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Reclutas policiales en EEUU mueren durante entrenamientos

Los reclutas negros representaron casi el 60% de los fallecidos

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Sharline Volcy sostiene una foto de su esposo Roland Donat, un recluta policial que murió durante un entrenamiento. Foto tomada el 3 de febrero del 2025, en Orange, Nueva Jersey. (AP foto/Andres Kudacki) AP (Andres Kudacki/AP)

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El sueño de Ronald Donat de convertirse en policía estaba en peligro. El hombre de 41 años luchó por mantenerse en pie después de completar una serie de flexiones, carreras y saltos en el notoriamente agotador inicio del entrenamiento físico que los reclutas llaman “Día del Infierno”.

”¡Estás muerto!” le gritó un sargento a Donat, según testigos, ordenándole que se sentara en el piso de la academia de policía en los suburbios de Atlanta. Donat, un inmigrante haitiano en su tercer intento de conseguir un trabajo en la policía, aseguró a los instructores que no se rendiría. Logró levantarse del suelo y unirse a los reclutas en un ejercicio de arrastre de oso. Pero pronto se quedó inerte.

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Cien minutos después de que comenzara el entrenamiento esa mañana de octubre de 2021, estaba muerto, según registros obtenidos por The Associated Press. Donat se encuentra entre al menos 29 reclutas que murieron durante el entrenamiento básico en academias policiales en todo el país en la última década, según una investigación de AP. La mayoría murió por agotamiento, deshidratación, exceso de calor y otras condiciones relacionadas con el ejercicio intenso, a menudo en el primer día de entrenamiento, como Donat. Otros fallecieron varias semanas después, a veces tras sufrir traumas durante ejercicios de boxeo o de uso de la fuerza, o colapsando durante carreras en días calurosos.

Expertos y defensores de la policía se mostraron sorprendidos por los hallazgos de AP, basados en una revisión exhaustiva de listas de muertes en agencias policiales en cada estado, registros de seguridad laboral e informes de noticias, y afirmaron que muchas de las muertes eran prevenibles. Ninguna agencia federal u organización externa rastrea de manera integral las muertes de reclutas, a diferencia de los oficiales que mueren en el cumplimiento del deber.

“El entrenamiento no debería tener una muerte, y mucho menos 29”, indicó David Jude, un comandante e instructor retirado de la academia de la Policía Estatal de Kentucky. “Escuchar ese número es impactante”.

Los reclutas negros representaron casi el 60% de los fallecidos, una disparidad notable dado según datos federales, los oficiales negros constituyen el 12% de las fuerzas policiales locales. Muchos tenían el rasgo de células falciformes, una condición más prevalente entre los estadounidenses negros que aumenta el riesgo de lesiones graves tras un esfuerzo extremo.

En general, las muertes representan un porcentaje muy pequeño de los 800,000 oficiales juramentados del país, pero destacan otro peligro en una profesión donde los tiroteos, accidentes automovilísticos y otros peligros son parte del trabajo.

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El recuento de AP muestra que las muertes han aumentado en un momento en que los departamentos están tratando de conseguir reclutas, aunque sean más viejos y diversos, debido a la escasez de personal. Más de dos tercios de las muertes ocurrieron desde 2020.

Una serie de muertes “desgarradora”

Un recluta de Texas colapsó minutos después de que los instructores negaran su solicitud de agua, diciendo: “No puedes beber agua en una pelea”, muestra un video obtenido por AP. Un cadete de Arkansas murió después de que se le obligara a correr con interiores largos bajo el abrasador sol del mediodía. La temperatura de un aprendiz de Carolina del Norte era de 106 grados Fahrenheit una hora después de su muerte, debido a que no se le dio permiso para beber agua durante un curso de obstáculos de una hora.

Citando casos similares, un experto advirtió en una revista médica a mediados de 2023 sobre una “preocupante oleada de colapsos y muertes por agotamiento” entre aprendices de policía. “Esta triste tragedia es prevenible, pero no se podrá evitar hasta que nuestros jefes de policía comiencen a prestar atención”, escribió el doctor Randy Eichner, un profesor retirado de la Universidad de Oklahoma que ha estudiado durante mucho tiempo las muertes por agotamiento.

Pero las muertes solo han seguido aumentando. Al menos cinco se registraron en 2024, incluido un recluta de la ciudad de Nueva York que murió de insolación, un hombre de Kentucky que se esforzó durante un entrenamiento de supervivencia en el agua y un cadete de Massachusetts que se desmayó durante el entrenamiento de tácticas defensivas.

Los líderes policiales insisten que algunas muertes pueden prevenirse mediante una mayor conciencia y prácticas mejoradas, reconociendo que el campo necesita seleccionar mejor y atender mejor a los reclutas que sufren de condiciones de salud, y moderar ejercicios innecesariamente duros. “No solo estamos poniendo potencialmente a los estudiantes en peligro, sino que también estamos poniendo a los instructores en situaciones precarias donde pueden no conocer los riesgos”, indicó Jude, un testigo experto en la muerte en 2022 del recluta Vincent Parks, de 38 años, de Jonesboro, Arkansas.

Jude citó una ley aprobada en Arkansas, en medio de la indignación por un video que muestra a Parks colapsando mientras entrenaba en una tarde calurosa, como un paso positivo. Esta ley exige que los entrenadores sean educados sobre el agotamiento por calor, la deshidratación y los síntomas de paro cardíaco súbito, y obliga a los instructores a retirar a los cadetes de las actividades físicas si se desmayan o pierden el conocimiento.

La investigación de AP encontró casos en que reclutas que estaban en grave angustia médica fueron presionados a continuar el entrenamiento antes de morir. Además de cancelar los ejercicios en tales casos, los líderes de la academia deben garantizar una hidratación adecuada y descansos, y limitar el entrenamiento cuando el calor lo haga inseguro, señalaron los expertos.

Bill Alexander, director ejecutivo del National Law Enforcement Memorial en Washington, señaló que el número de muertes podría reducirse, pero probablemente no eliminarse, dada la naturaleza de la actividad policial, que requiere perseguir y arrestar a sospechosos combativos. “Si estás entrenando a personas físicamente y si los estás entrenando duro, vas a tener estos eventos médicos”, sostuvo Alexander, quien anteriormente dirigió una academia en Maryland.

Aún así, algunos líderes manifiestan que el campo necesita una acción urgente para proteger mejor a los reclutas. “Fue simplemente desgarrador. Nunca lo olvidaré. Y haré cualquier cosa para difundir este mensaje”, expresó la jefa policial Charmaine McGuffey del condado Hamilton en Ohio, quien fue testigo de la muerte en 2023 de Marcus Zeigler, de 36 años, después de que colapsara durante una carrera de entrenamiento. “Estamos hablando de vida o muerte”.

Un recluta entusiasmado para un departamento necesitado

Cuando Ronald Donat llegó a la Academia Policial del Condado Gwinnett en Lawrenceville, Georgia, pensó que finalmente había encontrado su lugar en las agencias de la ley. Siempre había querido convertirse en policía, pero su esposa, Sharline Volcy, dijo que inicialmente lo desanimó debido a preocupaciones de seguridad cuando sus hijos eran pequeños. Ambos inmigraron de Haití en la década de 1990 a Nueva Jersey, donde se conocieron en la iglesia.

Donat obtuvo un título universitario y trabajó en varios empleos, incluyendo la instalación de satélites y cable, pero anhelaba la responsabilidad y el servicio comunitario que la policía podría ofrecer. Finalmente solicitó, pero no pasó el examen. Cuando el condado Gwinnett solicitó reclutas en Nueva Jersey, Donat aplicó porque ya tenía una hermana viviendo en Georgia, dijo Volcy.

La agencia policial del condado Gwinnett, la segunda más grande de Georgia, ha realizado eventos de contratación en todo el país mientras lucha por llenar cientos de vacantes. Ha ofrecido bonificaciones para combatir la escasez de oficiales, que creció durante la pandemia de coronavirus y las protestas de 2020 contra la brutalidad policial.

Un médico que evaluó a Donat para el departamento concluyó que estaba sano, sin condiciones preocupantes, según un formulario que el doctor presentó a la agencia de estándares policiales del estado. Siguiendo el proceso normal para el condado y la mayoría de los departamentos de policía de Estados Unidos, el médico no examinó a Donat por el rasgo de células falciformes.

Donat comenzó a hacer ejercicio con otros reclutas, aprobó una prueba de condición física obligatoria del estado y recibió la placa 2423. Sonrió para una selfie en un coche patrulla. Compartió el consejo que le dio un camarada: “Nunca te rindas.”

La mayoría de los departamentos carecen de normas para detectar células falciformes

Hasta tres millones de ciudadanos negros en Estados Unidos tienen el rasgo de células falciformes, sin embargo, muchos adultos con esta condición genética no conocen su estado, dicen los investigadores. A diferencia de las personas con enfermedad de células falciformes, solo llevan un gen para células falciformes y un gen normal.

La condición, que se diagnostica a través de un análisis de sangre, no suele afectar su vida diaria. Pero puede causar disminución del flujo sanguíneo y atrofia muscular después de un esfuerzo intenso, deshidratación o altas temperaturas corporales. En casos muy raros, eso puede resultar en colapso y muerte.

La NCAA y el ejército de Estados Unidos ahora examinan a los reclutas para detectar esta condición, que ha contribuido a algunas muertes durante prácticas de fútbol y campamentos de entrenamiento. Los investigadores dicen que las muertes por agotamiento entre atletas universitarios cayeron drásticamente después de que se implementaron pruebas y precauciones obligatorias de la NCAA en 2010, mientras que el impacto de los programas militares está bajo revisión. Se recomienda aumentar lentamente la intensidad, descansar entre ejercicios, mantenerse hidratado durante los entrenamientos y responder rápidamente a señales de angustia.

La mayoría de los departamentos de policía no tienen programas de detección de este tipo. Muchos entrenadores dicen que nunca han oído hablar de esta condición, que según encontró AP, fue citada como un factor contribuyente en varias muertes y lesiones graves de reclutas.

McGuffey, la jefa policial de Ohio, señala que la causa de la muerte de Marcus Zeigler fue inicialmente un misterio. Antes de su colapso en mayo de 2023, Zeigler estaba en condiciones óptimas y era un recluta destacado, dijo.

McGuffey cuenta que se enteró sobre el rasgo de células falciformes posteriormente por otro empleado, quien también había sufrido lesiones graves durante el entrenamiento en la academia. Ella pidió al forense que investigara si Zeigler tenía la condición. Después de determinar que Zeigler murió de exceso de calor y extenuación, la oficina del forense añadió el rasgo de células falciformes como un factor contribuyente.

Desde la muerte, el condado Hamilton ha comenzado a realizar pruebas a los reclutas para detectar la condición, que cuesta 75 dólares por prueba.

Una prueba física y mental

Para Donat y sus 27 compañeros de clase, el personal de la academia planeó un intenso entrenamiento de una hora: un ritual del primer día diseñado para evaluar la condición física y mental.

Flexiones. Patadas. Más flexiones. Carreras en colina. Saltos. Avanzar arrastrados.

Los entrenadores dicen que los ejercicios establecen el tono para la academia, que busca inculcar una mentalidad de nunca rendirse y preparar a los reclutas para los aspectos más peligrosos de la policía. Pero los ejercicios al estilo militar han llevado durante mucho tiempo a acusaciones de acoso.

Los riesgos eran tan bien conocidos que una ambulancia generalmente estaba cerca el primer día de entrenamientos en el condado Gwinnett. Pero ese año, un mayor rechazó la solicitud de traer a la ambulancia, diciendo que crearía la percepción de peligro, según un informe de investigación interna.

Donat se mantuvo al ritmo de sus compañeros durante 45 minutos, pero se agotó durante un conjunto de flexiones y no pudo completar el siguiente ejercicio.

Un instructor ordenó a Donat que se sentara: “¡Estás muerto!” recordaron seis reclutas que él gritó, según la investigación.

El instructor insistió en que le dijo a Donat “¡Has terminado!” De cualquier manera, el grito suele servir de recordatorio de que rendirse en el trabajo policial podría llevar a la muerte.

Donat no quería rendirse. Tres minutos después, se levantó con la ayuda de otro recluta y se formó para un ejercicio de gateo por el piso. “Todo está bien, Donat”, le aseguró un recluta. Pero Donat colapsó y dejó de respirar.

Un paramédico en la escena trató rápidamente a Donat con oxígeno y compresiones en el pecho. Una ambulancia llegó 10 minutos después.

Después de que Donat fue declarado muerto en un hospital, los instructores se preguntaron si su vida podría haberse salvado con una ambulancia en el lugar.

Cambios, pero ningún castigo, tras una muerte en Georgia

Horas después de que Donat murió, el condado Gwinnett emitió un comunicado diciendo que Donat recibió instrucciones de descansar después de volverse letárgico.

Un compañero que vio ese comunicado en las noticias cuestionó la afirmación, enviando un mensaje a sus compañeros: “hasta donde sé, nunca escuché ni vi eso”. Uno respondió que Donat fue visto por última vez en posición de plancha antes de su colapso.

Un médico forense del condado determinó que Donat murió de causas naturales, diciendo que tenía un corazón agrandado propenso a ritmos anormales. Eso sorprendió a su esposa, Volcy, quien dijo que su esposo era un jugador de fútbol en forma sin problemas cardíacos conocidos.

El informe de autopsia no mencionó el rasgo de células falciformes. Volcy cree que su esposo lo tenía; ha aprendido que sus hijas lo tienen, afirmó, y ella ha dado negativo. Hoy, el condado Gwinnett aún no realiza pruebas a los reclutas para detectar la condición, indicó el portavoz, el sargento Collin Flynn.

La investigación del departamento, completada semanas después de la muerte de Donat, no encontró violaciones de políticas y no resultó en ninguna acción disciplinaria. Un mayor que lideró la investigación concluyó: “No puedo imaginar un escenario, si se hubieran tomado diferentes acciones, que hubiera cambiado la trágica muerte del recluta Donat”.

Aún así, el departamento ahora requiere una ambulancia en el lugar durante el primer día de entrenamiento físico, indicó Flynn. Ahora los instructores deben estar más atentos por si un recluta se cansa, agregó.

La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional no investigó porque las agencias gubernamentales locales no están bajo su jurisdicción. Ese es el caso en muchos estados, que no han extendido las protecciones de seguridad laboral a empleados municipales como los oficiales de policía.

Las familias de los reclutas fallecidos enfrentan obstáculos para el reconocimiento y beneficios

Debido a que la mayoría de los reclutas en la investigación de AP no habían sido juramentados como oficiales antes de morir, sus nombres no aparecen en el memorial nacional para oficiales fallecidos ni en algunos memoriales estatales. Y muchas de sus familias no pueden calificar para beneficios por muerte.

Consciente de esos riesgos el año pasado, el jefe de policía de Knoxville, Tennessee, convocó a un juez a la habitación del hospital del recluta inconsciente Wisbens Antoine.

Esa noche de febrero, un recluta compañero tomó el juramento en nombre de Antoine, quien había colapsado durante el entrenamiento una semana antes de la graduación.

Horas más tarde, el oficial Antoine, de 32 años, murió.

Al igual que Donat, él era un inmigrante haitiano que dejó atrás a una esposa y dos hijas. En el condado Gwinnett, las autoridades honraron a Donat al agregar su nombre a su Memorial de Héroes Caídos en 2022. Pero su nombre no figura en los memoriales federales o estatales. La familia de Donat no era elegible para los beneficios por fallecimiento del estado porque él no se había graduado.

El Congreso aprobó en 2021 una ley que permite a los familiares de reclutas recibir los mismos beneficios federales por fallecimiento que los de los oficiales juramentados. El programa incluye un pago de casi 450.000 dólares, además de asistencia para la universidad.

Pero tres años después, Volcy señaló que aún está esperando una decisión del Departamento de Justicia sobre su solicitud de beneficios, que, según ella, necesita desesperadamente para poder costear la matrícula universitaria y otros gastos.

Volcy no estaba al tanto de la investigación sobre la muerte de su esposo hasta que la AP le entregó el informe el año pasado. Afirmó que el departamento puso en riesgo a reclutas como Donat, y a sus familias–.

“Es decepcionante saber que la presión excesiva y las actividades físicas pusieron fin a su vida”, dijo Volcy. “Lo que se suponía que iba a ser un nuevo comienzo, un logro de toda la vida, un sueño hecho realidad convirtió a los niños en huérfanos, a una esposa en viuda y a una vida de dolor”.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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