Las cuadrillas de emergencia rescataron el jueves a residentes de Florida de entre restos que dejó el paso del huracán Milton después de que la tormenta azotó las comunidades costeras, en donde destruyó viviendas, llenó las calles de fango y dio origen a una gran cantidad de tornados. Al menos ocho personas murieron.
Apenas dos semanas después de la devastación que causó el huracán Helene, la tormenta también dejó sin servicio eléctrico a más de 3 millones de clientes, inundó las islas barrera, arrancó el techo de un estadio de béisbol y derribó una grúa de construcción.
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En uno de los rescates más espectaculares, agentes del condado de Hillsborough subieron a una balsa a un niño de 14 años que encontraron aferrándose a un pedazo de valla que flotaba en el torrente. La tripulación de un helicóptero de la Guardia Costera rescató a un hombre que se sujetaba a una hielera en las aguas de la costa occidental del estado después de que su barco de pesca quedó destruido frente a Medeira Beach horas antes de que el huracán llegara a tierra. La agencia calcula que el hombre sobrevivió a vientos de entre 121 y 145 km/h (75 y 90 mph) y a olas de hasta 7,6 metros (25 pies) durante la noche.
A pesar de la destrucción, muchas personas se expresaron aliviadas de que el paso de la tormenta no fue mucho peor. La ciudad de Tampa no recibió un impacto directo, y la marejada ciclónica potencialmente letal que muchos de los científicos temían jamás se materializó.
La tormenta se desvió hacia el sur en las últimas horas y tocó tierra la tarde del miércoles como un huracán de categoría 3 en Siesta Key, a unos 112 kilómetros (70 millas) al sur de Tampa. Los daños fueron generalizados y el nivel del agua podría seguir en aumento durante varios días, pero el gobernador Ron DeSantis dijo que no se trató del “peor escenario posible”.
“Recibes dos huracanes en un par de semanas, no es algo fácil de atravesar, pero he visto mucha resiliencia en todo este estado”, dijo el gobernador en Sarasota. Indicó que confiaba en que esta zona “se recuperará muy, muy rápido”.
Cinco personas murieron a causa de tornados en Spanish Lakes Country Club, cerca de Fort Pierce, en la costa del Atlántico, en donde varias residencias quedaron destruidas, indicaron las autoridades. La policía también encontró a una mujer muerta bajo un árbol caído.
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En el condado de Volusia, las autoridades informaron que una mujer de 79 años residente de Ormond Beach, y una mujer de 54 años que vivía en Port Orange, también fallecieron cuando árboles se desplomaron sobre sus viviendas.
En la Casa Blanca, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo que se recibieron informes de hasta 10 decesos a causa de los tornados, pero advirtió que se trata de una cifra tentativa.
Al menos 340 personas y 49 mascotas han sido rescatadas durante las operaciones actuales, indicó DeSantis la tarde del jueves.
Al sur de Tampa, Natasha Shannon y su esposo Terry se dijeron afortunados de seguir con vida después de que el huracán arrancó el techo de lámina de su residencia en Palmetto. Pasaron la noche en un albergue junto a sus tres hijos y dos nietos después de que ella los obligó a salir de la casa.
“Le dije: ‘Cariño, tenemos que irnos. Porque no vamos a sobrevivir a esto’”, comentó.
Cuando regresaron encontraron el techo hecho añicos del otro lado de la calle, el aislamiento hecho trizas colgando de las vigas y todas sus pertenencias empapadas.
“No era mucho, pero era nuestro”, comentó. “Lo poco que teníamos ya no está”.
La peor marejada ciclónica aparentemente se registró en el condado de Sarasota, de entre 2,5 y 3 metros (8 y 10 pies), una cifra menor a los niveles más altos durante el paso de Helene. La tormenta también dejó hasta 45 centímetros (18 pulgadas) de lluvia en algunos lugares.