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¿La competencia en el espacio es de dos?

Estados Unidos y China son los principales impulsores de las misiones al espacio. Expertos analizan la situación.

Espacio.
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En la década de 1950 inició la primera la carrera espacial con Estados Unidos y la entonces Unión Soviética como sus principales protagonistas. Ambas potencias buscaban demostrar al mundo cuál de las dos podía conquistar el espacio exterior primero que la otra y para ello lanzaron diferentes misiones. Hoy, alrededor de 70 años después, esa carrera ha sido relanzada pero con más y diferentes contendientes.

“Hoy en día, la dinámica en el espacio es muy diferente: no es sólo entre dos Estados, sino entre varios (EE.UU., China, Rusia y posiblemente otros); no se trata sólo de gobiernos, sino de empresas comerciales como SpaceX; no se trata sólo de una competición civil (ir a la Luna) con trasfondo e implicaciones militares, sino de diferentes carreras en el espacio civil, el espacio militar, el espacio comercial e incluso el conocimiento y la exploración científicos; y tampoco se trata sólo de llegar a la Luna, sino de beneficios económicos, mejoras tecnológicas, minería y recursos, y otros beneficios que obtenemos del espacio”, explicó a Metro Wendy N. Whitman Cobb, catedrática de Estrategia y Estudios de Seguridad de la Escuela de Altos Estudios Aéreos y Espaciales.

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De hecho la reconocida experta en temas espaciales sugiere que lo que vivimos en este momento no puede ser considerado una carrera espacial, pues, considera, Estados Unidos la ganó hace más de 50 años cuando llegó a la Luna antes que nadie: “Cuando me preguntan cómo va la carrera espacial (y me lo preguntan a menudo), mi primera reacción es esencialmente ¿qué carrera espacial?”, agrega Whitman Cobb y explica que lo que tenemos ahora es una competición y que esta es protagonizada por Estados Unidos y China, aunque el país norteamericano tiene mucho más tiempo y experiencia en el tema.

De hecho, China es considerado uno fue los principales contendientes de la nueva competencia espacial que, como se dijo anteriormente, ya involucra a un mayor número de países e incluso a empresas privadas. El gigante oriental ya está consolidado como una potencia espacial, tan solo por debajo de Estados Unidos y ya por encima de la otra histórica potencia espacial, Rusia.

“China se ha consolidado como potencia espacial, convirtiéndose en el segundo país con mayor capacidad espacial después de Estados Unidos. El año pasado fue el segundo país en lanzamientos espaciales, por detrás de Estados Unidos. Rusia ocupó un lejano tercer lugar en lanzamientos espaciales en 2023″, explicó a Metro Clayton Swope, director adjunto del Proyecto de Seguridad Aeroespacial y miembro del Programa de Seguridad Internacional del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés).

Desde el año pasado China ya tiene operando su propia estación espacial llamada Tiangon a la que ya ha mandado grupos de astronautas para habitar en ella y realizar experimentos; además, actualmente realiza la misión lunar Chang’e 6, que ya entró en órbita lunar y que pretenden devolver a la Tierra muestras del satélite. El país asiático también ha manifestado su intención de enviar seres humanos a la Luna en 2030.

“Para lograrlo (concretar sus planes espaciales), yo esperaría que (China) mantuvieran el ritmo de desarrollo de los vuelos espaciales que hemos visto, lo que incluye seguir enviando tripulación a su estación espacial”, agregó Whitman Cobb.

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Para Clayton Swope esta renovada competencia espacial, que en última instancia buscará conquistar primero la Luna y después el planeta vecino Marte, también está relacionada con mostrar el poderío y prestigio de los diferentes países que participan en ella, tal como sucedió Durante la Guerra Fría y China está siguiendo este manual.

“En la Tierra, China se centra en proyectar y ampliar su poder y prestigio nacionales. Esos objetivos también se reflejan en el espacio. China enfoca el desarrollo de su poder espacial de forma muy parecida a como lo hicieron la Unión Soviética y Estados Unidos durante la Guerra Fría. China sigue el manual de la carrera espacial de la Guerra Fría”.

Además de China y Estados Unidos, otros países e incluso empresas extranjeras están buscando conquistar el espacio de acuerdo a sus posibilidades. Por ejemplo, de acuerdo con Svetla Ben-Itzhak, profesora adjunta de seguridad espacial en la Universidad Johns Hopkins, India gasta miles de millones en el espacio y planea volver a la Luna, posiblemente con Japón, en un futuro próximo. Corea del Sur, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Alemania y la Unión Europea también planean misiones lunares independientes.

3 preguntas para Svetla Ben-Itzhak:

Profesora adjunta de seguridad espacial en la Universidad Johns Hopkins

¿Cómo va hoy la carrera espacial?

—Muchos han calificado lo que está ocurriendo actualmente en el espacio, entre China y Estados Unidos en particular, de “carrera espacial” o “carrera lunar”. Estos términos suelen reflejar cierto nivel de competencia, y los dos países están avanzando en sus capacidades espaciales a lo largo de varios vectores. Uno de sus objetivos, por ejemplo, es llegar a la Luna y establecer una presencia en ella, más o menos al mismo tiempo (para 2030) y en torno al mismo lugar (el polo sur de la Luna).

Sin embargo, como ya he afirmado anteriormente en varias ocasiones, el panorama actual en el espacio es mucho más complejo y lleno de matices. Cada vez son más los actores estatales y no estatales que se incorporan y participan en diversas actividades espaciales, con distintos niveles de compromiso y capacidades. También hay otros Estados con capacidades espaciales avanzadas, como India, Japón, Francia y la ESA.

Además, no hay un objetivo final claro a la vista que permita decir: “Sí, hemos ‘ganado’ la carrera”. Los viajes y la exploración espaciales son un proceso continuo. ¿Y qué significaría “ganar” en este contexto? ¿Llegar a la Luna? (ya se ha hecho), ¿Extraer recursos? (ya se ha hecho), ¿Ir a Marte? (ya se ha hecho), ¿Aventurarse más allá? (ya se ha hecho).

El espacio es un entorno extremadamente duro y hostil, tanto para los humanos como para las máquinas. El verdadero reto es poder establecer una presencia sostenible en este entorno que intenta matarnos a cada paso. Este objetivo es una meta permanente a largo plazo que persiguen todos los implicados en la exploración espacial y no tiene una fecha de caducidad definitiva.

Hace más de 50 años la carrera espacial era entre EE.UU. y la URSS, ¿ahora entre quién es la competición?

—El término se utiliza en relación con EE.UU. y China, o más ampliamente, entre sus respectivas alianzas.

Me gustaría añadir que el espacio es un entorno muy asimétrico, en el que incluso pequeñas acciones pueden tener grandes efectos. Un objeto pequeño, por ejemplo, -ya sea dirigido intencionadamente o colisionando accidentalmente- tiene el potencial de causar daños o destrucción sustanciales en el espacio. También puede dar lugar a la creación de desechos orbitales que pueden poner en peligro indiscriminadamente todos los activos o el personal en el espacio. Las colisiones intencionadas podrían resultar contraproducentes, ya que los desechos volantes resultantes también podrían dañar los satélites del agresor. Como resultado, es difícil evaluar quién tiene realmente ventaja en el espacio, ya que cualquier ataque supondría pérdidas para casi todas las partes implicadas, incluidos los transeúntes no implicados (o en este caso: los byflyers).

¿Qué papel desempeñarán las empresas privadas como Space X en la actual carrera espacial?

—En la última década, los actores comerciales se han convertido en protagonistas de la exploración espacial, transformando el panorama espacial, tradicionalmente dominado por iniciativas estatales. En la actualidad, hay un número creciente de empresas privadas dedicadas a diversas actividades espaciales, como los vuelos espaciales tripulados, la eliminación activa de residuos y el desarrollo lunar.

Las empresas comerciales, por ejemplo, desempeñan ahora un papel integral en el apoyo a los esfuerzos espaciales nacionales, como SpaceX, que transporta carga y tripulación estadounidense a la ISS, o Intuitive Machines, que aterrizó, en enero de 2024, el primer rover estadounidense en la Luna en más de 50 años. Entidades comerciales como SpaceX, Blue Origin y Rocket Lab han revolucionado la tecnología avanzada de cohetes y las capacidades de lanzamiento, ofreciendo servicios de lanzamiento de satélites a clientes gubernamentales y no gubernamentales.

Las empresas privadas también participan cada vez más en el diseño, fabricación y explotación de satélites de comunicación, observación de la Tierra, navegación, etc. Empresas consolidadas como Airbus, Boeing y Lockheed Martin siguen liderando el sector de la fabricación de satélites, mientras que otras más recientes, como OneWeb, Planet Labs y Spire Global, han introducido constelaciones de satélites y aplicaciones innovadoras. La aparición de empresas de turismo espacial es otro avance notable, con compañías como Virgin Galactic, Blue Origin y Space X ofreciendo diversas aventuras espaciales. Otras, como Planetary Resources y Deep Space Industries, están explorando la viabilidad de la minería de asteroides y la utilización de recursos lunares para futuras misiones espaciales, mientras que empresas como Astroscale, Relativity Space y SpaceX están desarrollando diversos servicios e infraestructuras espaciales, como el servicio de satélites, la eliminación de basura espacial, constelaciones de Internet basadas en el espacio y la fabricación en el espacio. La lista continúa.

3 preguntas para Clive Neal:

Profesor de ingeniería civil y ciencias geológicas en la Universidad de Notre Dame

¿Es bueno para la sociedad que haya una carrera espacial?

—Las carreras espaciales entre agencias espaciales internacionales pueden ser muy contraproducentes y tenemos que aprender de la historia. La carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética no condujo a un programa espacial humano duradero. Una vez que alguien “ganó”, el programa se canceló menos de 4 años después del aterrizaje del Apolo 11. Necesitamos la cooperación internacional porque la historia nos demuestra que puede conducir a un programa espacial humano duradero: la Estación Espacial Internacional, fundada sobre la cooperación internacional, ha visto seres humanos en el espacio de forma continuada durante más de 20 años. Así pues, en mi opinión, cualquier carrera espacial internacional debe emprenderse con una visión pluridecenal.

¿La carrera espacial puede generar algún beneficio?

La actual “carrera espacial” entre Estados Unidos y China se basa, como la de la era Apolo, en la desconfianza política. Como científico, creo que la “diplomacia científica” puede funcionar para abrir la comunicación entre ambos países. De nuevo, aprendiendo de la historia, podemos ver que los intercambios de muestras Apolo-Luna entre Estados Unidos y la Unión Soviética en 1971, 1972, 1979 y 1981 desarrollaron una diplomacia científica que dio lugar a una mejor comunicación entre científicos y agencias gubernamentales que condujo a la misión Apolo-Soyuz en julio de 1975 (la primera misión espacial internacional tripulada llevada a cabo por Estados Unidos y la Unión Soviética) y al programa “Shuttle-Mir” que implicó 11 vuelos de transbordadores a la estación espacial Mir de 1993 a 1998.

¿Qué podemos esperar de China?

—China ya ha demostrado que puede llevar a cabo la devolución robotizada de muestras de la Luna (algo que Estados Unidos aún no ha hecho), y ha sido la primera nación en aterrizar con éxito un robot desatornillado en la cara oculta de la Luna y explorarla con un rover (algo que continúa hoy en día), y tienen una misión actualmente en marcha para devolver robóticamente una muestra rom la cara oculta de la Luna, otra primicia mundial. Así que espero que hagan grandes cosas, incluida la llegada de seres humanos a la Luna.

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