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Actividad humana: un arma de doble filo ante las sequías

Ciertas acciones humanas pueden derivar en la presencia de sequías, mientras otras pueden ayudar a atenuarlas

En los últimos años los efectos del calentamiento global han logrado agudizado las sequías en varias regiones del mundo y un estudio revela que otro tipo de actividad humana puede ayudar a atenuarlas gracias a la presencia de ciertos gases.

Un reciente estudio del Banco Mundial revela que durante el último medio siglo, las ‘perturbaciones pluviales secas extremas’, esto es, precipitaciones inferiores al promedio, han aumentado un 233 % en ciertas regiones del mundo.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pohang (POSTECH), en Corea del Sur, publicó un estudio en el que se sugiere que la liberación de ciertas sustancias derivadas de la actividad humana pueden ayudar a atenuar las sequías.

El profesor Jonghun Kam, de la División de Ciencias e Ingeniería Medioambientales de POSTECH, utilizó simulaciones de modelos climáticos para examinar los efectos individuales de los aerosoles y los gases de efecto invernadero producidos por las actividades humanas, centrándose en la sequía primaveral de 2022 que causó graves daños agrícolas en la región montañosa de los Andes centrales.

En el estudio, el profesor Jonghun Kam utilizó 11 modelos climáticos diferentes para analizar el impacto de las actividades humanas en la sequía primaveral que asoló la región andina central en 2022, la más grave desde 1951.

Los experimentos con modelos climáticos revelaron que las actividades socioeconómicas humanas han incrementado los aerosoles antropogénicos en la atmósfera, afectando a su composición química y empeorando la sequía primaveral en los Andes Centrales.

A la inversa, el aumento de los gases de efecto invernadero debido a las actividades humanas ha provocado un aumento de las precipitaciones en la región, mitigando las sequías primaverales extremas y reduciendo la probabilidad de que se produzcan.

Así pues, los aerosoles y los gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas han tenido efectos opuestos sobre la composición química atmosférica y los mecanismos de precipitación, destaca la investigación.

4 preguntas a Jonghun Kam:

¿Por qué se interesó por estudiar la relación entre la actividad humana y las sequías?

—Me ha interesado el origen de las sequías recientes, tanto si se han originado por la variabilidad natural como por la influencia antropogénica. Las sequías severas causan impactos adversos en nuestra sociedad. Para mitigarlas en aras del desarrollo sostenible de nuestra sociedad, necesitamos comprender el origen de las sequías recientes.

¿Cómo ha empeorado la actividad humana las sequías en determinadas regiones?

—Las actividades humanas han incrementado drásticamente el uso de combustibles fósiles que aumentan los gases de efecto invernadero en la atmósfera. Debido al efecto invernadero, ha aumentado la temperatura de la superficie del planeta. El calentamiento global también ha aumentado la temperatura cercana a la superficie. Una mayor temperatura del aire cercano a la superficie puede contener más vapor de agua. El cambio en los ambientes cercanos a la superficie puede causar inundaciones más intensas o sequías más duraderas.

¿Qué actividades humanas concretas influyen en estos dos fenómenos?

—El uso de combustibles fósiles en cualquier sector industrial o cualquier actividad humana que produzca más emisiones de gases de efecto invernadero.

Entonces, ¿la actividad humana es buena o mala para este tipo de fenómenos meteorológicos?

—Me gustaría decir que una combinación de variabilidad natural y actividades humanas aumenta el riesgo futuro de estos fenómenos meteorológicos, lo que requiere la preparación de fenómenos meteorológicos más frecuentes/graves en el futuro.

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