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Cautelosos los consumidores de EEUU ante alza de la inflación

Los precios al consumidor aumentaron un 2.5% en febrero en comparación con el año anterior

WASHINGTON (AP) — La inflación aumentó el mes pasado y los consumidores apenas incrementaron su gasto, señales de que la economía ya se estaba enfriando incluso antes de que se impusieran la mayoría de los aranceles.

En el informe publicado el viernes por el Departamento de Comercio se muestra que los precios al consumidor aumentaron un 2.5% en febrero en comparación con el año anterior, igualando el ritmo anual de enero. Si se excluyen las volátiles categorías de alimentos y energía, los precios básicos aumentaron un 2.8% en comparación con el año anterior, más que la cifra de enero del 2.7%.

Los economistas observan los precios básicos porque suelen ser una mejor guía de hacia dónde se dirige la inflación. El índice básico apenas ha cambiado en el último año. La inflación sigue por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal, lo que dificulta que el banco central reduzca su tasa de interés clave en el corto plazo.

En el informe también se muestra que el gasto del consumidor se recuperó el mes pasado tras mostrar en enero su mayor caída en cuatro años. Sin embargo, gran parte del gasto adicional reflejó aumentos de precios, con un aumento muy ligero en el gasto ajustado por la inflación. La débil cifra sugiere que el crecimiento se desacelera rápidamente en el primer trimestre de este año, ya que los consumidores y las empresas se vuelven cautelosos ante los bruscos cambios en las políticas gubernamentales.

“La inflación es demasiado alta y el gasto demasiado bajo. Es poco probable que la Fed reduzca las tasas de interés este año”, dijo en un correo electrónico Stephen Brown, economista de Capital Economics, una firma de consultoría.

Brown estima que el crecimiento económico podría caer a cero en los primeros tres meses de este año, con respecto al 2.4% en el cuarto trimestre del año pasado.

La inflación sigue siendo una importante preocupación económica para la mayoría de los estadounidenses, aun cuando ha caído drásticamente tras alcanzar su punto máximo en 2022. Donald Trump aprovechó el descontento con el aumento de precios para llegar a la presidencia y prometió reducir rápidamente la inflación, pero la tasa anual es ahora más alta que en septiembre, cuando alcanzó brevemente el 2.1%.

El gasto del consumidor aumentó un 0.4% en febrero, aunque el aumento fue solo del 0.1% tras el ajuste por precios. El leve incremento sigue a una fuerte caída del 0,6% en enero.

Las cifras de gasto e inflación profundizaron una caída del mercado la mañana del viernes. El amplio índice del mercado de valores S&P 500 cayó un 1.4%. El índice Dow Jones cayó más de 500 puntos y el Nasdaq también cayó.

El aumento del gasto se vio impulsado por mayores compras de bienes duraderos, como automóviles y electrodomésticos, lo que podría reflejar un esfuerzo de los compradores por adquirir cosas antes de que se impongan aranceles. Este es el tipo de compras que probablemente no se repetirán en los próximos meses.

El gasto en servicios, incluido el gasto discrecional como en restaurantes y hoteles, disminuyó.

Joseph Brusuelas, economista en jefe de la empresa de impuestos y asesoría RSM, señaló: “El hecho de que los consumidores hayan optado por aumentar los desembolsos en bienes que están a punto de mostrar aumentos de precios a expensas del sector de servicios, que es mucho más importante económicamente, proporciona una visión del estado de ánimo del consumidor”.

También el viernes, la Universidad de Michigan publicó su encuesta actualizada del sentimiento del consumidor correspondiente a marzo, que mostró una fuerte caída en la perspectiva de los estadounidenses sobre la economía. En la encuesta también se encontró una creciente ansiedad sobre la inflación y el empleo.

“La caída de este mes refleja un claro consenso entre todas las afiliaciones demográficas y políticas”, afirmó Joanne Hsu, directora de la encuesta. “Los republicanos se unieron a los independientes y a los demócratas para expresar un empeoramiento en sus expectativas con respecto a febrero para sus finanzas personales, condiciones comerciales, desempleo e inflación”.

Trump impuso aranceles del 20% a todas las importaciones chinas, gravámenes de importación del 25% al acero y el aluminio, y el miércoles dijo que impondría un arancel adicional del 25% a los automóviles importados. La mayoría de los economistas, y la Reserva Federal, esperan ahora que la inflación aumente este año como resultado de los aranceles. El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo la semana pasada que el aumento de la inflación debido a los aranceles podría ser temporal. Pero también agregó que la perspectiva era inusualmente incierta dada la rapidez de los cambios en la política implementados desde la Casa Blanca.

Los precios subieron un 0.3% en febrero respecto al mes anterior, lo mismo que en enero, mientras que los precios básicos aumentaron un 0.4%, el mayor aumento en más de un año. Si se producen aumentos a ese ritmo durante un año completo, llevarían la inflación muy por encima del objetivo del 2% de la Fed.

Un punto positivo en el informe fue un gran salto en los ingresos por segundo mes consecutivo: aumentaron un 0,8% en febrero respecto a enero. El aumento en los ingresos, junto con un gasto más débil, elevaron la tasa de ahorro, lo que puede impulsar el gasto futuro. Pero también podría reflejar una mayor cautela entre los consumidores.

Carl Weinberg, economista en jefe de High Frequency Economics, comentó: “Los ahorros aumentaron, en consonancia con los informes de una débil confianza del consumidor, una creciente incertidumbre sobre el futuro y expectativas reducidas para el futuro”.

La confianza de los consumidores y las empresas en la economía ha caído drásticamente desde que Trump comenzó a implementar aranceles, y una medida de la perspectiva de los estadounidenses sobre el futuro de la economía cayó el martes a su punto mínimo en 12 años. Muchas encuestas indican que la mayoría del público considera la economía como regular o mala. En una encuesta realizada el mes pasado por el Centro de Investigación Pew se encontró que el 63% de los estadounidenses todavía considera la inflación como un “problema muy grande”.

La compañía de ropa Lululemon se convirtió el jueves en el minorista más reciente en advertir que la caída de la confianza del consumidor afectará las ventas, mientras que la empresa matriz de las tiendas Tommy Bahama, Lilly Pulitzer y Johnny Was dijo que las ventas se desaceleraron al comenzar el año a medida que el sentimiento del consumidor se oscurecía.

Nike emitió previamente una advertencia similar y las expectativas de grandes minoristas como Target y Walmart se han vuelto moderadas a medida que los clientes se retraen.

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