En Georgia, los trabajadores electorales tendrán que contar a mano el número de boletas emitidas después de que se complete la votación. En Carolina del Norte, algunos estudiantes y personal universitario podrán usar sus identificaciones digitales para votar. En Wisconsin, los buzones electorales vuelven a permitirse, aunque no todas las jurisdicciones electorales los utilizarán.
En todo Estados Unidos, incluyendo algunos estados clave en esta contienda presidencial, las leyes estatales nuevas o recién modificadas están cambiando la forma en que los estadounidenses votarán, contarán las boletas y administrarán y certificarán la elección del 5 de noviembre.
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Puede ser un desafío conocer todos estos cambios de última hora, especialmente porque los procesos electorales estatales de por sí varían ampliamente. Se avecinan aún más cambios en algunos estados, a solo unas semanas de las elecciones. Varios estados ya han comenzado a enviar boletas por correo, y en otros, los votantes han comenzado a emitir boletas en persona.
“Los cambios de última hora en las reglas electorales —ya sea de una legislatura estatal, una autoridad electoral o un tribunal— pueden generar confusión para los votantes y los funcionarios electorales”, dijo por correo electrónico Megan Bellamy, vicepresidenta de leyes y políticas del Laboratorio de Derechos Electorales. “La temporada electoral está en marcha. Los legisladores, los órganos administrativos y los tribunales deben reconocerlo”.
He aquí un vistazo a algunos de los procesos electorales que son nuevos o que han sido modificados recientemente.
En Georgia y Arizona, los trabajadores electorales deberán contar a mano las boletas el día de las elecciones. Funcionarios electorales dicen que esto podría retrasar la presentación de los resultados.
La Junta Electoral Estatal de Georgia aprobó su nueva regla el viernes. Requiere que el número de boletas —no el número de votos—, sea contado a mano en cada lugar de votación por tres trabajadores electorales diferentes hasta que los tres conteos sean iguales.
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Los electores en Georgia votan en máquinas con pantalla táctil que imprimen boletas de papel. Esas boletas incluyen lo que seleccionó el votante en la pantalla y un código QR para que lo lea un escáner y cuente los votos.
Los defensores dicen que la nueva regla de conteo manual es necesaria para asegurarse de que el número de boletas de papel coincida con los recuentos electrónicos en escáneres, computadoras de registro y máquinas de votación. Los tres trabajadores tendrán que contar las boletas en pilas de 50, y el administrador de la casilla debe explicar y corregir, si es posible, cualquier discrepancia, así como documentarlas.
La regla va en contra del consejo de la procuraduría estatal, el Departamento de Estado de Georgia y una asociación de funcionarios electorales de condado. A los críticos les preocupa que la medida retrase la publicación de los resultados de la noche de las elecciones, socavando la confianza pública en el proceso.
Un cambio similar en Arizona —un estado clave porque no tiene una tendencia política definida— también es probable que cause retrasos en los resultados este otoño. La nueva medida requiere que los condados cuenten a mano los sobres con boletas que se dejan en los centros de votación el día de las elecciones antes de que se tabulen los votos.
Después de las primarias de julio, la portavoz electoral del condado Maricopa, Jennifer Liewer, dijo que la nueva medida retrasó aproximadamente 30 minutos la presentación de los resultados del condado, y señaló que el impacto podría ser mayor en las elecciones generales “si nos llegan cientos de miles de boletas”.
El condado Maricopa, que incluye a Phoenix, calcula que entre 625.000 y 730.000 votantes dejarán sus boletas el 5 de noviembre.
JP Martin, portavoz del secretario de Estado de Arizona, el demócrata Adrian Fontes, dijo en un correo electrónico que el mandato de recuento de votos “requerirá un tiempo considerable, sobre todo porque los trabajadores electorales ya han completado un turno de 12 a 15 horas”.
El caos y la desinformación sobre las boletas que se envían por correo postal y los buzones electorales han provocado desacuerdos partidistas —y nuevas reglas—, en varios estados sobre cómo se deben usar estos métodos de votación.
En Wisconsin, la Corte Suprema del estado, entonces de mayoría conservadora, prohibió los buzones electorales en 2022. Pero una nueva mayoría liberal en el tribunal los volvió a legalizar en julio. Algunas comunidades los abrieron para las primarias estatales de agosto, pero se usarán más para noviembre.
Su uso en Wisconsin es voluntario y algunas ciudades conservadoras han optado por no usar buzones electorales por cuestiones de seguridad. Las dos ciudades más demócratas del estado, Milwaukee y Madison, los usaron en agosto y volverán a hacerlo en noviembre.
El secretario de Estado de Ohio, el republicano Frank LaRose, emitió una directiva a las juntas electorales de los condados en agosto que decía que solo un votante puede depositar su boleta personal en un buzón. Cualquier persona que ayude a otra persona debe devolver esa boleta dentro de la oficina de la junta del condado y completar un formulario de certificación.
En Pensilvania, hay una batalla judicial pendiente en la Corte Suprema del estado que podría decidir si los condados deben contar las boletas provisionales de votantes cuyas boletas por correo fueron rechazadas por errores relativamente menores, como no insertar la boleta en un sobre secreto interior. Las prácticas varían según el condado y la ley estatal no dice nada al respecto. Los republicanos han argumentado que nada en la ley estatal permite explícitamente que un votante emita una boleta provisional en lugar de una boleta por correo rechazada.
Por otra parte, la Corte Suprema del estado de Pensilvania desestimó a principios de este mes un caso por un tecnicismo después de que un tribunal inferior dictaminó que rechazar las boletas enviadas por correo postal por “errores de papeleo sin sentido e intrascendentes”, como la falta de una fecha escrita a mano, viola el derecho constitucional al voto. Como resultado, se espera que los condados continúen con la práctica de descalificar esas boletas. Algunos condados, principalmente los demócratas, se esfuerzan por ayudar a los votantes a corregir esos errores o emitir una boleta provisional en su lugar.
Esta es la primera elección presidencial desde que la Legislatura de Florida, controlada por los republicanos, realizó una serie de cambios en el voto por correo en 2021. Si bien esos no son cambios recientes, su impacto podría ser significativo este año en un estado que tradicionalmente ha tenido un gran interés en votar por correo. Un cambio hace que la solicitud de un votante de una boleta por correo sea válida solo para la próxima elección general, en lugar de dos ciclos de elecciones generales, lo que significa que los votantes tendrán que volver a presentar una solicitud. Solicitar una boleta por correo ahora también requiere un número de licencia de conducir, un número de identificación estatal o los últimos cuatro dígitos del número de Seguro Social.
En Carolina del Norte, la Junta de Elecciones aprobó el mes pasado que los estudiantes y el personal de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill podían utilizar las identificaciones digitales en sus celulares para votar, luego de una la ley de identificación de votantes con foto recién implementada en el estado.
Se trata de la primera identificación digital de este tipo que la junta aprueba. Grupos republicanos presentaron una demanda, argumentando que la ley estatal solo permite tarjetas físicas.
Un juez de primera instancia se negó la semana pasada a impedir su uso. Desde entonces, los republicanos han presentado una notificación de apelación. Solo se ha aprobado el uso de identificaciones móviles emitidas por la UNC-Chapel Hill en teléfonos Apple.
En Arkansas, un tribunal federal de apelaciones restableció la semana pasada una norma que prohíbe las firmas electrónicas para el registro de votantes. La Junta de Comisionados Electorales del estado aprobó la regla en abril, diciendo que la Constitución estatal permite que solo ciertas agencias, y no los funcionarios electorales, acepten firmas electrónicas. Según la norma, los votantes tendrán que registrarse firmando su nombre con un bolígrafo.
La medida se adoptó después de que el grupo sin fines de lucro Get Loud Arkansas ayudó a registrar a los votantes mediante firmas electrónicas. La junta dijo que la regla era necesaria para crear uniformidad en todo el estado.
La labor electoral no se detiene cuando cierran las urnas, y algunos estados tendrán nuevos procesos después de las elecciones.
La misma junta electoral de Georgia que ordenó a los condados contar a mano el número de boletas de papel había aprobado solo unas semanas antes nuevas reglas relacionadas con la certificación de la votación. Un cambio establece una “investigación razonable” antes de que los funcionarios electorales de condado certifiquen los resultados, sin definir lo que eso significa. Otra permite a los funcionarios electorales de condado “examinar toda la documentación relacionada con las elecciones creada durante la realización de las elecciones”.
Los demócratas han presentado una demanda para bloquear las nuevas reglas, diciendo que podrían ser utilizadas por funcionarios locales que quieran negarse a la certificación si no les gustan los resultados de las elecciones.
En Nueva Hampshire, el gobernador Chris Sununu firmó una ley en julio que establece auditorías postelectorales. Entró en vigor a tiempo para las más recientes primarias del estado el 10 de septiembre y se aplicará a las elecciones generales.
Las auditorías permiten al Departamento de Estado de Nueva Hampshire verificar que el equipo de conteo electrónico de votos funcionó correctamente. Se eligieron al azar diez centros de votación.
El equipo de auditoría designado determinó que la auditoría de los dispositivos de conteo electrónico de votos fue exitosa, con todos los resultados dentro de los márgenes esperados.
En Nebraska, los aliados del expresidente Donald Trump presionaron para que el estado cambiara la forma en que asigna los votos electorales para evitar que la vicepresidenta Kamala Harris reclamara potencialmente uno de ellos al llevar el distrito legislativo del estado para el área de Omaha. Pero ese esfuerzo parece condenado al fracaso porque un senador estatal republicano dijo que no lo apoyaría, frustrando la mayoría de dos tercios que necesitarían para que se apruebe en la Legislatura y se convierta en ley antes de las elecciones del 5 de noviembre.
“Después de una profunda consideración, me queda claro que ahora mismo, a 43 días del día de las elecciones, no es el momento de hacer este cambio”, dijo el lunes el senador estatal Mike McDonnell.
Maine es el único otro estado que asigna los votos del Colegio Electoral por distrito legislativo.
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Reporteros de The Associated Press en todo el país contribuyeron a este despacho.
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