Las fuertes tormentas eléctricas, originadas por una onda tropical que se encuentra sobre la región, provocaron este sábado la caída de granizo del tamaño de un guisante en el municipio de Moca.
El evento se produjo en el barrio Voladoras de ese pueblo, según compartió a través de las redes sociales la meteoróloga de “Noticentro” (Wapa Televisión), Ada Monzón.
De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), el granizo se forma cuando las tormentas convectivas tienen fuertes corrientes ascendentes que llevan gotas de agua a altitudes muy frías en la atmósfera.
Luego, las gotas se congelan en cristales de hielo, que al ser arrastrados por las corrientes de la tormenta, acumulan más capas de hielo cada vez que suben y bajan. Cuando el granizo se vuelve lo suficientemente pesado y no puede ser sostenido, cae a la tierra.
La intensidad del granizo y su tamaño dependen de la fuerza de las corrientes ascendentes y de la cantidad de humedad disponible en la tormenta.
Precisamente, más temprano el Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) en San Juan emitió una advertencia de inundaciones para varios sectores del archipiélago.
La advertencia abarca las áreas de Aguada, Aguadilla, Añasco, Carolina, Isabela, Loíza, Moca, Bayamón, Cataño, Guaynabo, Toa Baja, San Juan, Arecibo, Hatillo, Lares y San Sebastián.
Para la capital, la advertencia estará vigente hasta las 5:00 p.m., mientras para el resto de los municipios, hasta las 4:45 p.m.
La organización informó que el radar Doppler ha detectado lluvias intensas en la región, con acumulaciones de hasta una pulgada en algunas áreas y posibles incrementos de una a dos pulgadas adicionales.
“Habrá un riesgo limitado de lluvias excesivas y relámpagos durante el resto del fin de semana, especialmente durante el horas de la tarde sobre el oeste de Puerto Rico. Se esperan tormentas eléctricas en elevaciones más bajas y áreas urbanas todos los días”, detalló.
La probabilidad de lluvia es de 50 por ciento.
Acorde con la organización, tras el paso de esta onda, llegará polvo sahariano—una masa de partículas minerales del desierto del Sahara transportada por el viento a través del Atlántico—, lo que provocará cielos brumosos y afectará la calidad del aire.