COX’S BAZAR, Bangladesh (AP) — El secretario general de la ONU, António Guterres, describió el viernes los recortes de ayuda humanitaria por parte de Estados Unidos y países de Europa a Bangladesh, donde se encuentran miles de refugiados rohinyas, como “un crimen”.
Guterres se encontraba en una visita de cuatro días a Bangladesh, donde está evaluando la situación de más de un millón de refugiados rohinyas de Birmania, cuyo futuro sigue siendo incierto ante posibles recortes de ayuda inminentes. Cada año, elige un país musulmán para visitar durante el mes sagrado de Ramadán.
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Dijo que el distrito costero de Cox’s Bazar, en el sur de Bangladesh, donde se ha refugiado la mayoría de los rohinyas, es “el epicentro del impacto de los recortes presupuestarios en las personas que están en necesidad desesperada”.
Cientos de miles de rohinyas, incluidos más de 700,000 que llegaron en 2017, han vivido en Bangladesh durante décadas. Alrededor de 70,000 más cruzaron la frontera desde Birmania en 2024, cuando, durante los combates con la junta militar, la fuerza de oposición conocida como Ejército de Arakan tomó efectivamente el control del estado de Rakhine, donde los rohinyas fueron desplazados.
La ONU hará todo lo posible para conseguir financiamiento adecuado para los refugiados rohinyas tras el reciente anuncio de recortes drásticos de ayuda por parte de Estados Unidos y otros países de Europa, dijo Guterres. La agencia de alimentos de la ONU dijo recientemente que no tendría otra opción que reducir a la mitad la ayuda alimentaria para los rohinyas a partir del próximo mes si no logran conseguir fondos adecuados para alimentarlos.
En una reunión con el líder interino de Bangladesh, el Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, en la capital, Daca, Guterres expresó su preocupación por la decisión de los países occidentales de aumentar el gasto en defensa mientras se reduce la ayuda humanitaria en todo el mundo.
“Los recortes (de ayuda) son un crimen”, dijo el jefe de la ONU a Yunus, según la agencia estatal Bangladesh Sangbad Sangstha, durante la reunión del viernes.
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En las últimas semanas, surgieron preocupaciones en decenas de campamentos para refugiados rohinyas en el distrito costero sur de Cox’s Bazar y en otros lugares sobre los temores de recortes de ayuda tras la decisión de Washington de cerrar operaciones. Una gran parte de los millones de dólares necesarios para apoyar a los refugiados rohinyas en Bangladesh provenía de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
Bangladesh había dicho que la detención de la ayuda internacional detendría otros proyectos en el país, pero que el financiamiento para los refugiados rohinyas continuaría fluyendo.
Una carta del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU a principios de este mes indicó que los recortes a las raciones de alimentos podrían entrar en vigor a partir del próximo mes en Cox’s Bazar, hogar de decenas de campamentos que albergan a refugiados rohinyas. El PMA dijo que las raciones de alimentos podrían reducirse a 6 dólares, desde los actuales 12,50 dólares por mes, a menos que se aseguren fondos adecuados.
El portavoz del PMA, Kun Li, dijo recientemente que si la agencia no puede asegurar financiamiento suficiente —81 millones de dolares para mantener operaciones hasta fin de año, incluidos 15 millones de dolares necesarios para abril— tendrá que reducir las raciones a partir del próximo mes.
El gobierno interino de Bangladesh espera que la visita impulse los esfuerzos internacionales para movilizar ayuda para los refugiados rohinyas y atraiga nueva atención global a su crisis.
Yunus, quien asumió el poder en agosto tras la destitución de la ex primera ministra Sheikh Hasina en un levantamiento masivo, utilizó su reunión con Guterres para buscar apoyo de la ONU para el regreso digno de los rohinyas a su tierra natal en el estado occidental de Rakhine en Birmania. También pidió a Guterres que movilizara asistencia alimentaria y humanitaria adecuada para los refugiados.
“Estamos tratando de llamar la atención sobre la situación del pueblo rohinya. El mundo debe saber cómo están sufriendo. Hay un sentimiento de frustración”, declaró Yunus.
Guterres y Yunus dejaron Daca para visitar campamentos en el distrito de Cox’s Bazar, donde los líderes se reunieron con refugiados y conocieron sus penurias.
En una conferencia de prensa más tarde el viernes, Guterres dijo que hará un llamado a la comunidad internacional para que brinde apoyo urgente a los refugiados.
“No podemos aceptar que la comunidad internacional se olvide de los rohinyas”, dijo. “Me estaré comunicando con todos los países que pueden apoyarnos para asegurar que se dispongan fondos suficientes, para que las personas no sufran aún más o, en algunos casos, pierdan la vida”.
Guterres dijo que los refugiados rohinyas “quieren volver a casa. Birmania es su tierra natal”.
“Mi mensaje a todas las partes en Birmania es claro: ejerzan la máxima moderación, prioricen la protección de los civiles de acuerdo con el derecho humanitario internacional y prevengan más incitaciones a la tensión y la violencia comunal, allana el camino para que la democracia se arraigue y se creen las condiciones para que los rohinyas puedan regresar a casa, como todos desean”, dijo.
Estados Unidos ha sido el principal donante a Bangladesh para los refugiados rohinyas, proporcionando a la ONU asistencia alimentaria y nutricional de emergencia. Estados Unidos suele proporcionar casi la mitad del dinero de ayuda gastado en la respuesta humanitaria a los refugiados rohinyas en Bangladesh, que ascendió a aproximadamente 300 millones de dólares en 2024.
Bangladesh sostiene que el regreso de los refugiados a Birmania es la solución definitiva. Birmania, de mayoría budista, ha sido acusada en un tribunal internacional de genocidio contra los rohinyas. Las complejidades sobre la verificación y otros problemas diplomáticos y políticos han oscurecido el futuro de los refugiados.