Donald Trump fue celebrado el martes en la Convención Nacional Republicana por los antiguos adversario que apenas hace unos meses lanzaban mordaces críticas en su contra, enviando un mensaje de unidad que contrasta con las divisiones cada vez más marcadas dentro del Partido Demócrata.
Nikki Haley, la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU que fue la última rival de Trump en abandonar la contienda por la candidatura presidencial republicana, se dirigió directamente a sus simpatizantes después de subir al escenario entre aplausos y abucheos.
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“Mi mensaje para ellos es muy simple: No tienen que estar de acuerdo con Trump todo el tiempo para votar por él”, declaró.
A Haley le siguió el gobernador de Florida Ron DeSantis, un viejo aliado de Trump que se convirtió en un enconado adversario y ahora ha tratado de reconstruir su relación con el expresidente desde que abandonó las primarias.
“Donald Trump ha sido satanizado. Ha sido demandado. Ha sido procesado. Y casi pierde la vida”, dijo DeSantis ante la multitud. “No podemos decepcionarlo. Y no podemos decepcionar a Estados Unidos”.
Estas aperturas son comunes en las convenciones políticas, donde el objetivo suele ser el de unir al partido después de unas férreas primarias. Pero las apariciones de Haley y DeSantis llamaron particularmente la atención al tomar en cuenta los ataques personales que marcaron la contienda republicana de este año —muchos de los cuales fueron de Trump hacia Haley y DeSantis.
Las muestras de unidad contrastan con la dinámica que enfrentan los demócratas, muchos de los cuales se han mostrado cada vez más dubitativos de que el presidente Joe Biden sea la elección correcta para enfrentarse a Trump en los comicios de noviembre.
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DeSantis alguna vez fue considerado como el aspirante mejor posicionado para enfrentarse a Trump en la cima del partido. Como candidato presidencial, tardó en criticar directamente al expresidente, antes de finalmente acusarlo en repetidas ocasiones de no haber cumplido sus promesas.
Haley, en tanto, tachó a Trump de caótico e insinuó que el expresidente de 78 años era demasiado viejo para un segundo mandato. A diferencia de DeSantis, no otorgó directamente su apoyo a Trump después de abandonar la contienda, y en su lugar esperó algunos meses antes de dar a conocer que contaba con su voto.
El equipo de campaña de Biden revivió el martes las críticas de Haley. Austin Weatherford, portavoz de campaña, dijo en un comunicado: “La embajadora Haley lo dijo mejor: Alguien que no tiene respeto por nuestras fuerzas armadas, que no distingue el bien del mal, y se ‘rodea del caos’ no puede ser presidente”.
La inmigración fue el tema central del martes
Varios oradores destacaron el tema de la inmigración, un elemento clave de la marca política de Trump que lo ayudó a atraer a las bases republicanas durante su primera campaña presidencial en 2015.
Trump ha criticado el número sin precedentes de inmigrantes que ingresan ilegalmente en el país a través de la frontera sur. Las cifras de cruces no autorizados han caído abruptamente desde que el presidente Joe Biden emitió una norma que suspendió muchas de las solicitudes de asilo en la frontera.
En mítines y otros actos de campaña, Trump ha señalado ejemplos de inmigrantes que cometieron crímenes atroces y ha culpado a la inmigración del tráfico de drogas como el fentanilo, a pesar de que los datos federales muestran que muchas de las personas que pasan fentanilo de contrabando a través de la frontera son ciudadanos estadounidenses. También ha prometido llevar a cabo la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos.
Su retórica antiinmigración también se ha desviado hacia argumentos que no están respaldados por pruebas, como las aseveraciones infundadas de que los inmigrantes están ingresando al país para votar en las elecciones de 2024.
El líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, Steve Scalise, mencionó lo anterior en su discurso. “Biden y Harris quieren que los ilegales voten ahora que han abierto la frontera”, aseveró.
El programa de la convención ha incluido a personas que la campaña califica como “estadounidenses comunes y corrientes”. El martes se presentaron personas que habían perdido a seres queridos por sobredosis de fentanilo o delitos violentos que las autoridades han vinculado a inmigrantes que se encuentran sin autorización en Estados Unidos.
Entre los oradores estuvo Michael Morin, hermano de Rachel Morin, una mujer de Maryland que, según los fiscales, fue violada y asesinada por un fugitivo de El Salvador.
“Joe Biden y su designado ‘zar fronterizo’ Kamala Harris le abrieron nuestras fronteras a él y a otros como él, otorgándoles el poder para victimizar a los inocentes”, dijo Morin a la audiencia.
Estudios académicos revisados por pares por lo general no han encontrado un vínculo entre la inmigración y los crímenes violentos, aunque las conclusiones varían según los datos analizados.