Las autoridades investigan cómo una mujer, el martes, burló múltiples controles de seguridad del aeropuerto internacional John F. Kennedy (JFK) de Nueva York y abordó un avión con destino a París.
Según la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés), la pasajera “no tenía boleto de embarque, pero pasó un control de seguridad, dos estaciones de verificación de identidad y el estado de embarque para abordar un avión de Delta Airlines”.
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El incidente se produjo en uno de los días de mayor flujo de viajeros del año. Se estima que casi 2.7 millones de personas viajaron durante ese día, previo al Día de Acción de Gracias.
Hasta el momento, TSA reportó que “se está llevando a cabo una investigación exhaustiva” y que la mujer no llevaba “ningún objeto prohibido”. Sin embargo, “no está claro” cómo pudo eludir los puestos de embarque antes de subir al avión.
Portavoces de la aerolínea Delta, a través de un comunicado, dijeron que “están llevando a cabo una investigación propia”.
“Nada es de mayor importancia que las cuestiones de seguridad y protección. [...] Es por eso que Delta está llevando a cabo una investigación exhaustiva de lo que puede haber ocurrido y trabajará en colaboración con otras partes interesadas de la aviación y con las fuerzas del orden público”, determinaron.
Según un oficial del aeropuerto de JFK, se trata de una mujer de aproximadamente 60 años y que lleva un pasaporte ruso. “Ella será enviada devuelta a Estados Unidos”, añadió.
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Asimismo dijo que “la mujer fue colocada en una zona de espera” del aeropuerto Charles de Gaulle, en París, para personas que están en espera de deportación, ya que “no cumple con las condiciones para entrar en Europa”.
Mientras que un funcionario federal expresó que “cuando la mujer sea devuelta a los Estados Unidos, la TSA pudiera imponer una sanción civil las autoridades de Nueva York pudieran detenerla, aunque de momento no seas implicadas”.
Por otra parte, Rob Jackson, pasajero del vuelo de Delta, declaró que “cuando se descubrió un polizón, pidió a los pasajeros que permanecieran sentados tras el aterrizaje para que la policía pudiera intervenir”.
“En realidad no vi a la persona en cuestión. Al parecer, se escondió en un baño de la parte trasera del avión cuando salimos del aeropuerto JFK”, explicó Jackson. “El primer aviso a los pasajeros de que había un problema fue cuando aparcamos en la puerta de embarque y nos indicaron a todos que permaneciéramos sentados porque la policía francesa iba a subir al avión para ocuparse de ‘un grave problema de seguridad’”.
“El vuelo estaba lleno y no había asientos extra para el polizón”, concluyó.