Este año, tanto los asesinatos como los feminicidios han superado las cifras registradas en 2023.
En el caso de los asesinatos, mayormente vinculados al trasiego de armas ilegales y drogas, se ha observado un aumento en las zonas policíacas de Arecibo, Ponce y Aguadilla.
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Para mediados de noviembre, se reportaron aproximadamente 426 asesinatos, lo que representa un incremento del 2% en comparación con el mismo periodo del año pasado, cuando se contabilizaron 419 casos.
En cuanto a los feminicidios, la cifra alcanzó los 80 casos la semana pasada, superando el total de 71 registrado al cierre de 2023.
Según Ángel Rodríguez Rivera, profesor de criminología en la Universidad de Puerto Rico-Recinto de Cayey, este aumento en la criminalidad está relacionado con el estado de crisis que enfrenta la isla.
“Ciertamente hay un elemento de magnificación de la violencia en momentos de crisis. Puerto Rico está viviendo en momentos de crisis y eso incide en la magnificación de la violencia, por lo que [también] se expande a elementos de género. Los elementos de la violencia de género no están separados del resto de la manifestación de la violencia en la isla”, explicó el profesor.
Rodríguez Rivera enfatizó que, aunque la violencia doméstica e íntima requiere un manejo particular, los enfoques actuales en la isla han permanecido prácticamente los mismos.
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“El manejo del ejercicio de los asesinatos y feminicidios es fundamentalmente el mismo. No podemos olvidar, sin eliminar la importancia de esos casos, una persona que mate es suficiente para levantar una voz de protesta. Sin embargo, viendo el agregado estadístico, uno tiene que cuestionar lo que nos está llevando a la utilización de la violencia de esta forma en el país”, añadió.
Sobre los asesinatos relacionados con el trasiego de drogas, el profesor señaló que estos siempre han existido debido al carácter ilegal de estas actividades.
“El asunto de drogas es un asunto bastante sencillo. Hace 15 a 30 años en Puerto Rico, habían muchísimos asesinatos por el trasiego de marihuana. Ahora, el casi nulo porque la marihuana se puede conseguir de manera legal. […] Está estrechamente vinculado al ejercicio de la ilegalidad y el ejercicio punitivo del estado”, explicó.
Rodríguez Rivera sugirió que el estado debería replantearse cómo manejar el crimen asociado al trasiego ilegal de drogas y definir si el objetivo es evitar la violencia o el uso de estas sustancias.
“Si queremos evitar la violencia que se da a partir del trasiego de drogas, pues la alternativa es la despenalización. Si lo que queremos evitar es la utilización, pues la penalización no es la alternativa porque evidentemente no funciona”, afirmó.
En cuanto a los ajustes necesarios con la entrada de un nuevo gobierno, el profesor advirtió contra la repetición de estrategias punitivas.
“Siempre pienso que tenemos que pensar en alternativas que no sean punitivas. […] Solamente un idiota haría lo mismo esperando resultados distintos. Lo cierto es que la alternativa de mayor represión es lo que se ha estado haciendo por los pasados 50 a 60 años. […] Tenemos que buscar otras alternativas”, señaló.
Rodríguez Rivera también propuso replicar modelos europeos que incluyan la descriminalización y despenalización, además de implementar estrategias para combatir la violencia de género de manera más efectiva.
