La creciente cantidad de animales abandonados en Puerto Rico y el aumento abrupto de casos de maltrato animal no son preocupaciones nuevas.
Sin embargo, muchos de quienes asumen la responsabilidad social del activismo por los animales señalan una falta de conocimiento y capacitación de las autoridades gubernamentales para manejar estos casos.
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Desde 2008, el archipiélago cuenta con la Ley para el Bienestar y la Protección de los Animales, también conocida como la Ley 154, que atiende el maltrato y permite solicitar órdenes de protección para los animales. Para la activista Sylvia Bedrosian, es muy común encontrarse con policías que desconocen cómo manejar una denuncia de maltrato animal.
“Los mismos policías no saben atenderla, y nos lo han dicho. [...] En cierta parte, me da hasta lástima porque muchos son amantes de los animales, quieren ayudar, pero a veces no saben cómo hacerlo o no tienen el recurso porque tienen que ir a atender una querella. [...] O sea, ¿qué crees que van a atender primero?”, abordó la activista.
De acuerdo con datos proporcionados por la Policía de Puerto Rico, en 2024 se han registrado 355 casos de maltrato animal, lo que representa 57 denuncias más que el año pasado, cuando se reportaron 298 casos en total.
Bedrosian planteó la necesidad de ciertos cambios estructurales para mitigar la violencia animal. “Yo creo firmemente que tiene que haber una Unidad Canina dedicada al bienestar animal y atender estos casos, aparte de la Policía”, continuó.
Por su parte, la directora ejecutiva de The Humane Society of Puerto Rico, Maritza Rodríguez, confesó que la falta de voluntad de las autoridades al aplicar la Ley 154 es uno de los grandes problemas que enfrentan los albergues con animales abandonados.
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“La Ley 154 es efectiva, lo que se tiene que hacer es ejercerla. El abandono, que lo dice la ley, es un delito de cuarto grado. No saben cuántos animales me abandonan en el albergue, y yo los llevo a tribunales y el tribunal dice que los llevaron al sitio correcto. Pero es un delito. ¿Cómo el tribunal puede decir algo como eso? O sea, si yo abandono a un niño puedo ir a la Casa Protegida Julia de Burgos porque es el lugar correcto”, dijo.
Asimismo, responsabilizó el poco manejo de los casos de maltrato a la falta de ayuda gubernamental a albergues y santuarios.
“En Estados Unidos, a diferencia de Puerto Rico, son counties (condados) y el gobierno participa, apoya económicamente a esos albergues para que, cuando esos casos se ven, el animal sea atendido. Eso en Puerto Rico no existe, así que se vuelve más challenging (retador) para nosotros porque, cuando ese animal llega al albergue, económicamente es responsabilidad del albergue”.
Rodríguez señaló que, en la isla, solo existen dos albergues privados que colaboran con las autoridades en casos de denuncias por maltrato animal: el albergue Villa Michelle, en Mayagüez, y The Humane Society, en Guaynabo. La directora ejecutiva admitió que, en ocasiones, no cuentan con suficiente espacio para recibir más animales, lo que deja a los policías con la eutanasia como única solución.
“Entonces qué ocurre, que muchos albergues o grupos de rescate que pudiesen ayudar se resisten porque saben que la responsabilidad es el 200% de cada uno de nosotros [...] Nadie quiere eutanasia, pero la gente no sabe lo que cuesta tener un animal en un albergue, entonces la comunidad tiene que participar y así uno tiene más recursos”, continuó.
Rodríguez destacó que se enfrenta a muchos más casos de animales maltratados y abandonados de los que suelen aparecer en los medios. Subrayó que solo se cubren aquellos casos que alcanzan cierta popularidad, como el del perro Jhonny, que era la mascota del cantante puertorriqueño Luar La L.
Sembrando la semilla
Para combatir la falta de conocimiento sobre el manejo de maltrato animal, la vicepresidenta y portavoz del centro de rehabilitación Rabito Kontento, Sharon Deliz, se encarga de dirigir campañas educativas en los planteles escolares.
“La educación es lo número uno. Hay que educarnos. Nosotros estamos yendo a las escuelas todas las semanas educando, llevando el mensaje, sembrando las semillas, por lo menos en los niños y los jóvenes, sobre el maltrato animal”, informó.
Conforme a Deliz, también recae en el gobierno poner de su parte, tanto en las ayudas a las organizaciones como en eventos de esterilización masiva.
“El gobierno se tiene que envolver haciendo esterilizaciones a bajos costos o gratuitas para las personas de bajos recursos, que no visitan los veterinarios mayormente esas personas. Los perros de la calle vienen de los dueños irresponsables que los abandonan. Si nosotros paramos esa producción de animales, por lo menos no vemos tantos en la calle”, concluyó.
¿Qué propone la gobernadora electa sobre el manejo y cuidado de los animales?
- Un crédito en la planilla para reducir gastos de los chequeos anuales de los animales.
- Incluir organizaciones con therapy dogs en las terapias de rehabilitación de los confinados.
- Énfasis en la educación y entrenamiento de las fuerzas de ley y orden para que conozcan y apliquen leyes como fueron diseñadas.