LONDRES (AP) — Un oso polar avistado afuera de una cabaña de un poblado remoto de Islandia fue baleado por la policía, que lo consideró una amenaza, dijeron el viernes las autoridades.
El oso fue abatido la tarde del jueves en el noreste de Islandia después de que la policía consultó a la Agencia Ambiental de ese país, que declinó trasladar al oso, dijo a The Associated Press el jefe de la policía de Westfjords, Helgi Jensson.
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“No es algo que nos guste hacer”, afirmó Jensson. “En este caso, como pueden ver en la imagen, el oso estaba muy cerca de una casa de verano. Había una anciana dentro”.
La propietaria, que se encontraba sola, se asustó y se encerró escaleras arriba mientras el oso hurgaba entre la basura, señaló Jensson. Ella se puso en contacto con su hija en Reykjavik, la capital del país, mediante un enlace satelital, y pidió ayuda.
“Ella se quedó ahí”, dijo Jensson, y añadió que otros residentes veraniegos del área habían vuelto a casa. “Ella sabía del peligro”.
Los osos polares no son nativos de Islandia, pero en ocasiones, llegan a sus costas tras viajar en témpanos de hielo desde Groenlandia, de acuerdo con Anna Sveinsdóttir, directora de colecciones científicas del Instituto Islandés de Historia Natural. En las últimas semanas, se han avistado muchos icebergs frente a la costa norte del país.
Aunque los ataques de osos polares contra humanos son extremadamente raros, en un estudio publicado en 2017 en el boletín de la Wildlife Society se indica que la pérdida del hielo marino debida al calentamiento global ha hecho que más osos hambrientos lleguen a tierra, lo que hace que tengan más probabilidades de entrar en conflicto con los humanos, poniéndolos en un mayor riesgo a ambos.
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De 73 ataques de osos polares documentados entre 1870 y 2014 en Canadá, Groenlandia, Noruega, Rusia y Estados Unidos —en los que murieron 20 personas y 63 resultaron heridas— 15 ocurrieron en los últimos cinco años de ese periodo.
El oso abatido el jueves fue el primero en ser visto en el país desde 2016. Los avistamientos son relativamente raros, y sólo se han registrado 600 en Islandia desde el siglo IX.