Los abogados defensores sostienen que el ex-CEO de Abercrombie & Fitch podría padecer demencia, por lo que solicitan una audiencia de competencia para determinar si está en condiciones de enfrentar cargos relacionados con delitos sexuales.
En documentos presentados este lunes ante el tribunal federal de Central Islip, en Long Island, los representantes legales de Michael Jeffries informaron que un neuropsicólogo, tras evaluarlo en octubre, concluyó que probablemente sufre de demencia con alteraciones del comportamiento, enfermedad de Alzheimer y demencia de tipo Lewy.
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Los abogados escribieron que el neuropsicólogo concluyó que las deficiencias cognitivas, incluyendo la memoria deteriorada, la atención disminuida, la lentitud en la velocidad de procesamiento y la facilidad de confusión significan que Jeffries no sería capaz de asistir a sus abogados.
En una carta conjunta al juez, los abogados defensores y los fiscales sugirieron que los expertos que han evaluado a Jeffries testifiquen en una audiencia de competencia de dos días en junio para que luego se pueda emitir un fallo sobre la competencia. Un portavoz de los fiscales dijo el martes que la oficina no haría más comentarios.
Jeffries, de 80 años, está libre con fianza de 10 millones de dólares después de declararse inocente en octubre de cargos federales de tráfico sexual y prostitución interestatal.
Los fiscales afirman que Jeffries, su pareja romántica y un tercer hombre atrajeron a hombres a fiestas sexuales con drogas en los Hamptons, en Long Island, ofreciendo la promesa de modelar para los anuncios del minorista.
Jeffries dejó Abercrombie en 2014 después de más de dos décadas a la cabeza del minorista de ropa famoso en su momento por su estética preppy norteamericana y su marketing con modelos masculinos sin camisa.
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En una acusación revelada en octubre, los fiscales alegaron que 15 personas fueron inducidas por “fuerza, fraude y coerción” a participar en fiestas sexuales desde 2008 hasta 2015 en la ciudad de Nueva York y los Hamptons, el área lujosa de Long Island donde Jeffries tiene una casa, así como en hoteles en Inglaterra, Francia, Italia, Marruecos y St. Barts.
Los fiscales dicen que a veces le pedía a los hombres usar disfraces, utilizar juguetes sexuales y soportar dolorosas inyecciones que inducen la erección.