La recién creada Unidad de Identificación Humana (UIH) del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), ha dado una dimensión más especializada y humana al proceso investigativo y de análisis científico persigue dar respuesta a personas que buscan su familiar desaparecido o aguardan por el resultado de un análisis científico que corrobore la identidad de su familiar fallecido.
La directora ejecutiva del ICF, doctora María Conte Miller y las antropólogas forenses, Meisshialette Ortiz Quiñones y Damara Guevara Morales dieron a conocer los resultados de los primeros meses de trabajo del grupo interdisciplinario que compone la recién creada Unidad de Identificación Humana.
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“El aspecto humano de ofrecerle una atención especializada a las familias, es el objetivo más valioso del trabajo de este grupo interdisciplinario”, destacó Conte Miller sobre los esfuerzos de la UIH.
Precisó que “cada caso que atiende la UIH, conlleva un proceso de identificación complejo que requiere un seguimiento y atención muy especial a cada persona que está buscando a su familiar desaparecido, o que espera por una corroboración científica para poder reclamar su cuerpo en el instituto”.
La Unidad de Identificación Humana (UIH) está adscrita a la Sección de Antropología Forense, y desempeña un papel fundamental en la identificación de los casos que requieren pruebas científicas para corroborar su identidad. A través de la aplicación de técnicas forenses especializadas, la UIH contribuye de manera significativa en la resolución de casos, proporcionando respuestas tanto a las autoridades como a los familiares de las personas fallecidas. Su labor garantiza una identificación precisa, y facilita el cierre de investigaciones.
Conte Miller explicó que la UIH, gestiona los casos que requieren identificación no visual, catalogados en el argot investigativo y forense como conocidos por (C/P) e identidad desconocida (JOHN/JANE DOE), debido a que no pueden ser identificados de manera visual.
Entre los métodos científicos de investigación que emplea el ICF se encuentran; la comparación de huellas dactilares, radiografías dentales y corporales, y el análisis de ADN. La UIH fue establecida el 1 de agosto de 2024 con el objetivo de optimizar los procesos de identificación, permitiendo una investigación más minuciosa y eficiente. Asimismo, su creación responde a la necesidad de atender de manera especializada los casos de personas no identificadas, diferenciando estos de aquellos en los que la identidad y las circunstancias del fallecimiento son conocidas.
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La directora ejecutiva del ICF explicó que “la adquisición de herramientas tecnológicas para la comparación de huellas dactilares, análisis de ADN con la tecnología (Rapid DNA), el uso CT Scan Post Mortem, el reclutamiento de dos antropólogas forenses, y la creación de la UIH, han sido fundamentales para que podamos revisar e identificar casos de años previos a la existencia de estas tecnologías de reciente adquisición, y del reclutamiento del recurso humano que trabaja para esta unidad”.
Ortiz Quiñones por su parte, destacó que han identificado casos previos hasta del año 1993. “Es un momento triste (la confirmación) pero pone fin a angustia del familiar que busca conocer el paradero de su ser querido desaparecido”.
“Las expresiones de agradecimiento es de las cosas más satisfactorias que nos ha tocado experimentar con este esfuerzo”, reflexionó Carla Santiago Pérez entrevistadora de la UIH quien es la encargada de notificar al familiar sobre los resultados de las pruebas periciales.
Una de las prioridades de la gobernadora Jenniffer González Colón dentro de su programa de gobierno en el área de seguridad, es el esclarecimiento de casos y esta unidad contribuye a ello; sin dejar a un lado el aspecto humano o la empatía hacia los familiares que aguardan por el proceso de identificación de un ser querido desaparecido o fallecido.
Cada año el ICF identifica más del 90% de los casos que llegan al instituto. El restante queda pendiente de investigación, un trabajo que ahora con la UIH es posible agilizar porque están dedicados al trabajar en coordinación con agencias estatales y federales para la identificación. “El trabajo que realizamos ha asistido también en investigaciones de otras jurisdicciones que nos consultan para dar con el paradero de personas son buscadas en otros estados”, aseguró Ortiz Quiñones, quien destacó la colaboración con el Negociado de la Policía para el esclarecimiento de los casos de personas reportadas desaparecidas.
La mayoría de los casos que recibe el ICF con identidad desconocida son hombres.
Conte Miller destacó el impacto crucial de la identificación humana en la administración de justicia y en el bienestar de las familias afectadas. “Constantemente estamos evaluando cómo podemos mejorar nuestros procesos, y servir mejor a las agencias investigativas y al público. Este esfuerzo cumple un propósito importante para servir a la justicia de las víctimas y sus familias”, concluyó.
