JERUSALÉN (AP) — El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó el martes que Estados Unidos está reteniendo armas e insinuó que esto estaba desacelerando la ofensiva de Israel en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, donde los combates han exacerbado la ya terrible situación humanitaria para los palestinos.
El presidente Joe Biden ha retrasado la entrega de ciertas bombas pesadas a Israel desde mayo por preocupaciones sobre la matanza de civiles en Gaza. Sin embargo, la administración ha hecho todo lo posible para evitar cualquier sugerencia de que las fuerzas israelíes han cruzado una línea roja en la profundización de la invasión de Rafah, lo que desencadenaría una prohibición más amplia de las transferencias de armas.
Netanyahu, en un breve vídeo, habló directamente a la cámara en inglés mientras lanzaba duras críticas a Biden por los “cuellos de botella” en las transferencias de armas.
“Es inconcebible que en los últimos meses la administración estuviera reteniendo armas y municiones a Israel”, dijo Netanyahu, y agregó: “Denos las herramientas y terminaremos el trabajo mucho más rápido”.
Netanyahu no dio más detalles sobre qué armas estaban retenidas y el ejército israelí se negó a responder a una solicitud de comentarios. Ophir Falk, asesor de política exterior de Netanyahu, remitió las preguntas sobre los detalles al gobierno de Estados Unidos.
Netanyahu también afirmó que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en una visita reciente a Israel, dijo que estaba trabajando contrarreloj para poner fin a los retrasos.
Sin embargo, Blinken dijo durante una conferencia de prensa el martes en el Departamento de Estado que la única pausa en el envío de armas a Israel estaba relacionada con esas bombas pesadas de mayo.
“Como saben, seguimos revisando un envío del que ha hablado el presidente Biden con respecto a bombas de 2.000 libras (900 kilos) debido a nuestras preocupaciones sobre su uso en una zona densamente poblada como Rafah”, dijo Blinken. “Eso sigue bajo revisión. Pero todo lo demás avanza como lo haría normalmente”.
Estados Unidos ha brindado a Israel un apoyo militar y diplomático crucial desde que comenzó la guerra contra el grupo armado palestino Hamás en octubre. Israel culpa a Hamás de las muertes de civiles, diciendo que los milicianos operan entre la población.
Con la ofensiva israelí por cumplir su noveno mes, las críticas internacionales han aumentado constantemente por el apoyo de Estados Unidos a la campaña aérea y terrestre de Israel en Gaza, y el máximo tribunal de las Naciones Unidas ha concluido que existe un “riesgo plausible de genocidio” en Gaza, una acusación que Israel niega rotundamente.
Al mismo tiempo, meses de conversaciones sobre un cese del fuego no han logrado encontrar puntos en común entre Hamás e Israel. Ambas partes se han mostrado reacias a respaldar plenamente un plan apoyado por Estados Unidos que devolvería rehenes israelíes, allanaría el camino para el fin de la guerra y comenzaría un esfuerzo de reconstrucción del territorio diezmado.
La guerra ha matado a más de 37.100 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre combatientes y civiles en su recuento. La guerra ha cortado prácticamente el flujo de alimentos, medicinas y otros suministros a los palestinos que enfrentan hambre generalizada.
La guerra comenzó tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, cuando milicianos mataron a unas 1.200 personas y secuestraron a unas 250.
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Callister informó desde Nueva York y Matthew Lee desde Washington.