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“La realidad” del impacto climático en las edificaciones de Puerto Rico

Detallaron las realidades de la infraestructura ante el impacto climático

Las estructuras en Puerto Rico enfrentan un deterioro acelerado debido al cambio climático y la falta de mantenimiento, lo que pone en riesgo edificaciones históricas y modernas por igual.

Este fue el tema central de la charla Estudios de Casos: La realidad del Impacto Climático en Edificaciones en Puerto Rico, presentada en la Cumbre de la Cámara de Comercio por los ingenieros Emilio Colón Zavala, José Raúl Gayá Gil y José Izquierdo Encarnación.

Uno de los principales problemas es el efecto del calor y la humedad en las edificaciones.

“Las estructuras tienen una envolvente que las protege contra el impacto del clima y, con el cambio climático y una falta de mantenimiento, se afectan las conexiones de esta envolvente, se degrada más rápido”, explicó Gayá Gil.

Destacó que materiales como la pintura y la impermeabilización se deterioran con mayor rapidez, lo que hace que las estructuras sean más vulnerables a los elementos.

La erosión costera también representa una amenaza para los edificios cercanos al mar.

“A la medida que se adentra la erosión y toca las zapatas de las estructuras, afecta su estabilidad. En el peor de los casos, sería un colapso”, advirtió Gayá Gil.

Asimismo, explicó que cuando el agua socava los cimientos de un edificio, este pierde la capacidad de transferir su carga al suelo, lo que puede generar asentamientos diferenciales y fallas estructurales.

Se mencionó que los huracanes agravan la situación, no solo por los daños inmediatos, sino por sus efectos a largo plazo.

“El viento causa cargas laterales, mueve la estructura, la agrieta y las ventanas se van volando. Pero años después, ese impacto se manifiesta en corrosión estructural y otros problemas que no se ven a simple vista”, explicó.

Indicó, además, que la corrosión avanza de forma exponencial y que no se han realizado estudios suficientes para cuantificar su impacto real en las edificaciones de la isla.

Gayá Gil presentó varios ejemplos de edificaciones afectadas.

“En la rehabilitación de la fachada del centro gubernamental de Villalba nos encontramos con problemas severos de corrosión y delaminación en los pórticos estructurales. En el Capitolio, la humedad se adentró en la cúpula y dañó las vigas estructurales, mientras que la fachada de terracota se estaba corroyendo sin que nadie lo notara”.

Para Izquierdo Encarnación, la clave está en desarrollar resiliencia a nivel social.

“Si no desarrollamos resiliencia como sociedad, estos ataques que existen nos llenan de miedo y pavor, pero no podemos quedarnos paralizados”, afirmó.

Izquierdo Encarnación mencionó que el consumo de recursos está avanzando a un “ritmo insostenible”.

“En 2008, ya estábamos consumiendo como si tuviéramos un planeta y medio. Si seguimos así, para el 2050 necesitaremos dos planetas Tierra”, advirtió.

En la charla, se destacó que el mantenimiento preventivo es una de las soluciones más urgentes.

“Las inspecciones deben ser regulares, pero muchas veces las juntas de condominio o los dueños ven esto como un costo, cuando en realidad es un indicador de costo”, explicó Gayá Gil.

Por su parte, Colón Zavala destacó que otras jurisdicciones ya han tomado medidas para enfrentar estos desafíos.

“Florida pasó una ley en 2023 que impone requisitos estrictos para la inspección y mantenimiento de edificios existentes”, mencionó.

Explicó que Puerto Rico necesita implementar un sistema similar, pero que el acceso al cumplimiento es un problema.

“Si la gente no puede cumplir el código, este se convierte en una norma inalcanzable”, advirtió, a la vez que propuso explorar opciones de financiamiento para ayudar a los propietarios a costear las reparaciones necesarias.

El problema no solo afecta a las edificaciones modernas, sino también a las históricas. Izquierdo Encarnación resaltó la importancia de entender los materiales tradicionales.

“Los muros de cal se vuelven piedra caliza con el tiempo, lo que los hace extremadamente resistentes. Pero si se deteriora la capa exterior, el material interno, que es más débil, queda expuesto”, explicó.

De hecho, citó ejemplos en el Viejo San Juan y otras estructuras históricas que han sufrido daños por falta de mantenimiento adecuado.

Los ingenieros coincidieron en que la combinación de eventos extremos, falta de mantenimiento y burocracia en la asignación de fondos para reparaciones ha empeorado la crisis.

“Hay casas que llevan ocho años esperando ser reparadas tras los terremotos y cinco años después del huracán María siguen en ruinas”, mencionó Izquierdo Encarnación.

A pesar de estos desafíos, los panelistas insistieron en que hay soluciones.

“En Singapur, hace 50 años empezaron a plantar árboles por toda la ciudad para mitigar el calor. Tenemos que pensar de esa manera”, dijo Gayá Gil.

Por último, el panel enfatizó la necesidad de educar sobre la importancia del mantenimiento estructural y promover cambios en la planificación urbana para enfrentar el cambio climático.

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