La boricua del pueblo de Lares, Matilde Rodríguez Rodríguez, quien cumplió sus 96 años de edad recientemente, logró su sueño de participar en la Parada Puertorriqueña celebrada en la Quinta Avenida de Nueva York, obteniendo aplausos y gritos de saludos de los presentes en el festival cultural hispano más grande de los Estados Unidos.
Buscando un mejor porvenir, Rodríguez Rodríguez siendo madre soltera de dos hijas emigró a Nueva York en 1954 con su hija Carmen Luz Jirau, luego de haber sufrido la muerte de su segunda hija.
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“Esto para nosotros es un gran triunfo, mi abuela siempre soñó con venir a la parada de Nueva York. Ella vivía sola, pero hace cuatro años vive con mi esposo Kevin y conmigo. Nosotros tenemos el negocio de artesanía Tienda Sesto en Aguadilla, Puerto Rico y cada vez que vamos a la isla ella viaja con nosotros. A sus 96 años de edad ella conversa y entiende todo lo que se le dice, es una mujer encantadora, mi esposo la adora. Cuando decidimos traerla al Desfile en la Quinta Avenida rogamos que no lloviera porque habían avisado lluvia, sin embargo, la temperatura y el día fue precioso. Cuando nos estacionamos en la ubicación de la comparsa de los alcaldes, la número 21 en la calle 44, lugar que nos asignó el Lcdo. Rafael Ululy Martínez (director de operaciones de la Parada) notamos que ella se puso muy contenta y allí esperamos hasta la orden de salida. Justamente estábamos detrás de la comparsa del alcalde de Nueva York, Eric Adams. Según avanzaba el Desfile nos encontrábamos con amigos, clientes o personas que les llamaba la atención la presencia de mi abuela en sillas de rueda, muy contenta y tirando besos y saludando a toda la gente que se encontraba a izquierda a derecha de la avenida. Mi esposo condujo su vehículo de transportación y cada vez que se arrimaba a la gente, recibimos muchas bendiciones y saludos afectuosos”, señaló María VannReyes, copropietaria de Tienda Sesto.
La nieta de Rodríguez Rodríguez relató que el momento más emotivo del trayecto de 35 bloques caminado (desde la calle 44 hasta la calle 79), lo fue cuando uno de los funcionarios de la Catedral Saint Patrick en la Quinta Avenida se separó del grupo que saludaba a los dignatarios y vino al centro de la avenida a saludar a Matilde que lo miraba con ojos de alegría.
“Ese momento fue muy significativo para todos nosotros, ya que mi abuela sintió que la estaban bendiciendo, el clérigo católico la bendijo con la señal de la cruz y le habló lo que para nosotros fue un gran momento. De allí continuamos y todo era algarabía y gritos de alegría entre el público. Notamos que al llegar al área de transmisión del Desfile todos los canales de televisión y radio se acercaron a tomarle videos y entrevistas lo que nos llenó de emoción. Lo sorprendente fue que al regresar al hotel ya entrada en horas de la noche, vimos a mi abuela en los noticiarios de Nueva York cosa que nos sorprendió ya que nunca pensamos que ella hubiera sido eje central de las noticias sobre el Desfile. Nosotros agradecemos a Lilian Rodríguez López presidenta de la Junta de Directores del Desfile Nacional Puertorriqueño por permitir que mi abuela desfilara, de hacer realidad su sueño como miembro de la “diáspora boricua” que justamente en estos días cumple sus primeros 70 años de haberse mudado a Nueva York y quien se cuida mucho para poder asistir a la celebración de los 100 años de Tienda Sesto en Aguadilla”, finalizó VannReyes.