Las autoridades federales madrugaron en la mañana del miércoles con arrestos a sobre veinte individuos que participaron de un esquema ilegal de fraude por comprar y vender cantidades al por mayor de medicamentos recetados, mal etiquetados y desviados, revendidos al público a través de farmacias minoristas en Puerto Rico.
Según la investigación, la FDA aprobó los medicamentos recetados que los acusados distribuyeron ilegalmente fueron: Advair, Albuterol, Alphagan, Anoro Ellipta, Arnuity Ellipta, Aspen Dexanfetamina, Atripla, Atrovent, Azopt, Bepreve, Biktarvy, Breo Ellipta, Brilinta, Budesonida, Bumetanida, Byrdureon Pen, Cialis, Cloranfenicol, Colagenasa Santyl, Combigan, Combivent Respimat, Daliresp, Delstrigo, Descovy, Dovato, Edurant, Eliquis, Enbrel, Entresto, Famotidina, Farxiga, Flavfour HFA, Flovent, Fluticasona, Fluticatona, Genvoya, Glyxambi, Humalog, Humira, Humulin , Clorhidrato de hidroxizina, Incruse Ellipta, Invokamet, Invokana, Isentress, Janumet, Januvia, Jardiance, Jentadueto, Juluca, Ketorolac, Kombliglyze, Lantus, Latuda, Levalbuterol, Linzess, Lumigan, Malarone, Metimazol, Modafinil, Mounjaro, Naltrexona, Nebivolol, Neurin , Novolog, Odefsey, Onglyza, Ozempic, Pifeltro, Premarin, Prezista, Pro Air, Qvar, Restasis, Rinvoq, Rocklatan, Rosuvastatina, Rukobia, Rybelsus, Segluromet, Selegline, Plata, Soliqua, Spiriva, Steglatro, Stiolto Respimat, Stribild, Symbicort, Symtuza, Synjardy, Synthroid, Tivicay, Toujeo Pen , Tradjenta, Trelegy Ellipta, Tresiba, Trijardy, Triumeq, Trulicity, Ventolin, Victoza, Wixela, Xarelto, Xigduo, Zeal, entre otros.
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¿Cómo funcionaba el esquema?
Según los documentos judiciales, desde 2018 hasta la fecha, los acusados participaron en la distribución mayorista no autorizada de medicamentos recetados mal etiquetados y desviados para obtener beneficios financieros. Esta distribución mayorista no autorizada incluyó la venta de medicamentos recetados mal etiquetados y desviados a empleados y propietarios de farmacias locales para su venta posterior a los clientes de las farmacias, sin que los clientes supieran que los productos estaban mal etiquetados y desviados.
La desviación se refiere a los procesos mediante los cuales los medicamentos recetados se sacan del canal legítimo de distribución y luego se reintroducen en él. Una vez que un medicamento recetado se desvía fuera de los canales regulados de distribución, se vuelve difícil, si no imposible, para los reguladores como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), las autoridades policiales o los usuarios finales saber si el paquete del medicamento contiene realmente el medicamento correcto o la dosis correcta.
Un medicamento se considera mal etiquetado bajo la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos (FDCA) si su etiquetado: (1) carece de “instrucciones adecuadas para su uso” o (2) no contiene “advertencias adecuadas contra su uso en condiciones patológicas o por niños donde su uso podría ser peligroso para la salud, o contra dosis inseguras o métodos o duración de la administración o aplicación, en la forma o el modo que sea necesario para la protección de los usuarios.”
Además, un medicamento está mal etiquetado si se trata de un medicamento recetado y se dispensó sin una orden escrita u oral válida de un profesional autorizado.
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Se alega que los acusados compraron y vendieron medicamentos recetados en bolsas de plástico resellables sin etiquetas, marcas, números de lote, fechas de vencimiento o instrucciones adecuadas según lo requerido por la ley, creando un riesgo significativo de daño. Estos medicamentos recetados a menudo se almacenaban en residencias personales y/o se transportaban por correo de los Estados Unidos. Los co-conspiradores y otros participantes en este esquema generaron de manera ilegal ingresos que superaron los 13 millones de dólares mediante la venta y distribución de medicamentos recetados mal etiquetados y desviados.
Además de la distribución mayorista no autorizada de medicamentos recetados, once propietarios y empleados de farmacias de cinco farmacias separadas también fueron acusados de conspiración para cometer fraude en el cuidado de la salud.
Estos acusados hicieron que se presentaran reclamaciones materialmente falsas y fraudulentas a los planes de beneficios de atención médica, representando que los productos vendidos a los clientes eran auténticos y obtenidos a través de canales de distribución farmacéuticos autorizados. Al vender medicamentos recetados desviados y facturar a los planes de beneficios de atención médica por medicamentos auténticos, estos acusados enriquecieron financieramente a los propietarios de las farmacias y defraudaron tanto a los planes de beneficios de atención médica como a los clientes minoristas desprevenidos de las farmacias.
Reacción de la Asociación de Farmacias
La directora ejecutiva de la Asociación de Farmacias de Comunidad (AFCPR), Linda Ayala catalogó el día de hoy como uno triste ante estos hechos.
“En general, los farmacéuticos y dueños de farmacia son profesionales comprometidos con la salud de nuestro pueblo y rechazamos cualquier desviación de las leyes de cualquier persona cuyas acciones pongan en peligro la salud de nuestros pacientes. El que le haya faltado a la confianza de sus pacientes y haya violado las leyes debe responder ante la justicia por sus actos. Sin embargo, a estas personas las cobija la presunción de inocencia y les corresponde a ellos hacer los planteamientos de rigor en su momento. Exhortamos a que cualquier persona que tenga información de algún acto ilegal o sospechoso con relación a sus medicamentos a que se comunique con las autoridades pertinentes. Estas acciones representan hechos aislados de estos individuos ya que en general, los profesionales de farmacia son personas comprometidas con llevar salud a sus pacientes y con brindar un servicio de excelencia como lo hacen todos los días y como lo han hecho en las emergencias de toda índole que hemos enfrentado como pueblo”, expresó en declaraciones escritas.