TALLINN, Estonia (AP) — Una periodista bielorrusa ha sido condenada a cuatro años de prisión por sus informes críticos que documentaban una amplia represión contra la disidencia iniciada por el presidente autoritario del país, Alexander Lukashenko.
El Tribunal de la Ciudad de Minsk condenó a Volha Radzivonava el martes por cargos de “insultar al presidente” y “desacreditar a Bielorrusia” y la sentenció a cuatro años de prisión. Radzivonava, quien trabajaba para el portal de noticias KYKY.org y colaboraba como freelance para otros medios de comunicación, ha estado bajo custodia desde su arresto en marzo.
El grupo de derechos humanos Viasna indicó que, mientras estaba en custodia, Radzivonava fue enviada a una clínica psiquiátrica para evaluación.
En Bielorrusia estallaron masivas protestas luego de unas cuestionadas elecciones en el 2020 que otorgaron a Lukashenko un sexto mandato. Las autoridades respondieron con una brutal represión en la que fueron arrestadas unas 65.000 personas.
Las principales figuras de la oposición fueron encarceladas o huyeron del país. Activistas de derechos humanos afirman que Bielorrusia mantiene alrededor de 1.300 prisioneros políticos y que a muchos de ellos se les niega atención médica adecuada y contacto con sus familias.
La Asociación Bielorrusa de Periodistas dijo que actualmente hay 35 periodistas bielorrusos en custodia por cargos políticamente motivados.
“Las autoridades están intensificando las represiones contra los medios de comunicación antes de las elecciones presidenciales de enero, haciendo que la profesión de periodista sea una de las más peligrosas en el país”, dijo el líder de la asociación, Andrei Bastunets. “La ejemplar y cruel sentencia impuesta a Radzivonava tiene la intención de asustar a todos los demás y hacerlos callar”.
Las agencias de aplicación de la ley de Bielorrusia han lanzado una nueva ola de arrestos en los últimos meses buscando erradicar cualquier señal de disidencia antes de las elecciones de enero en las que Lukashenko busca un séptimo mandato.
Lukashenko, quien ha gobernado Bielorrusia con mano de hierro durante más de 30 años con subsidios y apoyo del Kremlin, ha permitido que Rusia use el territorio de su país para enviar tropas a la vecina Ucrania en 2022 y para albergar algunas de sus armas nucleares tácticas.
