WASHINGTON (AP) — Marc Rosenberg, fundador y director general de The Edge Desk, en Deerfield, Illinois, se prepara para presentar una elegante silla ergonómica diseñada para reducir el dolor de espalda de los clientes y aumentar su productividad. Calcula que la más cara se venderá en más de 1,000 dólares. Pero no logra establecer un precio y, a regañadientes, ha reducido el envío que trae a Estados Unidos desde China.
Hay una razón para su cautela: la guerra arancelaria intermitente y en constante cambio del presidente Donald Trump con los tres principales socios comerciales de Estados Unidos: México, Canadá y China.
El último cambio de postura se produjo el jueves. Dos días después de imponer aranceles del 25% a todas las importaciones de Canadá y México y amenazar con detonar más de 1,300 millones de dólares en el comercio anual de Estados Unidos en Norteamérica, Trump anunció en su plataforma de redes sociales Truth Social que suspendía la mayoría de los aranceles a México durante un mes.
Esta fue una ampliación de su anuncio del miércoles, cuando eximió las importaciones de automóviles de ambos países durante 30 días, y también se produce después de una suspensión arancelaria de un mes anterior para Canadá y México justo antes de que entraran en vigor el 4 de febrero.
Rosenberg y sus muebles ergonómicos se enfrentan a un arancel del 20% sobre las importaciones de China —que Trump elevó el martes desde el 10%— pero no está seguro de dónde repercutirá realmente el arancel.
“La mala dirección está haciendo que sea muy difícil planificar el año”, dijo.
Los aranceles causan dolor económico en parte porque son un impuesto que pagan los importadores y que a menudo se traslada a los consumidores, lo que aumenta la presión inflacionaria. También provocan represalias de los socios comerciales, lo que puede dañar a todas las economías involucradas.
Pero los impuestos a las importaciones también tienen el potencial causar daño económico de otra manera: complican las decisiones que las empresas deben tomar, y que incluyen qué proveedores utilizar, dónde ubicar fábricas, qué precios cobrar. Y esa incertidumbre puede hacer que retrasen o cancelen inversiones que ayudan a impulsar el crecimiento económico.
“Esto genera una enorme incertidumbre para las empresas multinacionales que venden productos en todo el mundo, que importan del resto del mundo, que operan estas cadenas de suministro complejas a través de múltiples países”, informó Eswar Prasad, economista de la Universidad de Cornell. “La incertidumbre va a ser muy inquietante para las empresas y... afectará la inversión empresarial en términos netos”.
Durante las batallas comerciales del primer mandato de Trump, la inversión empresarial estadounidense se debilitó a finales de 2019, lo que convenció a la Reserva Federal de recortar su tasa de interés de referencia tres veces en la segunda mitad del año para proporcionar cierto estímulo económico compensatorio.
El segundo mandato de Trump es aún más desconcertante para las empresas. El primer gobierno de Trump impuso aranceles a objetivos específicos —acero y aluminio y la mayoría de los productos de China— después de largas investigaciones.
Esta vez, Trump ha invocado su poder para declarar una emergencia nacional —aparentemente por el flujo de drogas ilegales e inmigrantes a través de las fronteras de Estados Unidos— para imponer aranceles a Canadá, México y China de un plumazo. Y ha ampliado sus objetivos. El mes próximo, por ejemplo, pretende imponer “aranceles recíprocos” a los países que cobren impuestos de importación más altos que los de Estados Unidos.
Sus aranceles a Canadá y México hacen estallar en la práctica un acuerdo comercial norteamericano de 2020 que él mismo negoció hace cinco años.
“Los acuerdos comerciales anteriores simplemente no significan mucho si el presidente puede violarlos unilateralmente e imponer aranceles sin ningún control”, dijo Douglas Irwin, economista de Dartmouth College.
Para aumentar la incertidumbre, no está claro qué trata de lograr Trump al imponer aranceles a los socios comerciales estadounidenses. A veces cita la seguridad fronteriza. A veces enfatiza los ingresos que los aranceles pueden generar para el Departamento del Tesoro —dinero que podría ayudar a financiar sus propuestas de recortes de impuestos.
A veces señala los grandes déficits comerciales de Estados Unidos con la mayoría de los demás países. Y ha acusado falsamente a Canadá de prohibir los bancos de Estados Unidos cuando, de hecho, 16 bancos estadounidenses operan al norte de la frontera, según la Canadian Bankers Association (Asociación de Banqueros Canadienses).
Esa falta de claridad en los objetivos causa que sea difícil ver qué se necesita para hacer que los aranceles de Trump desaparezcan.
Y no sólo eso, sino que ha impuesto los aranceles de manera errática, lo que ha creado aún más confusión. Por ejemplo, su gobierno tuvo que dar marcha atrás el mes pasado tras poner fin a una laguna aduanera: la exención “de minimis” que permitía la entrada libre de impuestos a Estados Unidos de paquetes procedentes de China y Hong Kong con un valor inferior a 800 dólares. Resultó que el servicio postal estadounidense necesitaba más tiempo para encontrar cómo cobrar los aranceles.
Las empresas están desconcertadas. “He hablado con varias compañías que dicen: ‘No vamos a seguir adelante con ninguna inversión. Necesitamos que esto se resuelva’”, reportó Gregory Husisian, abogado comercial del bufete Foley & Lardner. Al menos en el primer mandato de Trump “sabían cuáles eran las reglas básicas. Ahora no saben si estamos jugando Monopoly o tres en línea”.
Quienes respondieron la encuesta de manufactura del Institute for Supply Management (Instituto para la Gestión de Suministros) publicada el lunes, expresaron sus quejas sobre la incertidumbre arancelaria.
“Los clientes están posponiendo nuevos pedidos como resultado de la incertidumbre con respecto a los aranceles”, detalló una compañía de equipos de transporte. “No hay una dirección clara del gobierno sobre cómo serán implementados, por lo que es más difícil proyectar cómo afectarán a las empresas”.
Una compañía de productos químicos también se quejó: “El entorno arancelario sobre los productos de México y Canadá ha creado incertidumbre y volatilidad entre nuestros clientes”.
“En este momento, los aranceles están desconcertando a todos debido a su imprevisibilidad e incertidumbre”, expuso John Gulliver, presidente del New England-Canada Business Council (Consejo Empresarial de Nueva Inglaterra-Canadá).
Taylor Samuels, propietario del bar y restaurante Las Almas Rotas, en Dallas, depende de México para gran parte del alcohol que ofrece.
La incertidumbre en torno a los aranceles, incluido el posible impacto en el precio de materias primas como el acero y la madera, lo obligan a revisar sus planes de construir un nuevo restaurante.
“El presupuesto de construcción está ahora bajo revisión y es probable que se retrase ... mientras recalculo los costos que ya han sido presupuestados”, dijo.
De manera similar, Sandya Dandamudi de GI Stone, un proveedor de piedra en Chicago para proyectos que van desde el Centro Presidencial Obama hasta viviendas privadas y desarrollos de viviendas económicas, reportó que los desarrolladores han tenido que repensar sus planes.
“Los desarrolladores de proyectos comerciales como edificios altos y hoteles presupuestan con dos años de anticipación, por lo que no incluyen los nuevos aranceles”, puntualizó ella. “Esos presupuestos se van a disparar”.
Dandamudi agregó que las empresas o bien lograrán trasladar los impuestos a sus clientes o se verán obligadas a cancelar proyectos.
“Los aranceles serán devastadores para las pequeñas empresas como la nuestra”, manifestó. “En el futuro, no podremos firmar ningún contrato nuevo a menos que los clientes aborden los impuestos”.
Holly Seidewand, propietaria de First Fill Spirits, una tienda de licores especiales en Saratoga Springs, Nueva York, que vende whisky canadiense y otros licores que no se ajustan a las categorías tradicionales de las bebidas alcohólicas, refirió que sus planes para el futuro están suspendidos debido a los aranceles. Su plan original para 2025 era casi duplicar su inventario y la selección que ofrecía.
“Por ahora, no tenemos planes de agregar más estantes o espacio para artículos nuevos y nos ceñiremos a la superficie de venta que tenemos”, dijo. “Esto retrasará el crecimiento de nuestro negocio, lo que nos estancará un poco”.