Seis de cada diez niños en Puerto Rico vive en un entorno de desventaja financiera, según datos del 2022 publicados por el Instituto de Desarrollo de la Juventud (IDJ).
Un 58 % de los menores entre cero a 17 años registró estar bajo el umbral de pobreza en el archipiélago. Este porcentaje ha prevalecido a través de los años, a pesar de la notable reducción poblacional.
“En Puerto Rico, hoy, hay muchísimo menos niños de los que había en el 2000 […] Necesitamos redoblar el compromiso porque ahora no es que tenemos que diluir recursos entre muchos niños. […] Aquí tenemos ahora una oportunidad de realmente enfocarnos en que cada niño que nazca y que se críe en este país, sea bienvenido”, indicó el director ejecutivo del IDJ, Brayan Rosa-Rodríguez.
Los últimos resultados de las pruebas estandarizadas Meta de 2022-2021 revelaron grandes brechas de aprovechamiento académico entre estudiantes que viven bajo el nivel de pobreza y aquellos con ingresos favorables.
Por ejemplo, el IDJ reveló que solo 34 % de los estudiantes logró un nivel proficiente en español, comparado con el 49 % de aquellos que no están en desventaja económica.
Mientras que, en matemáticas, solo el 22 % de los estudiantes de bajo ingresos lograron un nivel eficiente, frente al 28 % de sus pares; en inglés, solo el 30 % de los estudiantes desfavorecidos económicamente alcanzaron un nivel apto, comparado con el 50 % de los estudiantes con ingresos más altos.
En ciencias, el 36 % de los estudiantes de bajos ingresos lograron un rango competente, frente al 48% de los estudiantes más acomodados.
Otro dato relevante es que los estudiantes en desventaja financiera demuestran tener un ausentismo crónico. En los años escolares 2022 y 2023, el 48% de los estudiantes de escuelas públicas experimentaron este fenómeno; con un 21% y 67% de desventaja económica y 34% y 54% sin obstáculo económico, respectivamente.
“Cuando miras las estadísticas, sí ocurre todos los años, el resultado de pobreza que tenemos en este país no es un error, es el resultado del sistema que tenemos actualmente […] Así que la invitación es que pensemos fuera de lo que, comúnmente, consideramos posible para poder empezar a transformar el sistema”, manifestó.
Más allá de lo moral
Asimimo, Rosa-Rodríguez indicó que esta problemática no es “solo un asunto moral, sino que es un asunto económico”, pues educar efectivamente a las próximas generaciones representa un factor invaluable para el crecimiento del país.
“No podemos darnos el lujo de que estos niños no tengan todos los recursos que necesitan para dirigir nuestra economía cuando ya sean adultos. […] esto es un asunto económico. Cada pérdida de potencial en esos niños hace más difícil el desarrollo económico del país. Así que cuando miramos las plataformas de gobierno nunca pensamos en las familias, en los niños como una herramienta de desarrollo económico”, instó, al aseverar que los menores son el mejor activo que tiene Puerto Rico.
A los políticos
El IDJ, en su Data Week 2024: Innovación para la Movilidad Económica de las Familias, reunió desde el pasado miércoles a decenas de aliados e hicieron un llamado a los candidatos a escaños políticos a priorizar iniciativas enfocadas en la niñez y juventud.