figueroa, quien dirigía un medio por digital en el estado de Morelos, fue asesinado el viernes y su cuerpo localizado en un vehículo al sur de Ciudad de México.
El gobierno estatal, en un comunicado, condenó los hechos y pidió iniciar las investigaciones para dar con los responsables, pero no ofreció más detalles de lo ocurrido.
Por su parte, la fiscalía sólo confirmó de momento que el cadáver del comunicador se localizó dentro de un auto en el municipio de Huitzilac, una zona de intensa actividad de grupos criminales.
Figueroa es el primer periodista asesinado este año en México, considerado un país muy peligroso para la prensa porque aunque los homicidios se redujeron en 2023 los ataques continúan. En 2022, según el Comité para la Protección de Periodistas —CPJ por sus siglas en inglés— solo Ucrania superó a México en periodistas asesinados. Aquí mataron a 13 ese año, según sus datos.
La organización de defensa de la prensa Artículo 19 indicó el sábado en su cuenta oficial de X, antes Twitter, que según los datos preliminares que pudo recabar el comunicador fue secuestrado y después asesinado.
Figueroa dirigía el portal “Acá en el Show”, un medio virtual que tenía noticias de la actual campaña electoral y también publicaba videos de opinión con un tono más sarcástico.
Según Artículo 19, los compañeros de Figueroa lo describieron como crítico con las autoridades y partidos que gobiernan la entidad.
Medios locales indicaron que sus familiares recibieron una llamada exigiendo un rescate pero que, a pesar de que pagaron, fue encontrado sin vida.
Artículo 19 pidió una “investigación diligente y expedita” que no descarte su labor periodística como línea de investigación.
Según un informe del Comité para la Protección de Periodistas publicado en marzo de este año, México sigue siendo el país más peligroso del hemisferio occidental para la prensa y el que tiene el número más alto de periodistas desaparecidos. Además, el asesinato de periodistas que estaban bajo protección del gobierno federal demuetra que ese mecanismo tiene graves fallos.
Desde el año 2000, al menos 141 periodistas y otro personal de medios de comunicación han sido asesinados en México, según el CPJ. Al menos 61 de estos asesinatos estaban directamente relacionados con su trabajo. “La impunidad es la norma en los crímenes contra la prensa”, agregó el informe.