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Navidad contando votos: el sacrificio humano detrás del escrutinio electoral

Durante la Navidad, el escrutinio electoral resaltará el sacrificio de jóvenes y veteranos que, entre largas jornadas y tensiones, continúan trabajando para fortalecer la democracia

Escrutinio de las elecciones Generales
Escrutinio de las elecciones generales Escrutinio de las elecciones generales. CEE Centro de Operaciones. Hato Rey Metro PR 25 de noviembre de 2024 Foto Dennis A. Jones (Dennis A. Jones)

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En pleno ambiente festivo de diciembre, mientras muchas familias en Puerto Rico comparten cenas navideñas y celebran, un grupo de personas se mantiene trabajando en el escrutinio electoral. Este proceso, fundamental para asegurar la transparencia y precisión del sistema democrático, no solo implica largas jornadas, sino también sacrificios personales y emocionales.

Brian Pérez, de 28 años y oriundo de Ponce, lleva inmerso en el escrutinio desde el comienzo. Con un bachillerato en Ciencias Políticas y actualmente cursando una maestría en Relaciones Internacionales, Pérez se hospedó cerca del centro de escrutinio para poder estudiar y dedicar largas horas al proceso. Aunque describe el ambiente como “frustrante” debido a los constantes retrasos, entiende que esta experiencia es una forma de contribuir al cambio.

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“Antes fui funcionario de colegio, y esta era una experiencia que me faltaba para cerrar el círculo. No sabría decir si lo volvería a hacer, pero lo hago por mi país. Contar el voto de cada elector, sin importar de qué partido sea, es fundamental para que la democracia prevalezca”, explica el joven, además de reflexionar sobre el desafío de mantener la calma en un ambiente tenso y estresante.

A pesar del sacrificio, Pérez asegura que vale la pena: “Al final, si no pensamos que esto vale la pena, vamos a perder como sociedad. El cambio comienza aquí”.

Para Julissa Ríos, de 23 años, la motivación es distinta. Residente en Aibonito, Ríos recorre largas distancias diariamente para cumplir con sus responsabilidades como funcionaria de Proyecto Dignidad. Aunque inicialmente no se veía trabajando en política, decidió involucrarse tras observar las problemáticas del país.

“El futuro está en nosotros, los jóvenes. No podemos juzgar desde afuera; debemos involucrarnos y entender los procesos desde adentro. Eso fue lo que me motivó”, señala Ríos, para quien el trabajo en equipo es crucial a la hora de sobrellevar los desafíos del escrutinio.

“Cuando se formaron las mesas, una compañera decía que ahora somos un matrimonio porque tomamos decisiones juntos, nos apoyamos y buscamos resolver los problemas sin importar las diferencias políticas. Eso es lo que nos permitirá avanzar más rápido y de manera efectiva”, añade.

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Ríos también resalta la importancia de romper prejuicios entre partidos, y afirma que “aunque representamos posturas distintas, al final del día todos vivimos en el mismo país y buscamos lo mejor para Puerto Rico. Esa dinámica de colaboración me ha enseñado que las diferencias no deben ser un obstáculo para trabajar juntos”.

Elba Ríos, conocida en el mundo político como “Chari”, lleva más de 50 años en el ámbito electoral, pues comenzó su trayectoria a los 14 años. A lo largo de su carrera, ha participado en diversos escrutinios, tanto generales como de primarias, y en recuentos dentro de su colectividad, el Partido Nuevo Progresista (PNP). En su experiencia, ha presenciado y aprendido de las múltiples dinámicas de los procesos electorales, con una visión crítica sobre su evolución.

“Este escrutinio ha sido atípico, diferente a los anteriores”, señala “Chari”, al plantear que ha sido más complejo debido a la alta cantidad de votos por correo. Según la ya veterana en el proceso, la organización de este escrutinio ha estado marcada por la falta de claridad en ciertos momentos, como el desconocimiento de si todos los votos fueron contabilizados la noche del evento. Aunque la gestión del escrutinio no es responsabilidad directa de los voluntarios, “Chari” destaca que el proceso ha sido un aprendizaje continuo.

Con 64 años, Ríos ha desempeñado un papel fundamental en su partido, tanto a nivel local como en la Asamblea Legislativa, donde trabajó durante 29 años. A pesar de las dificultades inherentes a los procesos electorales, sigue comprometida con el trabajo en las mesas de escrutinio, siempre con la premisa de que es importante enseñar a las generaciones más jóvenes. “Aquí hay gente que sabe y gente que no sabe, y, a esa gente que no sabe, le tienes que enseñar”, explica.

La experiencia de la funcionaria por destaque del PNP también se ha nutrido de sus interacciones con otros voluntarios, que provienen de diferentes partidos y contextos. “Nos destacamos de nuestras agencias y cumplimos con un horario muy distinto al de nuestras labores habituales. Sin embargo, el verdadero trabajo lo realizamos con un compromiso profundo”, afirma.

Sacrificio con propósito

Todos coinciden en que trabajar en el escrutinio durante la época navideña es un sacrificio significativo. La distancia de sus familias, el estrés acumulado y las largas horas de trabajo podrían desmotivar a cualquiera, pero para ellos, el propósito detrás de su labor es suficiente para continuar.

“Es gratificante saber que estamos contribuyendo a la transparencia del proceso electoral. Es nuestra manera de aportar algo tangible al país, aunque implique sacrificar tiempo con nuestros seres queridos”, reflexiona la joven vecina de Aibonito.

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