WASHINGTON (AP) — El Senado confirmó el jueves a John Ratcliffe como director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), dándole al presidente Donald Trump el segundo miembro de su nuevo gabinete.
Ratcliffe fue director de la inteligencia nacional durante el primer mandato de Trump y es la primera persona en haber ejercido ese cargo además del de director de la CIA.
El republicano de Texas era antes fiscal federal y fue un feroz defensor de Trump cuando era congresista durante el primer juicio para destituir a Trump.
La votación fue de 74-25.
En su audiencia en el Senado la semana pasada, Ratcliffe dijo que la CIA debe mejorar en el uso de tecnologías como la inteligencia artificial para enfrentar a adversarios incluyendo a Rusia y China. Afirmó que Estados Unidos necesita mejorar sus capacidades de inteligencia pero también debe proteger los derechos civiles de sus ciudadanos.
Añadió que, de ser confirmado, impulsaría a la CIA a hacer más para aprovechar tecnologías como la IA y la computación cuántica mientras expande el uso de la recolección de inteligencia humana.
“No estamos donde deberíamos estar”, expresó Ratcliffe a los miembros del Comité de Inteligencia del Senado.
Los demócratas plantearon preguntas sobre la objetividad de Ratcliffe y si su lealtad a Trump lo llevaría a politizar su posición y cegarlo ante los deberes del cargo. Las preocupaciones del senador demócrata por Connecticut Chris Murphy obligaron a los líderes republicanos del Senado a posponer la votación de confirmación de Ratcliffe, que originalmente estaba programada para el martes.
El exsenador de Florida Marco Rubio fue confirmado a principios de esta semana como secretario de Estado, el primer miembro del gabinete de Trump.
Ratcliffe ha dicho que ve a China como el mayor rival geopolítico de Estados Unidos, y que Rusia, Irán, Corea del Norte y los cárteles de drogas, bandas de hackers y organizaciones terroristas también representan desafíos para la seguridad nacional.
Apoya la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, un programa de espionaje gubernamental que permite a las autoridades recopilar sin orden judicial las comunicaciones de no estadounidenses fuera del país. Si esas personas están comunicándose con estadounidenses, esas conversaciones también pueden ser interceptadas, lo que ha llevado a preguntas sobre violaciones de derechos personales.
Trump y otros republicanos han criticado el trabajo de la CIA y otras agencias de espionaje, diciendo que se han centrado demasiado en el cambio climático, la diversidad de la fuerza laboral y otros temas.
Los llamados a una revisión amplia han preocupado a algunos funcionarios de inteligencia actuales y anteriores que dicen que los cambios podrían hacer que el país sea menos seguro.
Como otros nominados de Trump, Ratcliffe es un leal a Trump. Además de su trabajo para defender a Trump durante su primer proceso de juicio político, Ratcliffe también interrogó enérgicamente al ex fiscal especial Robert Mueller cuando testificó ante los legisladores sobre su investigación de la interferencia rusa en las elecciones de 2016.
Como director de inteligencia nacional, Ratcliffe supervisó y coordinó el trabajo de más de una docena de agencias de espionaje. Entre otras funciones, la oficina dirige esfuerzos para detectar y contrarrestar esfuerzos extranjeros para influir en la política de Estados Unidos.
Trump eligió a Ratcliffe para servir en esa posición en 2019, pero rápidamente se retiró de la consideración después de que los legisladores plantearan preguntas sobre sus calificaciones. Finalmente fue confirmado por un Senado profundamente dividido después de que Trump volviera a presentar la nominación.
En ese cargo, los demócratas acusaron a Ratcliffe de politizar la inteligencia cuando desclasificó inteligencia rusa que pretendía revelar información sobre los demócratas durante las elecciones de 2016, incluso mientras reconocía que la información podría no ser precisa.
La nominada de Trump como directora de inteligencia nacional, Tulsi Gabbard, enfrenta un camino más difícil para la confirmación. Gabbard, excongresista demócrata de Hawái, ha enfrentado críticas bipartidistas por comentarios pasados en apoyo a Rusia y reuniones en 2017 con el entonces presidente sirio Bashar Assad.