Locales

Los archivos personales como herramientas históricas y odas al pasado

El riesgo de la reescritura de la historia presenta la necesidad de almacenar la memoria y el legado de nuestras comunidades.

La polarización actual trae como riesgo la reescritura de la historia, lo que refuerza la necesidad de almacenar la memoria.

La documentación personal también supone un pilar importante en la conmemoración y representación de un grupo. De ese modo, un archivo personal sirve como una aportación individual hacia la preservación histórica de una comunidad, al igual que eterniza el recuerdo de seres queridos de manera categórica y sistemática.

¿Cómo hacer un archivo personal?

A la hora de registrar reminiscencia personal, es clave tomar los siguientes pasos para garantizar que el archivo esté lo más organizado, depurado y actualizado posible:

  1. Identificar y establecer importancia

Antes que todo, el primer paso en la creación de un archivo personal es la identificación de documentos a incluir o descartar.

En la gama exhaustiva de papeles que evidencian la existencia de una persona o familia, es imperativo filtrar los expedientes entre los que sean de interés y los que no. Entre los documentos que pudiesen ser pertinentes, pudiese amontonarse contenido audiovisual, recibos, identificaciones, facturas, cartas o registros de propiedad o negocio.

Ante la duda de saber si desechar un papel o no, es recomendable dividir el material en dos pilas: las que se van de seguro y las que se quedan definitiva o tentativamente. Igualmente, se puede aplicar el mismo proceso de depuración para la información guardada en línea.

Una vez recopilados los importantes y los provisionales en un cúmulo, los que se van sí o sí pueden pasar a la basura para ahorrar espacio en el archivero— lo mismo en el caso cibernético.

  1. Clasificar, ordenar y organizar documentos

Cuando haya una compilación de datos establecida, se deben categorizar los documentos para facilitar la clasificación de la información.

Primeramente, se debe evaluar si es información personal, laboral, económica, de salud, de vivienda o vehicular; con esta base, se da paso a la distribución de los papeles en el archivo, es decir, dónde y cómo se guardarán.

Con categorías instituidas, el archivero tiene la opción de implantar un sistema de actualización para el registro personal.

  1. Conservar y hacer un inventario

Gracias a la Internet, se conceden dos caminos en la conservación archivera: digital o físicamente.

Con la estructuración informática, el archivista debe tomar nota de toda la cantidad de documentación guardada, y seguir su formato de clasificación para poder puntualizar exactamente dónde está todo.

Si lo que se busca conservar es físico y ocupa mucho espacio en una carpeta, se pudiese digitalizar una copia y guardarla en línea para sacar mayor provecho del registro físico. Inversamente, de ser una foto o documento de mucho valor, se pudiese imprimir tanto para ahorrar almacenaje en un dispositivo como garantizar una copia de algo intangible.

Tanto para la conservación física como para la que es en línea, el encargado del archivo debe fijar un ciclo de actualización; en otras palabras, decretar un marco de tiempo dedicado a la renovación de su base de datos personales.

Mientras más seguido el proceso de actualización y se descarten papeles que hayan perdido vigencia, mejor relato contará el archivo.

Evidentemente, la mejor vía para trazar nuestro recuerdo es a través de un archivo personal.

Síguenos en Google News:Google News

Lo Último