Los residentes en Florida reparaban los daños causados por Milton y trataban de averiguar qué hacer a continuación el viernes, luego de que el huracán arrasó comunidades costeras y viviendas, inundó calles y provocó un aluvión de tornados mortales.
Aunque al menos ocho personas perdieron la vida, muchos expresaron su alivio por que Milton no fuese peor. El meteoro no impactó de forma directa en la densamente poblada ciudad de Tampa, y la letal marejada ciclónica que los científicos temían no llegó a materializarse.
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Apenas dos semanas después del devastador huracán Helene, el nuevo sistema inundó las islas barrera, arrancó el tejado del estadio de béisbol de los Rays de Tampa Bay y derribó una grúa de construcción.
Mientras las tareas de limpieza continuaban, más de 2.5 millones de usuarios seguían sin electricidad el viernes por la mañana, de acuerdo con la web poweroutage.us. Pero la vital industria turística del estado empezaba a recuperar la normalidad y varios parques temáticos de diversiones se preparaban para reabrir sus puertas.
Una avalancha de vehículos se dirigió hacia el sur el jueves por la noche por la Interestatal 75, la principal autopista que atraviesa el centro del estado, mientras los rescatistas y los residentes evacuados volvían a sus casas para evaluar los daños. En algunos puntos, los vehículos circulaban incluso por el arcén izquierdo. Podían verse camiones y camiones cisterna con combustible, además de remolques con baños portátiles y un convoy de vehículos de emergencia.