HARTFORD, Connecticut, EE.UU. (AP) — Varios estados de Estados Unidos están sopesando propuestas para crear o resucitar exenciones para vacunas, para crear bases de datos sobre perjuicios causados por las vacunas o para establecer nuevas normas sobre qué le pueden decir los médicos a sus pacientes sobre las inoculaciones.
Más de 15 estados están considerando las propuestas, y muchos ven una oportunidad para reescribir las normas médicas ahora que Donald Trump ha regresado a la presidencia y ha nominado como secretario de Salud y Servicios Humanos a Robert F. Kennedy Jr., un destacado activista antivacunas. La agencia que Kennedy lideraría supervisa prácticamente todos los aspectos de los esfuerzos de vacunación en Estados Unidos, desde la financiación de su desarrollo hasta el establecimiento de recomendaciones para los médicos, la distribución de vacunas y su cobertura a través de programas federales.
PUBLICIDAD
Las tasas de vacunación infantil contra infecciones peligrosas como el sarampión y la polio continúan disminuyendo a nivel nacional, y el número de padres que reclaman exenciones no médicas para que sus hijos no reciban las vacunas requeridas está aumentando.
En 2024, los casos de tos ferina alcanzaron un máximo de una década y 16 brotes de sarampión, el más grande de ellos en Chicago y Minnesota, pusieron a los funcionarios de salud en alerta. La mayoría de los estados están por debajo del umbral de vacunación del 95% para los niños de kindergarten, el nivel necesario para proteger a las comunidades contra brotes de sarampión.
Aproximadamente la mitad de los estadounidenses están “muy” o “extremadamente” preocupados de que esas tasas de vacunación infantil conduzcan a más brotes, según una nueva encuesta del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC. Sin embargo, solo alrededor de 4 de cada 10 estadounidenses se oponen a reconsiderar las recomendaciones del gobierno para las vacunas, mientras que aproximadamente 3 de cada 10 están a favor. El resto, alrededor de 3 de cada 10, son neutrales.
Scott Burris, director del Centro de Investigación de Derecho de Salud Pública de la Universidad de Temple, ha estudiado la legislación sobre salud pública durante años y observó cómo la reacción contra las vacunas COVID-19 creció para incluir más vacunas, a medida que los activistas antivacunas han ascendido a cargos públicos.
“Creo que el COVID y la política le dieron impulso a los que hablan en contra de las vacunas", explicó.
PUBLICIDAD
Es difícil predecir cuáles leyes serán aprobadas en los estados, indicó Burris, dado que la gran mayoría de las propuestas no llegan a ninguna parte. Pero la legislación propuesta ofrece una visión de los pensamientos de los legisladores y de lo que podría seguir.
Las exenciones religiosas para evitar vacunas escolares están entre las propuestas más populares hasta ahora. Legisladores en Nueva York, Virginia, Connecticut y Mississippi han presentado proyectos de ley que permitirían a más personas evadir las vacunas rutinarias. Los legisladores de Indiana considerarán exenciones religiosas para estudiantes de medicina.
Dás atrás, el gobernador republicano de Virginia Occidental, Patrick Morrisey, emitió una orden ejecutiva en su primer día en el cargo que permitía a las familias recibir exenciones religiosas de las vacunas escolares.
“Eso es un gran paso”, sostuvo Brian Festa, cofundador del bufete de abogados We The Patriots USA, que trabaja en casos relacionados con vacunas en todo el país. “Ese es un estado que nunca tuvo una exención religiosa”.
Ahora, solo cuatro estados permiten solo una exención médica de los requisitos de inmunización para el cuidado infantil y K-12: Connecticut, California, Nueva York y Maine.
Festa atribuyó la nueva exención religiosa de Virginia Occidental a la nominación de Kennedy, así como a un fallo judicial de 2023 que requirió que Mississippi permitiera a los residentes citar creencias religiosas al buscar exenciones de las vacunaciones obligatorias estatales para niños.
“Creo que la tendencia es evidente y sintieron la presión”, comentó Festa sobre Virginia Occidental.
En Connecticut, al menos cuatro propuestas republicanas intentarán revivir la exención religiosa para escuelas, colegios y guarderías, algo que una controvertida ley estatal de 2021 eliminó para los estudiantes que no tenían una exencuión previa.
Los expertos en salud de Connecticut dijeron en ese momento que había un aumento lento pero constante en el número de exenciones religiosas, y un descenso en las tasas de vacunación en algunas escuelas. El estado ha mantenido históricamente algunas de las tasas de vacunación infantil más altas del país, y en el año escolar 2023-2024, más del 97% de los niños de kindergarten estaban protegidos contra la varicela, el sarampión, el tétanos, la difteria, la polio y más.
Dado que la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el año pasado un desafío a la ley de Connecticut y la legislatura está controlada por los demócratas, el senador estatal republicano Eric Berthel dijo que no es optimista de que los líderes legislativos permitan un debate sobre su propuesta de exención, pero cree que el cambio cultural más amplio significa que “quizás hay un poco de apetito para reevaluar este tipo de cosas".
“Creo que no estamos siendo justos con las familias que tienen una verdadera razón basada en la fe para no vacunar a su hijo”, indicó.
Hay una excepción hasta ahora entre las tendencias sobre exenciones: Hawai, donde los legisladores están tratando de moverse en la dirección opuesta, con un proyecto de ley para eliminar todas las exenciones no médicas después de tener altas tasas de exención durante años.
Otros proyectos de ley relacionados con vacunas se derivan de la oposición que ha estado creciendo desde la pandemia.
Oklahoma y Alabama tienen propuestas que requerirían el consentimiento de los padres para cualquier vacuna administrada a menores. Proyectos de ley en Wyoming, Oregon y Oklahoma prohibirían la “discriminación” contra las personas que no están vacunadas contra COVID-19 u otras enfermedades.
Nueva York y Oklahoma tienen proyectos de ley que requerirían que los médicos proporcionen una lista completa de ingredientes antes de aplicar una vacuna, y la legislación de Florida prohibiría las vacunas comestibles, aunque ninguna está aprobada para su uso en Estados Unidos y la investigación aún está en etapas iniciales.
Los supuestos efectos nocivos de las vacunas es también un tema popular, y proyectos de ley en Indiana y Dakota del Norte proponen crear versiones estatales del Sistema de Informes de Eventos Adversos de Vacunas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, una base de datos federal que atrajo la atención de los escépticos durante la pandemia. Cualquiera puede presentar un reporte sobre un problema potencial después de una vacuna, aunque el sitio web de los CDC señala que un informe no prueba que la vacuna causó verdaderamente un problema de salud.
El senador estatal republicano de Dakota del Norte Dick Anderson sostuvo que no está en contra de que la gente se vacune; él mismo recibió una vacuna COVID-19, pero propuso el proyecto de ley porque muchas personas no confían en los CDC.
“Tenemos que hacer algo para restaurar la confianza en el sistema”, indicó Anderson.
Pero los expertos señalan que las bases de datos estatales son innecesariamente duplicativas.
“Muchas de estas propuestas están tratando de arreglar algo que no está roto y van en contra del objetivo de prevenir la propagación de enfermedades transmisibles”, señaló Andy Baker-White, director senior de política de salud estatal para la Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales.
La política debería centrarse en eliminar las barreras a la vacunación, no en agregarlas, sostuvo la doctora Susan Kressly, pediatra y presidenta de la Academia Estadounidense de Pediatría.
Muchas familias no reciben vacunas no por ideología, señaló, sino por falta de transporte o por no tener médicos de atención primaria o clínicas cercanas, entre otras cosas.
Pero debido a que la mayoría de los estadounidenses están vacunados, no han visto un aumento de infecciones peligrosas como la meningitis bacteriana.
“Las vacunas son realmente un éxito de la historia estadounidense”, señaló.